Los retos del futuro para Nicaragua


El 44 Aniversario de la Revolución Popular Sandinista ha sido otra celebración de los tremendos logros de la Revolución además de ser un profundamente sentido tributo a todas y todos las y los Héroes y Mártires que hicieron posible el Triunfo de 1979, que derrotaron la guerra impuesto por Estados Unidos en los años 1980s, que defendieron el Sandinismo durante los 17 años de la oscuridad neoliberal y también las y los Héroes de la Paz que vencieron el fallido intento de golpe de 2018.

Por Stephen Sefton, Consejo de comunicación y Ciudadanía

 Nuestro Presidente Comandante Daniel y Vice Presidenta Compañera Rosario celebraron este 44 Aniversario como un “genuino, conmovido, respetuoso Homenaje, a quienes han hecho y hacen posible con su Eterno Fulgor, la liberación cotidiana de nuestra Nicaragua Bendita. Llenos de su Luminosidad, de sus Energías Misteriosas, de ese intenso Universo, todo lo que nos dejan nuestros Héroes, nuestros Mártires, proclamamos: Vencimos, y Venceremos…”

Ha sido esta lucha inclaudicable en defensa de la soberanía y la dignidad nacional que ha permitido los avances de la Revolución, especialmente, desde 2007, por medio de sus Planes Nacionales de Desarrollo Humano y Reducción de Pobreza. Así que los Aniversarios de la Revolución, además de celebrar los logros y triunfos acumulados desde 1979, también marcan hitos con cara al futuro en la lucha para el desarrollo económico y social de la nación. Es de especial importancia reflexionar sobre el modelo revolucionario de desarrollo de nuestro Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional porque, igual que la revolución bolivariana de Venezuela y la revolución cubana, su defensa de la soberanía e independencia nacional ha permitido a Nicaragua superar las limitaciones del modelo convencional del desarrollo social y económico generalmente promovido en la región como alternativa al neoliberalismo duro norteamericano.

La visión socialdemócrata del desarrollo económico promovido en la región principalmente por la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL) enfatiza la triada estado-mercado-sociedad. Su esquema capitalista plantea la importancia fundamental de mayor igualdad y mayor atención a la sostenibilidad ambiental, logrado por medio de una combinación de políticas que promueven el valor agregado a la producción nacional junto con la redistribución equitativa de la riqueza generada. En América Latina, esta visión tiene dos debilidades esenciales. Primero, se infiere que no es necesario tomar en cuenta la influencia de los poderes imperialistas que activamente impiden el desarrollo económico de la región. Por encima de todo, Estados Unidos y sus aliados occidentales buscan la mayor facilidad posible para poder saquear los recursos naturales de la región al menor costo factible. Las recientes intervenciones en diferentes momentos de parte de la jefa del Comando Sur, Laura Richardson, entre otros personajes destacadas del imperio yanqui, son claras en este sentido.

Segundo, las suposiciones de la CEPAL se basan en la falsa hipótesis que la empresa privada y las oligarquías locales en los diferentes países de la región se preocupan por el desarrollo económico y social de sus naciones y sus poblaciones. Entre tantos ejemplos más al contrario, el fallido intento de golpe aquí de 2018 y los recientes acontecimientos en Perú y Argentina demuestran la realidad lamentable de una completa ausencia de amor a la Patria de parte de las élites vendepatrias de la mayoría de los países de América Latina. Por su parte la Revolución Sandinista en Nicaragua ha demostrado que una férrea defensa de la soberanía nacional es esencial para crear las condiciones fundamentales de un verdadero desarrollo nacional. Esta realidad explica la sádica agresión de Estados Unidos y sus aliados contra la Venezuela bolivariana y la Cuba revolucionaria y las crecientes medidas de agresión contra Nicaragua.

A pesar de las debilidades de su visión política, el análisis del CEPAL es valioso por indicar los principales retos para el desarrollo socio-económico de la región de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, indica la importancia de temas socio-económicos fundamentales como las desigualdades estructurales y la cultura del privilegio a favor de las élites; la falta de empleo formal y la incertidumbre del mercado laboral; el acceso parcial y desigual a la protección social; la violencia e inseguridad ciudadana; los desastres naturales y el cambio climático; los cambios en los patrones demográficos; los efectos de la migración y el impacto de los cambios tecnológicos. En el caso de Nicaragua el convencional esquema tripartita de Estado, empresa privada y sociedad civil no aplica, por motivo del modelo revolucionario que evolucionado por nuestro Buen Gobierno desde 2007.

