Cinco millones de dosis anuales de vacunas contra la influenza están siendo producidas, en el Instituto Latinoamericano de Biotecnología MECHNIKOV, con sede en Managua, informó este martes el doctor Roberto López, presidente ejecutivo del del INSS.
Por Jerson Dumas, Radio La Primerísima
López señaló que actualmente se aplican en el país un millón y medio de estas dosis anuales, a través del Ministerio de Salud, estando disponibles para toda la población que lo solicite.
El instituto, siendo el tercero de su tipo en Latinoamérica, cuenta con una capacidad de producción de 50 millones de dosis, lo que lo posiciona como un recurso crucial en casos de emergencia sanitaria.
Además de abastecer al MINSA, las otras vacunas producidas por el instituto se exportan a países como Venezuela, Cuba y Ecuador. López destacó que están registradas en ocho países, incluyendo México, un mercado con una alta demanda debido a su gran población.
Anteriormente, en Nicaragua estas vacunas eran contrabandeadas y vendidas en hospitales privados a precios de entre 30 y 40 dólares. Sin embargo, ahora son completamente gratuitas, garantizadas por el gobierno sandinista.
El Instituto Latinoamericano de Biotecnología MECHNIKOV vende las vacunas al MINSA a un precio de 4 dólares, pero una vez aplicadas a la población, son proporcionadas sin costo alguno. El MINSA, compraba anteriormente a 15 dólares cada dosis.
Uno de los mayores beneficios derivados de este instituto es el acceso expandido a vacunas. Gracias a las relaciones establecidas con Rusia y China, el Instituto ha facilitado la importación de vacunas contra el COVID-19, contribuyendo significativamente al control de la enfermedad en el país.
Además, esta colaboración ha permitido a Nicaragua adquirir vacunas contra la fiebre amarilla, colocándola entre los pocos países que cuentan con esta protección.
En cuanto a futuros proyectos, el funcionario reveló que el instituto está en proceso de fabricación de la vacuna contra el virus del papiloma humano. Se ha dedicado esfuerzo a la formación del personal, con tres jóvenes ya capacitados en Rusia y ocho más programados para recibir formación en ese país.
Finalmente, López destacó la capacidad de Nicaragua para almacenar vacunas en casos de epidemias, así como el continuo aumento de capacidades tecnológicas en el país. Este avance promete no solo mejorar la salud pública, sino también fortalecer la infraestructura sanitaria nacional ante futuras epidemias.