Nicaragua en ruta a seguir desarrollo y crecimiento económico

 


El restablecimiento de los vínculos diplomáticos con China y el anuncio de inversiones de los empresarios rusos en fábricas y puertos representan para Nicaragua la posibilidad de aumentar sus exportaciones, mejorar la infraestructura interna y experimentar un crecimiento del Producto Interno Bruto superior incluso al 9% de 2021, afirman analistas.

Por Sputnik

Para el experto en temas de política internacional Elmer Martínez, el Ejecutivo encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) centra su gestión en un plan de desarrollo humano, emanado de las propuestas de la ciudadanía, basado especialmente en el crecimiento económico y, por ende, en el progreso social.

“Educación, salud e infraestructura constituyen los principales sectores beneficiados durante los 15 años de la administración sandinista. Contamos, además, con las mejores carreteras de Centroamérica y 23 hospitales públicos construidos en esta etapa. También somos el único país de la región con una red sanitaria gratuita y de calidad”, señaló Martínez a Sputnik.

Pese a la edificación de alrededor de 10.000 viviendas anuales, Martínez afirmó que el territorio percibe aún un déficit habitacional, sumado a la necesidad de optimizar el acceso al agua potable y al saneamiento ambiental en algunos de los 153 municipios, retos del nuevo periodo de gobierno, que comienza el 10 de enero.

El acto de investidura del presidente Daniel Ortega y la vicemandataria Rosario Murillo, previsto para el lunes 10, contará con una presencia confirmada de representantes de Cuba, Venezuela, Bolivia, Belice, Irán, Palestina, República Árabe Saharaui, China, Rusia e India; así como, los 300 acompañantes electorales de partidos, organismos y asociaciones progresistas.

Durante los pasados comicios generales del 7 de noviembre, la Alianza del FSLN obtuvo más del 75% de los votos, un acumulado de 2.093.834 boletas, y obtuvo 75 de los 91 curules de la Asamblea Nacional.

¿Continuidad de un proyecto social?

Antes del regreso a la presidencia de Daniel Ortega tras las elecciones del 5 noviembre de 2006, dirigía Nicaragua un Ejecutivo neoliberal-burgués, bajo el mando de los banqueros y provisto de un orden jurídico débil en la garantía de los derechos básicos, aseguró a Sputnik el académico de la Universidad Nacional Autónoma de Managua (UNAM-Managua) Leonardo González.

Si bien, desde el triunfo de la Revolución Sandinista el 19 de julio de 1979 y durante el periodo de gobierno del FSLN hasta 1990, la garantía en el acceso a esos servicios formaba parte del texto de la constitución política refrendada en 1987, los sucesivos mandatos desconocieron la carta magna, saquearon al país y sumergieron a más del 50% de la sociedad en la extrema pobreza.

“Entonces, el electo mandatario debió, desde el 10 de enero de 2007, asumir una profunda transformación hacia un Estado social-democrático y revolucionario; reformular las estrategias de políticas públicas y las diferentes estructuras y poderes gubernamentales, entre ellos, la Asamblea Nacional”, reconoció.

Desde esa fecha, cuando el dignatario saliente Enrique Bolaños (2002-2007) entregó la banda presidencial a su sucesor, la extrema derecha nicaragüense y la embajada de Estados Unidos en Managua desconocieron la vocación socialista de la administración comandada por Ortega y, en los últimos cuatro años, también por su esposa, la poetisa y vicemandataria Rosario Murillo.

González mencionó la existencia de más 40 proyectos sociales hasta la fecha, en respeto, precisamente, a los mandatos constitucionales. Entre ellos, créditos productivos; los programas Hambre Cero y Usura Cero; bonos y meriendas escolares; edificación de parques; prestaciones para jubilados; entrega de viviendas, así como el subsidio de energía y de agua.

Alianza internacional

El eje fundamental para el impulso de esos planes de bienestar ciudadano fue siempre la política internacional, a juicio de Leonardo González, pues en su primer discurso ya Ortega anunciaba la incorporación del país en la entonces Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA), grupo regional creado por Venezuela frente al Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA).