El Estado en Nicaragua prioriza el concepto y práctica del Pueblo presidente, Pueblo alcalde que permite una profunda y amplia democratización de la economía y sociedad del país y, por consiguiente, una constante retroalimentación positiva entre las autoridades del gobierno y la población. El predominio de la economía popular en Nicaragua quiere decir que se trata de un modelo de mercado mucho más democrático que los mercados de otros países dominados por la empresa privada. Tampoco aplica en Nicaragua el concepto convencional de la sociedad civil que prevalece en la mayoría de los países de la región, porque en Nicaragua el movimiento popular está compuesto por encima de todo por los sindicatos, las cooperativas, las organizaciones gremiales, las organizaciones de base de las distintas iglesias y las organizaciones sin fines de lucro genuinas que responden a las necesidades verdaderas de sus comunidades.

En todos estos sentidos el modelo revolucionario de Nicaragua sigue su evolución hacia una democratización que ni se contempla en el modelo convencional del capitalismo liberal promovido por gobiernos como los de México, Colombia o Argentina. Y esto quiere decir que mientras Nicaragua comparte hasta cierto punto los retos del futuro que enfrentan los demás países de la región, también tiene otros retos propios a su modelo revolucionario de desarrollo humano nacional. Nuestro Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional ya ha demostrado su impresionante capacidad de planificación que es un aspecto imprescindible para un exitoso desarrollo nacional, completamente opuesto a la absurda, falsa ideología neoliberal del “mercado libre”. Relacionado con el tema de la eficiente planificación racional es el imperativo de consolidar el modelo del Pueblo presidente y el continuo fortalecimiento de la conciencia y orgullo de identidad nacional entre la población, especialmente entre la juventud.

Vital para el desarrollo de la productividad de la economía del país es el tema de la integración de las nuevas generaciones de la juventud que llegan a ser activas económicamente ya con mayor preparación tecnológica y profesional. Es un desafió importante cómo garantizar los empleos necesarios para satisfacer las aspiraciones de todas estas nuevas protagonistas en correspondencia a las necesidades de la economía nacional. Ligado a este desafío son dos otros temas fundamentales. Primero, la asimilación de las nuevas tecnologías en las diferentes áreas de la vida nacional la cual requiere gran capacidad de adaptación de parte de todas y todos los actores en la economía nacional, apoyado en los altos niveles de coordinación que se han desarrollado entre el Ministerio de Educación, el Consejo Nacional de Universidades, el Instituto Tecnológico Nacional y los demás actores claves como INTA e IPSA entre otros.

Un segundo tema de vital importancia para asegurar la integración productiva adecuada de la juventud en la economía nacional es el manejo de un desarrollo equilibrado de la sociedad entre la parte rural y los centros urbanos. En este sentido la Revolución Popular Sandinista ha puesto mucho énfasis en asegurar el acceso de la población rural a todas las facilidades de salud, educación, recursos económicos, asesoría técnica, cultura y deporte. De allí también se entiende la importancia fundamental de la electrificación del país hasta las zonas más remotas y los grandes esfuerzos de garantizar agua potable para toda la población.

Otros temas de igual importancia para el futuro bienestar y prosperidad de las familias nicaragüenses son una mayor industrialización sostenible para agregar valor a los productos nacionales y la transición hacia nuevos mercados de exportación que se van abriendo gracias al reciente impulso a nuevas relaciones con la República Popular China, la Federación Rusa, con Irán y con varios países árabes. Relacionado con esto es el tema de cómo promover la ampliación y diversificación de nueva inversión extranjera. Por otro lado, la reforestación y la protección de nuestras fuentes de agua son componentes fundamentales para el fortalecimiento de la estrategia nacional de asimilación al cambio climático igual que el Sistema de Prevención y Mitigación de Desastres.  En términos institucionales otro imperativo es la profundización de la coordinación interinstitucional entre nuestras diversas autoridades y entre nuestro gobierno central y nuestros gobiernos municipales para optimizar el uso de los recursos de una manera que corresponde al modelo de democratización revolucionaria promovido por nuestro Buen Gobierno.

Sobre la superación de estos diferentes retos y desafíos dependen la futura prosperidad económica, el bienestar social y la fortaleza y paz espiritual de las familias nicaragüenses. Pero los impresionantes avances logrados hasta la fecha por la Revolución Popular Sandinista y los grandes avances del porvenir también enfrentan el reto de nuestra capacidad de defender la Paz y la Soberanía Nacional en el contexto del desarrollo de un Nuevo Orden Mundial. Como dijo nuestro Comandante Daniel en marzo de este año en un encuentro de los partidos políticos de diferentes países del mundo “El Mundo que queremos crear debe ser para la Paz, el Entendimiento, la Comprensión Fraternal, la Solidaridad, la Cooperación y la Convivencia como Humana Comunidad, que comparte los avances de la Ciencia, la Tecnología y se encamina a propiciar Justicia y Desarrollo Equitativo, es decir, el Bien de Todos.” Quizás, entre todos los demás desafíos, esto es el reto del futuro más importante que enfrentamos.

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