El fascinante mundo de los volcanes en el país


Nicaragua posee aproximadamente 30 lagunas y más de 50 estructuras volcánicas, entre activas, inactivas y extintas, de estos, siete están activos: San Cristóbal, Telica, Cerro Negro, El Hoyo, Momotombo, el volcán Masaya y Concepción; los inactivos: Cosigüina, Apoyeque, Mombacho, Zapatera y Maderas.

Por Radio La Primerísima

También existen El Casita, El Chonco, Santa Clara, Momotombito. Otras estructuras volcánicas como las de Managua (Tiscapa, Nejapa, Asososca) y Apoyo no están clasificados, ni como activos e inactivos.

Ante la presencia de tantos volcanes, no es una casualidad que exista el Centro de Monitoreo y Alerta de Terremotos, Erupciones Volcánicas, Tsunamis y otros fenómenos, ubicado en el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), Managua.

En una entrevista que publica El 19 Digital, el doctor Wilfred Strauss, asesor Científico en temas de la Tierra del Ineter, expresó que el monitoreo de los volcanes y otros fenómenos de la naturaleza, se realiza en tiempo real.

“Podemos ver lo que está pasando en el país, de los sismos que ocurren, a veces se van a escuchar algunas señales de comunicación, es parte del trabajo de aquí”, dijo.

Explicó que cuando se habla que un volcán es activo “eso significa que tuvo erupciones, emanaciones de gases, temperatura alta en los últimos 10 a 20 años; pero hay otros volcanes que tuvieron sus erupciones hace poco más de tiempo, 100 a 200 años, los consideramos también como activos”.

La definición científica también abarca, que, “sí un volcán tuvo una actividad en los últimos 10 mil años, se considera activo, potencialmente activo, y de esos tenemos varios en Nicaragua, volcanes muy grandes que pueden ocasionar muchos problemas para la población en este país”.

El científico mencionó que en Nicaragua existe una situación especial, que no se encuentra en otras partes de Centroamérica, y pocas veces en el mundo, como es el lago de lava en el cráter del volcán Masaya.

“Según los registros de libros, en los últimos 500 años ha aparecido el lago de lava en el volcán Masaya; se puede ver la lava en la superficie desde el borde del cráter, se ve como la lava se mueve, como sale el gas y es algo muy inusual; después de un tiempo el lago se pierde, se cierra y aparece de nuevo en 20, 50 años”, describió.

La última vista del lago de lava del volcán Masaya, inició a finales de 2015.

“El lago se abrió en 2016, y creció y creció y al final tuvo un diámetro de como 50 metros, fue muy interesante, también científicamente, turísticamente mucha gente visitó el volcán y fue realmente una aventura muy grande”, aseguró.

Sobre el estudio científico del volcán Masaya, se han hecho muchos, dado que es muy fácil acceder a este.

“Tenemos muchos científicos de Nicaragua y del mundo que vinieron para investigar este volcán, por eso también si uno busca en Google artículos sobre el volcán, uno va a encontrar centenares de reportes y publicaciones formales, revistas científicas y es algo bastante especial”, destacó.

Dijo que es extraordinario que una gran isla como la de Ometepe, en el Lago Cocibolca o Nicaragua, está formada por dos volcanes; uno de esos volcanes es activo, se trata del Concepción con más de 1,200 metros de altura.

“Hace erupciones de vez en cuando, es peligroso para la gente que vive en la isla, porque es difícil salir de la misma en caso de una erupción grande, hay planes de evacuaciones pero es mucho más difícil, que otras zonas de Nicaragua”, aseguró.

Aunque el volcán Concepción se encuentre en una isla, en el aspecto turístico es extraordinario y es posible visitarlo en un día, “uno puede subir, bajar y regresar a Managua”.

Describió al Momotombo, como el volcán nacional de Nicaragua.

“Es un volcán muy bonito, tiene la típica forma de un volcán, se ve desde muy lejos, inclusive, algunas carreteras de Nicaragua van directamente hacia el volcán”, dijo.

En la época del inicio de la conquista, este volcán hizo erupciones y afectó la vida en León Viejo, que tuvo que ser trasladada a otro lugar, donde es el actual León.

Strauss informó que los volcanes no activos, también pueden presentar sismos, se pueden investigar cómo se encuentran las fallas en el volcán; además se puede indagar las estructuras y capas de la tierra, debajo del mismo.

