Consolidan vínculos diplomáticos y cooperación con Rusia


Desde el retorno al poder del Presidente Daniel Ortega en 2007, el Gobierno de Nicaragua mantiene relaciones estratégicas con Rusia, especialmente en materia de seguridad —con la firma de acuerdos e instrumentos de cooperación para luchar contra el crimen organizado y el narcotráfico— y también la colaboración del país euroasiático en el combate al COVID-19.

Por Danay Galetti Hernández/Sputnik

El aspecto político posee un gran peso dentro de esos lazos bilaterales, dijo a Sputnik Ramón Edelberto Matos, analista e historiador, quien además catalogó de vitales los vínculos con Moscú, promotor de una mirada hacia el exterior muy similar a la de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

“Rusia asume, dentro de su estrategia geopolítica, la paz y la colaboración horizontal con sus socios y estados amigos. Con Nicaragua existe un acercamiento especial, pues el país apoya, como ningún otro, las decisiones adoptadas desde el Kremlin y, junto a Cuba y Venezuela, otros aliados en la región, resulta un equilibrio frente a la hegemonía de Estados Unidos”, apuntó.

Matos mencionó, especialmente, el respaldo a Moscú en la adhesión de la península de Crimea, tras un referéndum el 16 de marzo de 2014, celebrado con la presencia de observadores de 21 países, entre ellos, Israel, Italia y Francia, en el cual 96,77% de la población optó por la incorporación a Rusia frente continuar como parte de Ucrania.

“Esa postura ha sido muy bien recibida por el Gobierno y la sociedad de la nación euroasiática y su repercusión se traduce en la colaboración económica, sobre todo, tras el intento de golpe de Estado en 2018, el paso por la costa del Caribe de los huracanes Eta e Iota y el enfrentamiento a la pandemia con el envío de formulaciones Sputnik y Sputnik Light”, aseguró.

Momento actual de los vínculos

El analista político aludió a la firma el pasado 7 de diciembre, entre la Corporación Estatal de Energía Atómica de Rusia y el Ministerio de Relaciones Exteriores nicaragüense de un memorando de entendimiento sobre la cooperación en el uso de tecnología nuclear con fines pacíficos, el cual sienta las bases para el desarrollo de la infraestructura nuclear en el país centroamericano.

El documento establece, asimismo, la aplicación de esta tecnología en los sectores de industria, agricultura y medicina y la concientización de la ciudadanía respecto de su uso.

El 15 de diciembre último, Día de la Amistad entre Rusia y Nicaragua, el embajador de Moscú en Managua, Alexander Khokhólikov, notificó a medios nacionales que el abastecimiento y exportación de la vacuna rusa contra el COVID-19 CoviVac, producida en el Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov de la capital centroamericana, comenzará en enero.

El diplomático aludió a los dos proyectos significativos de la cooperación bilateral, entre ellos, el Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov, centro que elabora actualmente formulaciones contra la gripe, y anunció la distribución de ese inoculante a la población de la nación centroamericana.

Khokhólikov mencionó que el segundo convenio de relevancia es el moderno y altamente equipado Centro de Capacitación Antinarcóticos Rusia-Nicaragua, inaugurado en 2017 y con carácter regional, el cual ejecutó 15 programas de adiestramiento en 2020 y formó, al menos, 410 profesiones del orden público en el presente año.

De acuerdo con el embajador ruso, el intercambio entre ambas naciones en los últimos nueve meses experimentó un aumento considerable, valorado en aproximadamente 96 millones de dólares, y destacó la cooperación en materia de salud con la donación a Nicaragua de inmunógenos contra el COVID-19.

Según el diplomático, con el propósito de reforzar las esferas económicas y comerciales, emergió la Asociación Ruso-Nicaragüense de Cooperación Económica para el impulso de mayores negociaciones e intercambio comercial bilateral y la adquisición de productos del territorio centroamericano, mediante la firma de acuerdos.

