Una delegación del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN),
encabezada por la presidenta del Consejo Supremo Electoral, Brenda
Rocha, y el ministro asesor de relaciones internacionales Orlando
Tardencilla, participaron este sábado en un encuentro virtual con la
plataforma solidaria de España con Nicaragua, desde San Bernardo,
Madrid.
Por Consejo de Comunicación y Ciudadanía
La delegación del FSLN durante su intervención pidió que el encuentro
se dedicará a los miles de mártires inocentes de la agresión criminal
del Estado de Israel contra el pueblo de Gaza.
Recordó que venimos de siglos de lucha contra los imperios, y hoy se
avanza con pasos firmes y logros concretos: una economía que crece con
justicia social como horizonte, obras de infraestructura que llegan a
cada rincón del país, energía limpia y renovable que abastece más del
75% del consumo nacional, salud gratuita, cercana, digna y humana,
educación gratuita, universal y con sentido emancipador.
Mensaje del FSLN al encuentro virtual de solidaridad
“nicaragua, revolución y avances” de la plataforma de solidaridad con
Nicaragua en España
Buenas tardes, Hermanas y Hermanos:
Antes de comenzar, les ruego que me permitan dedicar este encuentro,
este espacio de lucha, conciencia y esperanza, a los miles de mártires
inocentes de la agresión criminal del Estado de Israel contra el pueblo
de Gaza. A los niños y niñas cuyos nombres se han perdido entre
escombros, a las madres y padres que los lloran con el alma desgarrada, a
las familias que resisten bajo el estruendo de las bombas. ¡Que su
memoria nos impulse a seguir luchando por la vida, la dignidad y la
justicia verdadera!
Les traigo un saludo fraterno y revolucionario del Comandante Daniel
Ortega y de la Compañera Rosario Murillo, Copresidentes de nuestra
amada Nicaragua, tierra de Sandino y de Darío, donde cada día sembramos
esperanza, recogemos dignidad y construimos un porvenir de soberanía
popular, justicia social y amor al Pueblo.
Nuestra Historia, Hermanas y Hermanos, está escrita con sangre, pero
también con sueños. Está marcada por la resistencia de un pueblo que
nunca ha aceptado la opresión como destino, ni la injusticia como
normalidad. Es la historia de la ternura rebelde, del valor colectivo,
de la fortaleza inquebrantable que nos ha permitido caminar hombro con
hombro con los pueblos que, como ustedes, sienten, vibran y viven como
propios cada acto, cada palabra, cada victoria revolucionaria del pueblo
nicaragüense.
Venimos de siglos de lucha contra imperios: desde el colonialismo
brutal hasta las intervenciones yanquis, pasando por nuevas y más
sofisticadas formas de dominación: bloqueos criminales, chantajes
financieros disfrazados de cooperación, campañas mediáticas de odio,
—esa guerra mediática— que busca desacreditar, destruir y frenar, con
mentiras y artificios legales, el avance legítimo de los pueblos
soberanos.
Pero Nicaragua no se rinde. Nicaragua jamás se rendirá.
Desde la gesta gloriosa de Sandino, nuestro General de Hombres y
Mujeres Libres, que enfrentó, derrocó y expulsó a las fuerzas
intervencionistas del imperialismo yankee, pasando por la también gesta
heroica de la Revolución Popular Sandinista de 1979, que enfrento y
derrotado a la dictadura somocista, resistimos y vencimos a la
contrarrevolución financiada por Estados Unidos, vencimos el intento
fallido de golpe de estado del 2018, y seguimos enfrentando con
dignidad, con verdad y con pueblo, cada intento de socavar nuestro
camino.
Y hoy, Compañeros, Compañeras, Nicaragua avanza. Avanza con pasos
firmes y logros concretos: Una economía que crece con justicia social
como horizonte, Obras de infraestructura que llegan a cada rincón de
nuestra patria, Energía limpia y renovable que abastece más del 75% del
consumo nacional, Salud gratuita, cercana, digna y humana, Educación
gratuita, universal y con sentido emancipador.