“Tenemos equipos que se llaman GPS, son los mismos que tenemos en el celular para saber dónde estamos, y aquí (Centro de Monitoreo) usamos GPS de muy alta precisión, tienen una precisión de milímetros, observar cómo se comporta el volcán, si crece cada vez más, porque el magma de abajo busca su salida, entonces, puede ser que se prepara una erupción, también podemos usar satélites para tomar fotos, y eso hacemos muchas veces durante años y después podemos ver qué cambios hay en el volcán”, explicó.

También hay radares desde el espacio que investigan cómo se comporta el volcán; hay métodos muy exactos que usan fotos y se puede observar cómo se mueven ciertas partes del volcán en el tiempo.

Strauss comentó que se puede ver el movimiento del volcán, para tratar de predecir las erupciones a mediano y largo plazo, pero ¿Se pueden predecir las erupciones?

“Se puede decir, si y no. Se puede predecir, pero no tan exactamente, al minuto, digamos, al día. Nosotros tenemos aquí en Nicaragua alguna experiencia cuando funcionó, cuando pudimos predecir una erupción en el volcán Telica, en el Cerro Negro funcionó y vimos como la actividad subió durante varios días, después horas y comenzó la erupción; pero también tenemos casos cuando no funcionó. Comenzó una erupción, una explosión grande en un cráter y no tuvimos éxito”, aseguró.

El experto recomendó que en los volcanes donde se hace turismo, siempre hay que hacerlo con cuidado, porque se puede dar una erupción y esta no se puede predecir, por eso hay reglamentos en los lugares con turismo, como en el volcán Masaya.

El científico de Ineter manifestó que en 1853 se dio la erupción del volcán Cosigüina, ubicado en Chinandega, y las cenizas se esparcieron por todo el mundo, porque lanzó tanta en forma de polvo muy fino en la atmósfera.

“La ceniza cayó primero en Nicaragua, durante días estuvo oscuro, la gente anduvo con candelas durante el día; después la ceniza llegó a los países de Centroamérica y después a países más lejos, México, el Caribe, puede ser hasta Colombia”, dijo.

Mencionó que las explosiones y retumbos del Cosigüina se oyeron hasta en la costa norte de Honduras, también en Colombia.

Por tanto ¿Se puede registrar una erupción parecida? Al respecto, Strauss dijo, “se puede y va a ocurrir otra vez, pero no sabemos exactamente el día; este volcán (Cosigüina) también es muy estudiado, porque fue una de las erupciones más grandes en la historia, no solamente en Nicaragua, sino también de la humanidad y sabemos mucho de este volcán”.

Desde el punto de vista científico ¿Qué hace que despierten los volcanes? El científico de Ineter explicó, “el volcán es la expresión del magma que vino desde abajo, el magma viene del océano, es parte fundida de la corteza terrestre debajo del océano, se mueve hacia la costa, se dobla la placa de Cocos y a una profundidad de como 100 kilómetros la temperatura es tan alta en la tierra, que una parte del material se funde y sube, ese es un proceso continuo. Viene el magma y quiere salir y por eso se forman los volcanes”.

En 1998, más de 2 mil personas murieron por el deslave del volcán Casita, en Chinandega, tras varios días de lluvias que fueron provocadas por el huracán Mitch.

Strauss aseguró que este huracán provocó mucha lluvia durante una semana, “la zona con más lluvia fue alrededor del volcán Casita y San Cristóbal”.

Explicó que con muchas lluvias siempre hay deslizamientos en las montañas y los volcanes, y con el huracán Mitch se dio la coincidencia de que en el cráter del volcán Casita, había una parte floja de la ladera afuera del cráter y una parte rocosa se cayó durante la lluvia, el sábado 30 de octubre de 1998, ocurrió una avalancha de la roca junto con el lodo del volcán que se movió desde los mil metros de altura, hasta llegar al pie del volcán.

Después llegó hasta donde se ubicaban dos pueblos, que fueron embestidos por una anchura de cuatro kilómetros, con una velocidad enorme y entró en las casas, “nadie pudo salvarse, muy pocas personas, este suceso dilató no más de tres minutos”, explicó Strauss.