En este sentido, el 16 de diciembre, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta anunció la llegada a Nicaragua en enero de una nueva flota de 350 autobuses procedentes de Rusia para el fortalecimiento del transporte urbano e interurbano y recordó la existencia de 300 que ya circulan por las calles del país centroamericano.

Durante la entrega a cooperativistas del sector de transporte de 250 buses marca KVAZ procedentes del país euroasiático el 25 de octubre último, el presidente Daniel Ortega reconoció los lazos de amistad y cooperación con Moscú y cómo, después del triunfo de la Revolución Sandinista, 19 de julio de 1979, lograron establecer relaciones con la entonces URSS.

“Comenzó la colaboración incondicional de una potencia determinante para el equilibrio mundial frente a los Estados Unidos y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte. Ellos nos dieron la mano en aquellos duros años desde 1980 a 1990 y a nuestra vuelta al poder retomamos los vínculos”, advirtió el dirigente.

Cronología de una fructífera cooperación

Matos recordó que, durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), Centroamérica, el Caribe y el Canal de Panamá formaban parte de la esfera de influencia y constituían objetivos estratégicos de la defensa continental y de la democracia vigente en aquellos años para Estados Unidos.

Bajo la influencia de Washington, la Nicaragua gobernada por el dictador Anastasio Somoza (1937-1947) suministró materias primas y fue la primera nación de América Latina en declararle la guerra a las potencias del eje Alemania, Japón e Italia, el 7 de diciembre de 1941, tras el ataque del territorio asiático a la base norteamericana Pearl Harbor, en Hawái.

Desde esa lógica, fungió como un país civilizado después de constituida la Organización de Naciones Unidas (ONU) con sus 50 Estados miembros y estableció relaciones diplomáticas con la URSS, el 12 de diciembre de 1944, no obstante, “fueron unos vínculos bien fríos, prácticamente solo en el plano de la formalidad”, reconoció.

Para el académico, el comienzo verdadero de los lazos bilaterales acontece luego del triunfo de la Revolución Sandinista en 1979 y de manera ininterrumpida durante una década. En ese periodo el apoyo soviético fue vital ante los continuos ataques de la administración del expresidente Ronald Reagan (1981-1989) contra el Gobierno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

“A partir de 1980, Nicaragua envió a más de 6.000 jóvenes civiles hacia los países del campo socialista, mayoritariamente a la URSS y a Cuba, con el propósito de elevar el nivel cultural, tecnológico y científico de los ciudadanos. También de ellos recibimos apoyo militar, amparo para las víctimas de la guerra, medicinas, trigo y combustible”, apuntó el experto.

Sin embargo, durante los gobiernos neoliberales de Violeta Chamorro (1990-1997), Arnoldo Alemán (1997-2002) y Enrique Bolaños (2002-2006), la mayor parte de esos profesionales, apuntó Matos, fueron “tirados al desempleo, carecieron de oportunidades y sobrevivieron como pudieron, a partir de lo que aprendieron, pero en el campo privado”.

El regreso del FSLN al poder en 2007 determinó el relanzamiento de las relaciones y el impulso de una intensa cooperación en sectores asociados a la enseñanza, ciencia, tecnología y defensa. Por ello, reveló el especialista, es frecuente en la actualidad ver misiones de alto nivel de ambos países cruzar el océano.

Tanto es así que una de las primeras visitas al exterior realizadas por Daniel Ortega como jefe de Estado fue a Moscú, en diciembre de 2008, y unos años después, en 2014, el presidente ruso, Vladímir Putin, arribó a Managua como parte de su gira por naciones de América Latina. Fue recibido por Ortega y su esposa, la actual vicemandataria Rosario Murillo.

“Durante el intento de golpe de Estado contra el Ejecutivo de Nicaragua, Putin envió una carta en la cual calificaba al dirigente como querido amigo y hermano y reiteraba su apoyo a la administración sandinista. También el canciller, Denis Moncada, acude con frecuencia a Rusia para el establecimiento de acuerdos económicos y la consolidación de los vínculos diplomáticos”, concluyó Matos.


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