Toma del Palacio Nacional: El principio del Fin de Somoza

La operación de la Toma del Palacio Nacional inició a las 10:00 am del 22 de agosto de 1978. Hoy se celebran 41 años de este acontecimiento histórico que marcaría el rumbo del Triunfo de la Revolución Popular Sandinista en el año 1979.
Fuente: Redvolucion. Recopilado por: Germán Van de Velde
En aquel momento, al medio día, los guerrilleros vestidos y armados con uniformes de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI) entraron por dos costados del edificio, cerrando tras de sí cada una de las puertas de acceso. En un instante, todo el Congreso fue controlado por ellos. Dentro del edificio quedaron atrapados más de 2 mil personas, quienes por un período de tres días fueron testigos y protagonistas[1].

Asimismo, durante el desarrollo de los hechos, el Comandante Edén Pastora (quien estaba a cargo del Comando y la Operación) dio a conocer que las exigencias del movimiento era la liberación de los presos políticos, entre ellos el Comandante Tomás Borge Martínez, 10 millones de dólares, la publicación en la prensa nacional de un manifiesto del FSLN y la puesta a disposición de los medios de transporte necesarios para que el comando y los rehenes pudieran salir del país.

Entre los principales guerrilleros que estuvieron involucrados en la operación están el Comandante “Cero” Edén Pastora, Walter Ferreti, entre otros.

Además, ante la presión de los guerrilleros y que Somoza no cedía a las peticiones, el cardenal Miguel Obando y Bravo participó en el proceso de negociación. Poco después, el cardenal Miguel Obando y Bravo enviaría el mensaje “El presidente ha aceptado sus peticiones”.

La partida de los guerrilleros y los rehenes rumbo al aeropuerto internacional de Managua fue realizada en dos autobuses. Desde el aeropuerto salieron hacia Panamá. Ahí los guerrilleros se reunieron con miembros de la Dirección Nacional que los esperaban, para posteriormente viajar a Cuba.

Antecedentes con Fidel

Unos meses antes del asalto al Palacio Nacional se dio un encuentro de guerrillero con el Comandante Fidel Castro en La Habana. En esta reunión, donde el líder cubano dedicó “unas cuantas horas para conocer con más a profundidad sobre el desarrollando la lucha insurreccional en Nicaragua iniciada en octubre de 1977”.

Tras analizar todos los escenarios, el Comandante Ortega manifestó: “le dijimos a Fidel que íbamos por el Palacio. Tomarse el Palacio parecía una locura y cada vez que les hablaba (de la toma) del Palacio, decían: este está loco. Yo creía en esa locura, hablando con Fidel”.[2]
Un mensaje a la Juventud

En la actualidad, la juventud sandinista sigue reconociendo este acontecimiento heroico y continúa aprendiendo de las históricas luchas llevadas a cabo por los combatientes históricos del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

A partir de esto es importante destacar el mensaje del Comandante Edén Pastora, conocido como “Comandante Cero” mencionó:

    “Siendo jóvenes sin ninguna experiencia en armería y combate, agarraron coraje, y firmes bajo el liderazgo del Comandante Daniel Ortega, iniciaron su lucha para derrotar a una dictadura cruel, la que muchos años violentó los derechos de un pueblo que estaba oprimido”.[3]

De igual forma, se remarcan actividades llevadas a cabo entre la juventud y los combatientes históricos. El 22 de agosto de 2018 se llevó a cabo un encuentro entre la Juventud Sandinista y miembros del Comando que asaltó el Palacio Nacional. En esta actividad, Milton Ruiz, Coordinador de la Juventud Sandinista, declaró:

    “Hoy celebramos junto a ellos ese final de la dictadura somocista y el inicio del orgullo nicaragüense, el orgullo patrio. Estamos aquí para fortalecer nuestro sentimiento, para seguir trabajando con ellos en las nuevas rutas, en las nuevas esperanzas.” [4]

Una negociación que sí funcionó

En este proceso se destaca la condición de mediador que jugó el Cardenal Obando para evitar un derramamiento de sangre. En aquel entonces, el apoyo de la iglesia católica trataba de ser imparcial, con el objetivo de cumplir el papel de un verdadero mediador.

El Comandante Daniel Ortega destacó la importancia de las negociaciones porque ya Somoza había hecho planes para entrar al Palacio utilizando tanques, comandos y helicópteros.
Significado del acontecimiento histórico

El pueblo de Nicaragua se desbordó a las calles en apoyo al Comando Guerrillero que había ejecutado con éxito la acción. El pueblo clamaba “Viva el Frente Sandinista”. De esta forma, el mundo conoció la disposición combativa del pueblo nicaragüense, en especial, la fuerza de organización político militar del Frente Sandinista de Liberación Nacional.

A nivel nacional, el legendario operativo hizo comprender que la causa era liberarse y poner fin a la criminal dictadura somocista a través de la insurrección popular.

La toma al Palacio proyectó la imagen del FSLN a nivel internacional. Este fue considerado el comienzo del Final de Somoza, donde 11 meses más tarde, el pueblo de Nicaragua, guiado por el FSLN recuperó su libertad.

Recopilado por: Germán Van de Velde

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