Los volcanes también tienen su lado amable, porque son generadores de energía renovable (geotérmica) en el país.

En el volcán Momotombo existe una planta geotérmica, desde hace mucho tiempo, que produce energía con un máximo de 30 megavatios. Hay otra planta cerca del volcán Telica, la planta San Jacinto.

En Nicaragua hay muchas posibilidades de hacer uso de la energía geotérmica, a lo largo de toda la cadena volcánica del país.

Otro valor que representan los volcanes es el turístico; además del volcán Masaya, se puede hacer turismo en el volcán Cerro Negro, donde se puede esquiar en la arena.

“El Cerro Negro es un volcán de muy fácil acceso, uno sube en 30 minutos caminando y si lleva un dispositivo (una plancha de madera) y con esta madera puede deslizarse hacia abajo a una velocidad bastante alta”, resaltó Strauss.

Agregó que también se puede hacer turismo en el volcán Mombacho, que tiene una vegetación muy bonita.

En la Isla de Ometepe, que tiene dos volcanes, el Concepción activo, al que se puede subir; también al Maderas que tiene una laguna en el cráter, ambos tienen una vista impresionantes hacia el lago Cocibolca y sus alrededores.

Strauss dio a conocer que desde la Dirección de Geofísica de Ineter tienen una red sísmica.

“Es el principal método para saber qué pasa cerca de los volcanes. Los sismógrafos registran no solamente sismos, sino también pueden darse cuenta cuándo el volcán comienza a vibrar, los gases y el magma dentro del volcán y el método más usado es para monitoreo volcánico”.

Describió que al inicio para monitorear un volcán se pone un sismómetro, “pero tenemos también cosas como cámaras automáticas, cámaras web, tenemos los equipos GPS para medir la posición y ver cómo cambia con el tiempo; tenemos equipos que miden los gases que salen del cráter y también se mide la temperatura en las zonas donde salen gases calientes o agua termal”.

Otro método es tomar fotos y ver cómo cambia el volcán, observar el paisaje y ver cambios, inclusive, preguntar a la gente que vive cerca del volcán si ellos observaron algo.

“Después tenemos los datos satelitales, hoy en día hay mucha información de los satélites, las fotos y también con el satélite uno puede medir la temperatura no solamente en un punto, sino que en toda la zona del volcán”, señaló.

Nicaragua posee uno de los Sistemas de Alerta Temprana más actualizados de la región centroamericana.

“Se ha obtenido mucha cooperación, ayuda, porque los equipos son caros, entonces, hubo donaciones de varios países, yo menciono también Rusia, países como Alemania, Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Japón”, mencionó.

Además, han tenido capacitaciones, cursos, trabajos científicos en común, elaboración de informes, reportes y publicaciones; con estos aportes se ha podido desarrollar este Sistema de Alerta Temprana.

“El sistema es de nosotros, de Nicaragua, tenemos que mantenerlo nosotros y lo podemos hacer, pero muchas veces llegamos a un nuevo nivel, en el que se requiere de cooperación”, reconoció.

Strauss puntualizó que en el caso de los sismos, lo primero que se detecta, es con una de muchas de las estaciones que tienen y posteriormente con varias. En algunas instituciones de Managua ya instalaron equipos, para que reciban estas alertas, en segundos.

El sistema de alerta para tsunami, no es solo para Nicaragua, sino para toda Centroamérica, en ese sentido, Strauss resaltó, “somos el Centro de Alerta de Tsunami para Centroamérica, entonces procesamos muchos datos, también de la región, si existe alerta de tsunami, entonces, enviamos el mensaje al resto de países de Centroamérica”.

Existen compromisos de las instituciones del Gobierno de Nicaragua, para salvaguardar la vida de las familias ante cualquier eventualidad.

“Nosotros aquí en la parte científica, somos los primeros que sabemos de un posible evento, pero después viene todo un sistema en Nicaragua en el que participan las instituciones estatales, también privadas, universidades, escuelas, prácticamente todos están involucrados en este sistema y saben qué hacer cuando hay una alerta, porque recibieron información, educación y capacitación”, señaló.

Si ocurre algún sismo en una zona determinada, hay elementos de organización, hay planes. Si hay alguna situación, el Gobierno sabe qué hacer. Todo esto, cuando Strauss vino a Nicaragua, no existía.

 

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