“En ese mecanismo encontramos una gran opción de dignidad, independencia y autonomía para salir de la miseria y hasta 2013, servicios como la educación, energía, salud y el desarrollo agrícola productivo partían de los programas conjuntos con el ALBA. Hasta 2021 todos esos planes se mantienen pese a los ataques internos y externos”, puntualizó González.

De acuerdo con el experto, de 2007 a 2013 los intercambios entre Nicaragua y las naciones miembros del bloque superaron los 4.000 millones de dólares. Durante ese tiempo el comercio directo con Estados Unidos, hoy uno de los principales mercados de arribo de las exportaciones, ascendió a 2.000 millones de dólares.

“Por tanto, es imprescindible recobrar ese tipo de memoria estratégica respecto a la evolución y desarrollo de los territorios integrantes del ALBA y de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Asimismo, defender este tipo de enfoque que no es capitalista y permite el libre mercado”, reconoció.

En 2018, cuando el intento de golpe de Estado contra el presidente Ortega, la complicidad y coautoría de la extrema derecha y la oligarquía nacional, la embajada estadounidense y la Unión Europea lograron detener, por un año, ese gran avance e intercambio con el mundo asumido por Nicaragua, considerado como un estado plurinacional y multiétnico.

“Siempre hemos impulsado relaciones diplomáticas, comerciales y geoestratégicas con todas las culturas. No tenemos una visión sesgada, ni xenofóbica sobre la realidad internacional. Aspiramos ahora a dar un paso cuantitativo porque tenemos las bases científicas, técnicas y humanísticas para el restablecimiento de una ruta de progreso continuo”, argumentó González.

El académico consideró que las proyecciones del Ejecutivo deben concentrarse en el crecimiento del PIB entre 5 y 8%, pues entre otras cuestiones existe una matriz energética —tras el cierre de 2021 con 99% de conectividad— y mayor integración de los poderes ejecutivos. Asimismo, el Gobierno debe fortalecer tres ejes: enseñanza, producción y organización política.

¿Por qué la esperanza en China?

La alianza con China, subrayó González, permitirá el adelanto de la industria nicaragüense y, en su opinión, perfila con bastante objetividad el megaproyecto del canal interoceánico, ya que “la pandemia demostró a las multinacionales que el mundo requiere de una estructura de ese tipo para buques de alto calado, y el único territorio con capacidad geográfica para ello es este”.

Desde 2013, apuntó, Nicaragua prepara los documentos legales vinculados a su ejecución, entre ellos, la Ley 800, referida al régimen jurídico, y la Ley 840, una legislación especial para el desarrollo de la infraestructura y transporte atingente al canal, zonas de libre comercio y servicios básicos asociados.

“Aquí está Hong Kong Nicaragua Canal Development, conocida por sus siglas HKND, empresa especializada en construcción y dirigida por el inversionista Wang Jing, que puede marcar la pauta y, a partir de ahí, generar una nueva estrategia jurídico-geopolítica, desde las nuevas realidades actuales, para alcanzar ese gran sueño”, aseguró.

Según Michelle Pérez, licenciada en Relaciones Internacionales y politóloga, los lazos con China permitirán a Managua su introducción en la Ruta de la Seda, de especial significación para el comercio internacional y la futura distribución equitativa de los ingresos entre los países participantes, el acceso a la banca asiática y el establecimiento de acuerdos de beneficio mutuo.

Los analistas valoraron, además, el incremento de la cooperación con Rusia, especialmente, con el donativo de formulaciones como Sputnik V y Sputnik Light para el enfrentamiento a la pandemia COVID-19 y la elaboración en el Instituto Latinoamericano de Biotecnología Mechnikov de la vacuna CoviVac, de próxima distribución por naciones del continente.

“También nos llegaron inmunógenos de Cuba, gracias a esa visión revolucionaria, pluralista y multinacional, la única garante del desarrollo, la dignidad y la felicidad de los ciudadanos y la que salva vidas frente a la política convencional y conservadora, perspectiva blanca y occidental, como dijera el poeta Rubén Darío”, concluyó Leonardo González.

Desde la XXII Reunión de ministros y ministras de Relaciones Exteriores de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada en Argentina, el canciller de Nicaragua, Denis Moncada, aseguró que el nuevo periodo del Ejecutivo promoverá la consolidación de relaciones de amistad, intercambio y solidaridad con todos los pueblos y Gobiernos.

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