5 poemas dedicados al General de Hombres y Mujeres Libres

El legado de lucha, valentía y dignidad inquebrantable del General Augusto C. Sandino, ha inspirado a intelectuales y escritores a nivel latinoamericano, los cuales han plasmado a través de las letras e ideas, el ejemplo indeleble del líder de la resistencia nicaragüense y uno de los más grandes símbolos de lucha antiimperialista.
Por https://barricada.com.ni/


Hoy Nicaragua y especialmente la militancia sandinista, honran y conmemoran la memoria del General Sandino en el 125 aniversario de su natalicio.

A continuación, te compartimos 5 poemas dedicados al General de hombres y mujeres libres:

AQUEL AMIGO 

Después Sandino atravesó la selva y despeñó su pólvora sagrada contra marinerías bandoleras

en Nueva York crecidas y pagadas: ardió

la tierra, resonó el follaje:

el yanqui no esperó lo que pasaba: se

vestía muy bien para la guerra brillaban

sus zapatos y sus armas, pero por

experiencia supo pronto quiénes eran

Sandino y Nicaragua: todo era tumba de

ladrones rubios: el aire, el árbol, el

camino, el agua, surgían guerrilleros de

Sandino hasta del whisky que se

destapaban y enfermaban de muerte

repentina los gloriosos guerreros de

Luisiana acostumbrados a colgar los

negros mostrando valentía sobrehumana:

dos mil encapuchados ocupados

en un negro, una soga y una rama. Aquí

eran diferentes los negocios:

Sandino acometía y esperaba,

Sandino era la noche que venía

y era la luz del mar que los mataba,

Sandino era una torre con banderas,

Sandino era un fusil con esperanzas.

Eran muy diferentes las lecciones,

en West Point era limpia la enseñanza:

nunca les enseñaron en la escuela

que podía morir el que mataba:

los norteamericanos no aprendieron

que amamos nuestra pobre tierra amada

y que defenderemos las banderas

que con dolor y amor fueron creadas.

Si no aprendieron esto en Filadelfia

lo supieron con sangre en Nicaragua:

allí esperaba el capitán del pueblo:

Augusto C. Sandino se llamaba.

Y en este canto quedará su nombre

estupendo como una llamarada

para que nos dé luz y nos dé fuego

en la continuación de sus batallas.

Pablo Neruda. Canción de Gesta, 1960

SANDINO, PAJARO, CALICANTO

Me imagino a Sandino
el General
imaginando
las flores machucadas
las hojas mustias
las flores renacidas
las hojas nuevas
Sandino imaginando el Tiempo
de las vacas flacas
y el Tiempo
de los Arcos Triunfales.

Imagino a Sandino, de pie,
con el Árbol de la Vida de fondo
y los güises picoteando gusanos
y cogollos
las palomas, los pijules, agitados
alborotados
en el naranjoagrio.

Lo imagino, imaginando cosas
de todos los días
libros a medio abrir
y libros abiertos
para volverse a cerrar.
Sandino entre las cuentas
que no ajustan
y las Clases de Caligrafía.
A cuestas entre la Vida
y la Vida.  No poca cosa!

Sandino sin sombrero, saludando
Sandino cabalgando
y a pie, descalzo, en tennis
a lomo de buey
a deshoras
puntual y efímero
temporal y eterno.

Sandino, entre las pequeñas e infinitas cosas de todos los días:
El pasaje del bus
los libros, los cuadernos, las dudas
las perplejidades
la pana del mercado
la vacuna del niño, los repelos
los suspiros, la falta que nos hacen
los amores que se van…
y las cosas más corrientes:
las caries, el dolor de muelas
los antojos,
los anteojos, los sonrojos, el sofoque
los miedos; las sombras largas!

Lo imagino, en el tintineo
de los delantales; en el contoneo
y el sudor
en el agua helada, el café
la jícara de tiste, la palangana
Alto y Erguido, soñando
entre las chucherías, los raspados,
de pie siempre, caminante!

Sandino haciendo fila
para las matrículas,
pagar recibos,
o esperar paciente
y prudente
pasar consulta, hacerse exámenes,
buscar las medicinas (y que estén)
atareadísimo
acarreando, recogiendo agua
haciendo cena, calentando tortillas
viendo y leyendo noticias, en el vértigo
actual de las pantallas
Sandino en Facebook
forcejeando en las Redes
posteando
retuiteando
de carne y hueso
metafísico
y terreno
y escalofrío puro,
y azogue!

Lo veo en bicicleta,
en moto,
en caponera,
en triciclo,
en carretón, en avión,
y esperando en las paradas,
con el aburrimiento a tuto
y a pie, otra vez,
persiguiendo heliotropos,
pipilachas, Mercurio y Plata
en los ríos.
Cómo entender tanta cosa
y tan poquita!

