Nicaragua: LA PATRIA YA ES DE TODOS

La Patria YA es de todos. Como nunca antes lo fue. La patria es de todos solamente con inclusión. Cuando las grandes mayorías empobrecidas y explotadas por el capitalismo de los criollos, empiezan a percibir que el tan cacareado crecimiento económico los incluye. No como antes que debíamos conformarnos con observar -desde el hambre, la miseria y el analfabetismo de las multitudes- las fotos y los brindis celebratorios de los ministros camisitas rayadas, genuflexos ante el FMI, felices, anunciando un crecimiento económico que para ellos, para los ricos, siempre fue más riqueza mientras que para el resto, para la mayoría, extrema y aberrante pobreza. Esto siempre fue así, salvo durante los gobiernos sandinistas.
Por Margine Gutiérrez
Del período somocista Carlos Fonseca1 nos ilustra el panorama desolador: “La pésima alimentación de las clases trabajadoras ha provocado muertes por hambre. En 1964 se supo que centenares de campesinos de la Comarca El Tempisque, en el Departamento de Matagalpa, habían perecido a consecuencia del hambre. (…)

En la Comarca de Malacaguas se han presentado casos de demencia colectiva provocados por la pésima alimentación; ceguera nocturna, originada por deficiencias de vitamina A y de proteínas, se padece en comarcas del Municipio de Darío. Hace pocos años el resultado de los exámenes realizados en una escuela ubicada en Las Jinotepes, comarca situada cerca de la capital del país, indicó que la totalidad de los doscientos alumnos padecían tuberculosis”.

“Solamente el 1.1% de la población nicaragüense ha cursado la escuela primaria. Un 50% de la población no ha cursado ningún grado de enseñanza. La proporción de alumnos que abandonan la escuela en el primer grado, o repiten cursos, es elevadísima (setenta y tres por ciento)”.

(…)

“La mortalidad infantil alcanza niveles pavorosos en Nicaragua. Más del cincuenta por ciento de las defunciones que ocurren en el país corresponden a personas menores de catorce años. De cada mil niños que nacen mueren ciento dos. De cada diez muertos, seis se deben a enfermedades infecciosas, es decir enfermedades curables”.

Así sintetizaba Carlos Fonseca la situación vivida durante el somocismo: “Nicaragua, en efecto, es uno de los países más pobres y atrasados del hemisferio, en donde la ignorancia y la miseria alcanzan grados espantosos debido al sistema de enriquecimiento y corrupción que las clases gobernantes , encabezadas por Anastasio Somoza (tachito) practican sobre las mayorías explotadas”.

En el artículo “Nicaragua: el fracaso neoliberal” publicado el 28 de mayo del 2006, Oscar René Vargas2, un nuevo cruzado de la derecha, describe los desastrosos resultados que para nuestro pueblo tuvo el triunfo de la UNO en 1990 y su permanencia en el gobierno durante 16 años.

“Analizando la situación y la evolución socio-económica de los últimos dieciséis años no se puede negar que algo va mal.

Las desigualdades aumentan de forma insostenible, los derechos laborales y sociales son cada vez más recortados en nombre del libre mercado, el cambio climático deja sentir las primeras -aunque todavía suaves- consecuencias, la salud de la población sufre claramente de un estilo de vida poco saludable, la violencia física y síquica dentro de la sociedad aumenta”.

“Entre 1990 y 2006, más de 2 millones de personas se han incorporado a la pobreza. El 82 por ciento de la población, es decir, más de 4.2 millones de personas, sigue viviendo por debajo del umbral de la pobreza y más de 2.1 millones de nicaragüenses malviven en la indigencia.

Estas cifras, tremendas e insoportables, se dan en el marco de la subida relativa, pero descenso absoluto, del gasto social y de una caída significativa en la eficacia de su empleo.

Así, según la CEPAL, los recursos por habitante dedicados a salud, educación, vivienda y protección social han disminuido desde 1990”.

“La larga crisis y el costo social del modelo neoliberal aplicado desde los años 90 agudizaron los profundos dramas de una sociedad empobrecida y ya se ha hecho habitual ver a niños viviendo en las calles, ancianos mendigando, familias comiendo de la basura o profesionales manejando taxis.

 Los datos de la miseria son escalofriantes en la niñez. Son en los niños y niñas y los adolescentes, en quienes la pobreza golpea más duro”.

En cambio ahora, la inclusión y el respeto por las mayorías -o sea la justicia social- se visibilizan en un conjunto de políticas públicas que tienen como eje central las necesidades y aspiraciones de la mayoría, sin descuidar las grandes medidas y acciones que nos hacen avanzar aceleradamente hacia el desarrollo.