Y avanza también con las mujeres como protagonistas, como sujetas
políticas, como fuerza transformadora. En Nicaragua, las mujeres lideran
ministerios, gobiernos locales, empresas públicas y movimientos
sociales. No como excepción, sino como norma. Porque en nuestra
revolución, hemos comprendido que, sin la mujer, no hay justicia. Sin la
mujer, no hay libertad. Sin la mujer, no hay revolución.
Hoy ocupamos los primeros lugares en los índices globales de paridad
en cargos públicos, con más del 50% de representación femenina en la
Asamblea Nacional, en el Órgano Judicial y en el Electoral, así como en
los ministerios, en las alcaldías y en espacios de decisión estratégica.
No es casualidad, es consecuencia directa de un proyecto revolucionario
que desde sus orígenes dependió de la participación protagónica de la
mujer como condición imprescindible para la Liberación del Pueblo.
Defendemos cada uno de los derechos sociales y culturales
conquistados desde 1979. La tierra para quien la trabaja. La educación
como derecho, no como mercancía. La cultura popular como expresión viva
del alma de nuestro pueblo. El derecho a vivir con dignidad, a soñar sin
límites.
Y sí, también resistimos. Llevamos a Estados Unidos ante la Corte
Internacional de Justicia por su guerra sucia de la contra, esa que bañó
de sangre nuestra tierra. Y ganamos, fueron condenados. Ellos nos
deben una reparación histórica que jamás han cumplido. Pero nosotros
seguimos exigiendo justicia, con la frente en alto.
Y hoy también, desde esta tribuna, alzamos la voz ante los crímenes
de Israel. Porque no se puede hablar de derechos humanos y callar frente
al genocidio. No se puede hablar de paz y justificar la masacre de un
pueblo que sólo busca existir. Nicaragua ha denunciado a Israel ante los
tribunales internacionales, y lo seguirá haciendo, mientras haya un
solo niño palestino que sufra, que muera, que resista bajo las bombas.
Mientras haya una sola madre palestina que grite en medio de los
escombros, nuestras voces la acompañarán.
Compañeras, compañeros, hermanas, hermanos:
La solidaridad no es un gesto, es una trinchera viva de lucha. Hoy,
más que nunca, necesitamos que esa trinchera se fortalezca y se
multiplique. Compañeras, compañeros, ustedes que han abrazado con el
corazón nuestra causa revolucionaria, que han caminado junto al pueblo
nicaragüense en momentos duros y en victorias compartidas, les hacemos
un llamado urgente y fraterno: que su voz resuene en cada rincón donde
les sea posible, denunciando la agresión brutal e inhumana del gobierno
de Israel contra el pueblo palestino.
Les agradecemos profundamente por estar aquí, por no mirar hacia
otro lado, por poner el cuerpo, la palabra, el corazón y la acción al
servicio de la justicia.
No basta con la indignación silenciosa, necesitamos acciones
concretas: movilizaciones, pronunciamientos públicos. Que se escuche el
clamor de los pueblos por Palestina. Que sus manos sigan siendo manos
solidarias, activas, rebeldes ante el genocidio.
Porque si algo nos une como Pueblos en Resistencia es la certeza de
que no hay Paz verdadera mientras haya injusticia, que no hay Derechos
Humanos con bombas cayendo sobre pueblos indefensos. Y como ustedes lo
saben bien: el dolor de un pueblo oprimido no tiene fronteras.
Desde Nicaragua, los convocamos a redoblar la solidaridad, a que el
grito de “¡Palestina libre!” se escuche en todas la lenguas e idiomas,
con acento revolucionario.
Hoy más que nunca, necesitamos su voz, su compromiso, su fuego.
Desde Nicaragua decimos, con fuerza:
La revolución está viva. Late en nuestras escuelas, vibra en
nuestras mujeres, florece en nuestros hospitales, y también resiste en
nuestras trincheras de dignidad frente al imperio.
Y desde lo más profundo del alma latinoamericana, nos unimos al clamor de los Pueblos por Palestina:
¡Gaza no está sola! ¡Palestina vencerá!
¡Viva Nicaragua Bendita y Siempre Libre!
¡Muchas Gracias!