Sandino en la ligereza
en lo trivial
en el Ser
en lo profundo
en la Vida como es
en la Vida que hacemos
y será.

Sandino:
Leyenda Nuestra de cada día
carne y hueso, y alma nuestra
navegando
en todititas las aguas
calmas, pesadas, turbias, turbulentas
claritas, transparentes
en todas lluvia o sol!

Sandino chispa, chispero, enciende el Alma,
anti Imperio
anti Dominio
anti Guerra
anti Injerencia
anti Garrote
o Zanahoria,
anti Yankee,
Alma llana, Soberana, pues!

En estos Tiempos
de Buenas y Bonitas Caras
(que a nadie, por Dios,
engañan!)
Sandino, Viene, Ve y Vence
(porque
Caras vemos, corazones, bien sabemos!)

“Yo quiero Patria Libre
o Morir” dijo Sandino

Y nosotros que también queremos lo mismo
en pleno apogeo, en pleno auge de la Civilización
democrática, dicen
sin Espejismos o Ilusiones, no dudamos
que la Lucha Sigue
Sigue
Sigue!

Sandino, en este poema a medio palo
que no pude terminar,
y jinca-quete-jinca  y hostiga
y entonces llega
y camina y se pone enfrente
General de Hombres y Mujeres Libres
y yo me cuadro
y sus ojos y los míos se hacen chiquitos
de tanto ver
y creer!

Sandino en el alegre despertar
de las palomas
que cantan, pecho sonoro
Siempre Más Allá  Siempre Más Allá!
Aquí
Allá, y toditito eso que ya sabemos
y Más!

Rosario Murillo, mayo 18, 2016

SANDINO, PADRE NUESTRO 

¿Dónde estás?

¿Dónde está la luz

severa y dulce de tus pupilas

el cabello oscuro

la autoridad sobre los jardines

las hormigas

y las mazorcas?

¿Dónde estás indio?

¿Qué te hiciste sueño?

¿Para dónde te marchaste jornalero?

Donde quiera que estés

te sigo siguiendo

como si fueras

Padre nuestro

un caballo negro con las crines rojas

galopando en las viejas cañadas

por los nuevos caminos

Tomás Borge, mayo del 2000

SANDINO

“Había un nica de Niquinohomo

que no era ni político

ni soldado”

luchó en Las Segovias

y una vez que le escribió a Froylán Turcios

le decía que si los yanquis

por ironía del destino

le mataban a todos sus guerrilleros

en el corazón de ellos

encontraría el tesoro más grande de patriotismo

y que eso humillaría a la gallina

que en forma de águila

ostenta el escudo de los norteamericanos

y más adelante le decía

que por su parte al verse solo (cosa que no creía)

se pondría en el centro de cien quintales de dinamita

que tenía en su botín de guerra

y que con su propia mano daría fuego

y que dijeran a cuatrocientos kilómetros a la redonda:

SANDINO HA MUERTO

Leonel Rugama

SANDINO

El general era león
traficado y enorme
Parecía montaña
de lumbre
de luna llena
de héroe diciéndolo al oído
y todos oyeron

Se ponía un pie en la cabeza
-contaba su amigo mi padre-
y hasta los dos

Por eso fue fehaciente y venado
el ojo contagioso
para mirar lejos lejos
con el corazón amarrado
a las chispas de un sombrero
despejado de desdén

Las pestañas listas para mirar azul
desde las pupilas grises
con las que vio a Blanca
doblada en lágrimas
por una ola que parecía beso

No tenía miedo a la paz nos decía Carlos
me refiero a Carlos Fonseca
el de la alondra que comía banderas
ni a la muerte
ni a la curva del camino
una emboscada era cosa de niños
dos o tres, después las harían Fidel y el Che
mientras dormían los ruiseñores

No se comía las uñas
no le salían callos
solo en el dedo índice
las botas en las tierras húmedas
de varias leguas a la redonda
parecían caminar de puntillas
trinar y rugir y muchas cosas
cantar si Adelita se fuera con otro
y los invasores son hijos de puta
para hacerles el corte de chaleco
cuando los venados miraban a los
pájaros saltar a la suavidad
y hasta hacer muñecos de zacate
para engañar a los aviones
pero no mentía
era leal como recién nacido
y se puso serio
encabronado
y Bolívar a la hora de la muerte

Lo enterraron en una gran mañana
mientras los relojes marcaban todas las horas
y nosotros caminábamos
sacudiéndonos el sueño de los ojos.

Tomás Borge, abril 2009

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