La electrificación y la construcción imparable de carreteras sirven para llevar hasta el último rincón de nuestro país tecnologías e insumos para desarrollar la producción y modernizarla.

Permiten la construcción de grandes hospitales en todos lados: Bilwi, Waspan, Bluefields, San Miguelito y a su vez democratiza el acceso a la salud de todos y mejora notablemente la calidad de vida de nuestro pueblo. Un pueblo sano es un pueblo feliz, proactivo y productivo.

 Se construyen y reconstruyen escuelas en las que ya ningún niño tiene que recibir clases sentado en el suelo, sino que además recibe gratuitamente sus útiles escolares, uniformes más la merienda y su vaso de leche. O sea, salud y educación para nuestro pueblo, base fundamental para el desarrollo de la fuerza productiva que requieren los avances que, poquito a poco, vamos experimentado.

El impacto de toda esta gigantesca inversión en puentes, carreteras, escuelas, hospitales, centros de salud, parques, casas maternas, viviendas así como otra inmensa cantidad de programas sociales, aún no se percibe en toda su magnitud, a pesar de que ya se mira el cambio.

Sus efectos, como todo en la vida, son paulatinos pero llegará un momento en que ese impacto en la calidad de vida de todos los nicaragüenses se sentirá a raudales.

Por eso debemos seguir en esa senda.

Hace pocos días el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (…) reconoció que:

• hay disminución de la pobreza. Que entre 2009 y 2016 se redujo del 42.5 por ciento al 24.9 por ciento y la pobreza extrema del 14.6 por ciento al 6.9 por ciento.

• que Nicaragua ha logrado disminuir la tasa de mortalidad infantil de 58.9 por cada mil nacidos vivos en 1993 a 22.7 en 2012. Para 2018, esta tasa fue de 12 por cada mil nacidos vivos.

• la mortalidad neonatal pasó de 10 a 8 por cada mil nacidos vivos en 2018

• la mortalidad materna pasó de 97 por ciento a 37.5 por ciento por cada 100.000 nacidos vivos de 2007 a 2016

• el porcentaje de niñas y niños que lactaron dentro de la primera hora de nacidos pasó de 54 por ciento a 77.35 por ciento y la tasa de lactancia materna exclusiva se incrementó de 31.7 por ciento a 46 por ciento.

• la desnutrición crónica que está asociada a la pobreza, inequidad y prácticas no adecuadas de alimentación, se ha reducido en los últimos años pasando de 17.3% por ciento en el 2006 a 12.8 por ciento en 2017.

• el número de Centros de Desarrollo Infantil, CDI pasó de 63 en 2007 a 270 en 2018 en los que se atienden a cerca de 15.000 niñas y niños menores de 6 años.

El informe de UNICEF, también indica que en los últimos cinco años, se han logrado importantes avances en la educación primaria y secundaria en Nicaragua.

Se ha garantizado el acceso gratuito, ampliado la cobertura y mejorado la calidad. Entre 2011 y 2016, según el Ministerio de Educación, el índice de permanencia en la segunda etapa de la educación inicial pasó del 90.4 por ciento al 91.6 por ciento.

En la educación primaria el índice se mantuvo constante en un 92 por ciento, mientras que en educación secundaria aumentó del 86.3 por ciento al 87.5 por ciento”.

De manera que por primera vez en la historia hay inclusión. Los pobres, empobrecidos por los gobiernos de los ricos, ya no son victimas de discriminación ni de injusticia social. Son el centro y el eje de las políticas públicas porque solamente con la participación de las mayorías, como protagonistas, un país puede alcanzar el desarrollo sostenible. Por eso es que esa Patria, azul-blanco-azul que celebramos en septiembre ya es de todos.

En Nicaragua, la patria nos pertenece a todos, salvo a los que voluntariamente se excluyen porque tienen su vista, su corazón y sus intereses depositados en la bandera de las barras y las estrellas. Esos son los que la quieren destruir y sumir en la pobreza como lo han hecho siempre que fueron gobierno.

Pero el pueblo lo sabe y de allí el respaldo masivo a la gestión de gobierno. Más de un 56% considera que la situación ha mejorado en relación a hace 6 años y… una amplia mayoría les niega su voto y se lo otorga al FSLN. De allí que la unica opcion que les queda es el golpe de estado ejecutado por los gringos. De lo contrario, nunca más volverán al poder.

Como predijo Ricardo Morales Avilés, “Estamos en el camino, después del primer paso no pararemos de andar jamás”.



Entradas populares