«No habrá fuerza humana ni técnica capaz de detenernos», dijo el comandante Federico, Pedro Arauz Palacios. Bocay, Pancasán, Carlos Fonseca, Eduardo Conteras, Carlos Agüero, Julio Buitrago, Nandaime, la operación Águila VI en la montaña, la cárcel, la derrota electoral del 90, nada de esto doblego al sandinismo.
Por Tirsa Sáenz
Menos los traidores, ni los timoratos o los que dijeron que ya se había acabado todo y que no valía la pena seguir. Nada de eso doblegó al sandinismo. Hasta la Plaza de la Revolución costaba llenar los 19 de julio. Los sandinistas hemos cargado sobre nuestros hombros muchos dolores y nunca nos hemos arrodillado. ¿Creen ustedes que una mujer como Ana Julia Guido que estuvo en la montaña, presa, con lepra de montaña, valiente, guerrillera, digna y firme, se va a poner de rodillas por la arbitrariedad de los yanquis? Si lo piensan, no conocen la madera de la que estamos hechas las mujeres del Frente. Busquen en la historia a las traidoras, apenas se cuentan con los dedos de una mano. He visto a varios hombres de la extrema derecha, disfrazados de periodistas, celebrar la arbitrariedad en contra de Ana Julia Guido. Solo les digo una cosa: para que sus miserias puedan tener el tamaño de los ovarios de esta mujer, tendrían que nacer mil veces y eso es imposible. No soy amiga de Ana Julia, nunca he hablado con ella, nunca la he saludado, nunca, pero sé de su enorme valía, de su calidad y firmeza revolucionaria. Solo recuerdo que por su sandinismo y origen de clase, Bolaños no la nombró Jefa de la Policía y la mandó a retiro. Mis respetos Ana Julia Guido.
