En 1823, en respuesta a una nota diplomática que le hiciera llegar el Czar de Rusia al entonces Presidente de Estados Unidos, James Monroe, sobre futuras aspiraciones coloniales de las potencias europeas, este último respondió con un vibrante discurso ante el Congreso de Estados Unidos, con lo que hemos llegado a conocer como la Doctrina Monroe.
Por Glenn Sambola, Ciencias Políticas
En esencia, esta doctrina mil veces tergiversada, señala que los países del continente americano han asumido y mantienen una condición de independencia y por lo tanto no pueden ser consideradas como sujetos de futuras colonizaciones. Asimismo, señala que, considerando tal condición, cualquier intento de subordinar algún país del hemisferio, sería percibido como un acto inamistoso hacia Estados Unidos y una amenaza a la Paz y Seguridad.
Algunos ejemplos de la implementación de la Doctrina Monroe, en su formato original, son la firma del tratado Clayton Bulwer entre Estados Unidos y Gran Bretaña sobre la construcción del Canal Interoceánico a través de Nicaragua y la Moskitia; el apoyo al Presidente José Santos Zelaya para la anexión militar de la Moskitia a Nicaragua y la Guerra Hispanoamericana. En ninguno de estos tres casos hubo beneficios tangibles para la población "liberada," sin embargo, había consistencia con los elementos fundamentales de la doctrina.
El Corolario Roosevelt, emitido por el Presidente Theodore Roosevelt, considerado una adición a la Doctrina Monroe, señala que además de prevenir las aspiraciones coloniales europeas en el hemisferio americano, Estados Unidos podía intervenir en cualquier país de Latinoamérica y el Caribe con el propósito de garantizar el orden y la estabilidad.
Con ello, Estados Unidos justifica una docena de intervenciones militares en todo el continente, instalando gobiernos títeres, reprimiendo movimientos nacionalistas, subordinando a pueblos enteros y promoviendo sus intereses económicos. Con el corolario se enuncian las frases "América para los Americanos" y el "Patio Trasero de Estados Unidos", surgieron las Banana Republics y se consolidaron las oligarquías locales, pero también nacieron grandes héroes que dieron sus vidas denunciando la injusticia y luchando por la libertad.
Las guerras mundiales y el nacimiento del arte del espionaje trajeron consigo una mayor desvirtuación de la Doctrina Monroe. La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) fue creada con el objetivo de recolectar, organizar y analizar inteligencia y para llevar a cabo operaciones encubiertas. Estados Unidos ahora se arrogaba no solo el derecho de prevenir la colonización europea, sino también el derecho de intervenir militarmente en cualquier país del hemisferio y conducir operaciones de cambio de régimen, incluyendo asesinatos de líderes políticos, reclutamiento de líderes militares, entrenamiento y equipamiento de fuerzas paramilitares, entre otras acciones. La mano escondida de Estados Unidos ha sido estudiada en Panamá, Honduras, Nicaragua, Cuba, México, Haití y República Dominicana, siempre con una combinación de evidencia y teorías de conspiración.
Con las nuevas políticas de ayuda bilateral para el desarrollo y el nacimiento de organizaciones como la National Endowment for Democracy (NED) en 1983, Estados Unidos agrega un último componente a la Doctrina Monroe, la Desnaturalización de las ONG. A partir de este punto, el financiamiento de Estados Unidos únicamente estará disponible para organizaciones no gubernamentales dispuestas a implementar agendas que coincidan con su política intervencionista. Centenares, sino miles de ONG constituidas por causas nobles, abandonan sus mandatos con la aspiración de acceder a financiamiento USA.
El Gobierno de Estados Unidos se limita a ser el autor intelectual de las acciones de desestabilización y cambio de régimen, mientras que las ONG se instrumentalizan como autores materiales. Sus capacidades organizativas y administrativas, sus conocimientos y buenas prácticas y sus redes nacionales e internacionales son desplegadas al servicio de la Doctrina Monroe.
Lo anterior responde a una práctica más eficiente y posiblemente más efectiva de la Doctrina Monroe. Por ejemplo, es más barato invertir algunos cientos de miles de dólares en ANPDH, CENDIH, IEEPP o CPDH antes de intervenir militarmente en Nicaragua arriesgando vidas estadounidenses. También es más barato que promover la formación de ejércitos paramilitares como es el caso de la "Contra" o colocar agentes encubiertos en el país para intentar reclutar a oficiales de alto rango de la Policía Nacional o el Ejército, particularmente considerando la experiencia militar del FSLN.
Asimismo, está más que demostrado que invertir en una articulación artificial de los partidos políticos de oposición, es igual a botar el dinero, dado unos cuantos "líderes" se lo roban, las alianzas tienden a no ser sostenibles y rara son capaces de alcanzar los resultados deseados.
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