La belleza como artículo de consumo


Este escrito tiene como objetivo invitar a reflexionar y fomentar una cultura auténtica y verdaderamente emancipatoria, que haga culto a la belleza y lo sublime de la esencia de nuestro pasado y de nuestro entorno, sin caer en la tenebrosa globalización de la banalidad y la estupidez. Aquí no se pretende satanizar a las personas que pasean en pasarelas, ni las que consumen este tipo de productos.

Por Germán Van de Velde, Consejo de Comunicación y Ciudadanía

Hoy día visualizamos una cantidad increíble de certámenes de belleza de difusión internacional, con fuerte impacto económico y amplia difusión mediática: más de 50 anuales, es decir, uno por semana. El más destacado de todos, sin dudas, es el de Miss Universo.

Todos estos concursos están dirigidos por poderosas organizaciones empresariales que ganan enormes cantidades de dinero con su desarrollo. Cada organización interesada en enviar a una representante de un país debe cumplir una serie de requerimientos que el concurso impone: (1) que sea mujer legalmente (desde 2012), puede ser mujer transgénero, (2) no haberse casado, (3) no haber estado embarazada, (4) tener entre 18 y 27 años cumplidos el 1° de febrero, (5) tener la nacionalidad del país por el que va a concursar, (6) ser la ganadora del título nacional del país que representa, (7) contar con pasaporte y visa estadounidense.

Para lograr el triunfo en Miss Universo, son necesarias cirugías y procesos estéticos, además de dietas estrictas a las que son sometidas sus participantes a tan corta edad. Durante su “reinado” entregan la dirección de sus vidas a otras personas quienes la van a llevar al “triunfo”. La reina solo obedece. La mayor parte del tiempo transcurre en la preparación para un concurso internacional, posando al lado de dirigentes de grandes empresas capitalistas (casi siempre hombres), realizando comerciales o entrevistas.

En su versión 2023, la participante nicaragüense fue la ganadora de este concurso. Cuando se supo del triunfo, el Gobierno de Nicaragua emitió un comunicado de felicitación. Algunos representantes del Gobierno se hicieron presentes para acompañar a sus familiares y expresar su reconocimiento y felicitaciones. En redes sociales no faltaron los comentarios de odio contra el pueblo y Gobierno de Nicaragua. La manipulación de la figura de Miss Universo se volvió entonces una oportunidad más para intentar generar divisionismo y así socavar la Paz de los/as nicaragüenses.

A partir de esto, quedan claros los niveles de locura y sensacionalismo que vuelven a generar las redes sociales, como instrumento para atacar el proceso revolucionario nicaragüense. Si bien en Nicaragua, la esencia de la vida trasciende y se fortalece en lo moral y espiritual por encima de lo estético, físico y material, se reconoció la victoria de la participante nicaragüense. La posición del Gobierno de Nicaragua da una lección de identidad ante los oportunistas que pretenden aprovecharse del momento coyuntural.

La rica historia y tradiciones culturales de Nicaragua van mucho más allá y se basan en valores más profundos que transcienden. Aquí es oportuno reflexionar sobre la importancia de seguir creando cada vez más espacios de belleza alternativos en donde el eje fundamental no se centre en la belleza física, sino en la belleza de la historia y la cultura de nuestras naciones que sirvan de plataforma para que diseñadores/as, artesanos/as y artistas nacionales se den a conocer a nivel internacional, tal y como es el caso del certamen Nicaragua Diseña. También, esto involucra buscar alternativas que fomenten una visión más inclusiva y diversa de la belleza y que valoren a las personas en su totalidad.

Queda claro que una reina de belleza Miss Universo no es mucho más que un objeto que vende y se deja vender, un artículo de consumo, un simple adorno que posa con sonrisa postiza al lado de gobernadores, presidentes y cuya voz y opinión, junto con su ferviente deseo de paz mundial no son más que eco en el vacío. Después de un año, su figura desaparece por completo de la mediática internacional, a no ser que interfieran organismos que defienden la “libertad, democracia y derechos humanos”. Si esto sucede, ya sabemos cuál será su misión.

Sería oportuno que la galardonada Miss Universo en su edición 2023 ocupara su posición para aportar algo más que belleza física al país, por ejemplo: fomentar más el turismo y no prestarse para agredir a su pueblo. De esta manera abriría las puertas a que cada vez más personas visiten el país y contrarrestaría la manipulación mediática internacional sobre la realidad de Paz que viven los/as nicaragüenses.

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