Por Vicente Verdaguer
De aquellos días de pesadilla y crimen, entre abril a julio del año pasado, guardo los mensajes de uno de los grupos a los que pertenecía, y hoy quiero mostrarles cinco que seguramente muchos
Fuente : Radio la Primerisima
de ustedes recordarán. Son mensajes que, vistos a más de un año de los sucesos, pueden hacernos reír o llorar, y también llevarnos a la pregunta de cómo llegamos a alcanzar ese nivel de locura en el que, hasta gente que creíamos inteligente se vio envuelta. Envolvieron a la mayoría en la gran mentira y la mayoría respondió cual lo programado en la guerra psicológica, distribuyendo cada patraña, de buena fe, creyendo que de esa manera contribuían positivamente.
Mensaje recibido el 16 de junio:
"Un comunicado oficial por parte de Coca Cola avisa que no consuman Fanta, porque le echaron ácido muriático y ya van 8 muertos. Ojo, es un comunicado oficial, avísale a la familia por protección".
Mensaje recibido el 2 de junio:
"Un doctor del Lenín Fonseca que no quiso dar su nombre x miedo me pidió que les comunicara que en la morgue del hospital hay 327 cuerpos de estudiante masacrados, que los que tengan hijos desaparecido vayan a reconocerlos pues en las próximas horas van a incinerarlos. Trasmitirlo".
Mensaje recibido el 15 de junio:
"Hay un video de WhatsApp que se lanzará mañana que se llama Martinelli, no lo abran pues al hacerlo conecta el celular automáticamente con el Carmen y la cámara graba todo lo que haces o hablas. Divulgarse".
Mensaje recibido el 21 de junio:
"Dijeron en la televisión que una señora de la CIDH que venía para Masaya a investigar, la detuvieron los paramilitares en el Coyotepe a las 7:30 de la mañana, y aunque ella se identificó la mataron y la metieron en una valija y no se sabe para dónde la llevaron, en la OEA dijeron que la habían desaparecido".
El último de los mensajes que les mostraré me llegó el 14 de junio a eso de las 7 de la noche, justo cuando uno de mis amigos, vecino de la cuadra, me visitaba. Él también era miembro del grupo de WhatsApp y el mensaje entró a nuestros celulares al mismo tiempo.
– Ya lo viste –me dijo mi amigo– me cae deacachimba esta noticia.
Y nos pusimos a reír. En esos días, mi amigo, estaba estresado a causa de la guerra psicológica y el obligado encierro de casi dos meses que vivimos la población. Los masayas éramos una de las pocas poblaciones completamente aislada, secuestrada, repleta de tranques y barricadas y con las bandas de delincuentes caminando libres por las calles. Nadie se podía mover en vehículo y hacerlo a pie era correr el riesgo de, por lo menos, ser asaltado por alguno de los delincuentes. (Aun no comprendo cómo el gobierno pudo aceptar que, por casi dos meses, un grupo insignificante de vándalos, cometiera tanto crimen). Debido a esto, mi amigo no había podido dormir en las últimas tres semanas ni siquiera con las pastillas que el dueño de una farmacia le había conseguido.
Decía el mensaje:
"Se está avisando que no hay que tomar agua del chorro porque el ilegítimo gobierno Ortega Murillo, ordenó que le echaran un químico al agua para dormir a la gente y matarlos dormidos".
– Me voy a tomar cuatro litros y me voy a la cama –dijo mi amigo, soltando una carcajada que seguramente le arrancó la mitad del estrés que tenía acumulado.
Y continuó diciendo: –Qué lástima que esta verga es mentira, pues si no, yo hasta sería capaz de llamar al Canal 4 para agradecerle a Ortega por evitarme este hijueputa insomnio.