Hermanas y hermanos nicaragüenses; compañeras y compañeros, familias de quienes integran el Ejército de Nicaragua: para todos ustedes, nuestro cariño, nuestro respeto y nuestro reconocimiento a la labor que ha venido desarrollando desde su fundación.
Por Daniel Ortega Saavedra (*), Copresidente de Nicaragua.
Bien sabemos nosotros, que el Ejército salió de las entrañas de la Revolución y ahí mismo se constituyó, y ahí mismo continuaron las batallas, cuando apostando por la paz, los gobernantes de ese entonces en Estados Unidos de Norteamérica decidieron armar un ejército contrarrevolucionario, y defendieron a ese ejército contrarrevolucionario, desde el Presidente Ronald Reagan hasta los que desde otros países se sumaban a la conspiración, porque querían destruir, apagar la llama de la Revolución.
Fueron 10 años de combate, 10 años librados ya por el Ejército Popular Sandinista, hoy Ejército de Nicaragua. Muchos de ustedes, como el General Avilés, estuvieron en la lucha revolucionaria contra la Dictadura Somocista y luego les correspondió enfrentar la guerra contrarrevolucionaria.
Fueron 10 años y no pudieron derrotar al Ejército del pueblo, al Ejército heredero de los ideales de nuestro General de Hombres y Mujeres Libres, Augusto Nicolás Calderón Sandino.
En este día, en este Acto en el que está asumiendo el mando el General Avilés como Comandante en Jefe del Ejército, con una experiencia ya acumulada, es precisamente el día en el que estamos rindiendo homenaje en todo Nicaragua al General Sandino, en el 91 Aniversario de su asesinato. Asesinado de la forma más cobarde.
Él quería la paz, quería un pueblo Digno, un pueblo Soberano, por eso se levantó con un puñado de Patriotas, 29, 30 con él, para enfrentar la intervención yanqui, a las tropas norteamericanas que desembarcaban en Nicaragua, para tratar de dominar Nicaragua; para tratar de recuperar el control que habían tenido en Nicaragua en otros momentos; para tratar de apagar la llama de la Revolución Liberal de 1897; para tratar de apagar la llama de la primera Batalla que se libró en Nicaragua contra el expansionismo yanqui.
En el año 1854, 55, 56, en esos años llegaron los filibusteros, llegaron los expansionistas yanquis, y se hicieron del poder en Nicaragua, e impusieron a un presidente. No podemos olvidar que impusieron a un presidente de origen extremista, de raíces extremistas, de los que eran parte del esclavismo y del Ku klux klán allá en Estados Unidos: William Walker, sí, fue presidente de Nicaragua, pero ya el pueblo se levantaba, en esos años, contra los invasores.
Y cuando William Walker fue a asumir el mando como presidente, ahí estaba el embajador yanqui santificando la barbarie, y William Walker lo primero que hizo en Nicaragua fue decretar la esclavitud, la esclavitud que ya había sido abolida a partir de la independencia de Centroamérica en el año 1821. Walker vino y restableció la esclavitud.
Pero ese pueblo, ese pueblo en cuyas venas corre la sangre rebelde de los caciques Nicarao, Diriangén, que enfrentaron, que combatieron a los que invadieron nuestras tierras con la cruz y la espada, ahí solos, sin mayor respaldo internacional, libraron la batalla, con el General José Dolores Estrada al frente de los combates.
Y con aquella Gesta Heroica, que rendimos siempre Homenaje a ese Héroe que combatió allá en San Jacinto y que cuando las tropas invasoras se lanzaban sobre la trinchera, y el Sargento Andrés Castro, un campesino nicaragüense, no tenía fusil de repetición y no tenía por lo tanto cargado el fusil, ¿qué hizo? Tomó una piedra y la lanzó contra el yanqui, y ahí mismo lo derribó.
Mientras tanto, se sumaban a la batalla los combatientes indígenas de Matagalpa, quienes viajaron desde Matagalpa hasta esta zona, para combatir a los invasores. Fue una batalla del pueblo, la primera batalla heroica en la Nicaragua independiente.
Al final, allá en San Jacinto también cayó un coronel yanqui que acompañaba a Walker, Byron Cole, y fueron derrotados en esa batalla emblemática, que está en el corazón del pueblo, que está en el corazón de la juventud, que está en el corazón de la niñez. Aún en las épocas del somocismo no pudieron erradicar el patriotismo, no pudieron borrar la Batalla de San Jacinto y se convirtió el 14 de septiembre en una fecha histórica, 14 de septiembre de los años 50.
Y cuando lo que se disputaba en Nicaragua… ¿Qué disputaban los yanquis, por qué era de tanta importancia Nicaragua? El paso de un océano a otro océano que se disputaban los conquistadores y donde Estados Unidos lógicamente ya se había apropiado del paso, porque había un paso natural aquí en Nicaragua, el Río San Juan, el Gran Lago, entonces ahí mismo se recorría hasta llegar a las orillas del mar Pacífico.
Por Nicaragua circularon miles de norteamericanos, porque lo que hizo el empresario norteamericano, dueño de empresas marítimas, fue organizar una ruta cuando estaba la fiebre del oro en Estados Unidos, donde se volvían locos los norteamericanos por venir de la costa Este a la costa Oeste, donde había que cruzar ese inmenso territorio corriendo grandes peligros de muerte, de asalto.
Entonces, bueno, la empresa norteamericana organizó esa ruta y se embarcaban en Nueva York los norteamericanos, llegaban de Nueva York a las entradas del Río San Juan, donde desemboca el Río San Juan en el Mar Caribe, y de ahí se trasladaban por el Río hasta el lago, y del lago hasta las orillas del mar Pacífico, y ahí tomaban otro barco de mayores dimensiones, para que ese barco los llevara a la costa oeste de Estados Unidos.
Eso explica por qué Estados Unidos ha tenido puesta la mira en Nicaragua: el canal. Incluso, luego impusieron aquí una ley a un gobierno pelele, para que no se pudiera tocar, el Gobierno de Nicaragua no podía tocar ni una pulgada de terreno para abrir pasos, mucho menos hacerlo de acuerdo con otros países, porque en ese momento los grandes rivales que tenían allá eran los europeos, y los europeos, los ingleses, los franceses querían también llevarse el canal.
Pero ahí está la primera gran batalla heroica del pueblo nicaragüense, y ahí surgieron los primeros himnos antiimperialistas, donde los combatientes de San Jacinto gritaban: “¡Muerte al yanqui de Oro sediento! ¡Muerte al vil y cobarde invasor!”. Así lo decían, con esa fuerza, con esa firmeza.
Y no era un ejército, no llegaba a ser un ejército como el que luego organizó nuestro General Sandino; era un pequeñísimo ejército reforzado por los indios flecheros de Matagalpa, e integrado por campesinos, campesinos que calzaban caites, campesinos que sencillamente estaban luchando por sus raíces, por su identidad, por la soberanía.
Finalmente, Walker tuvo que salir huyendo de Nicaragua, y en la retirada incendió la ciudad de Granada, o sea, hasta ahí la maldad, dejó incendiada la ciudad de Granada, y desde Estados Unidos llegaron los barcos a rescatarlo y a llevárselo allá donde fue recibido como un “héroe” por el Gobierno de entonces.
¡Primera gran batalla heroica de Nicaragua! Y yo diría que ahí, en esta nueva etapa de la vida independiente se va forjando una conciencia y un ejército muy pequeño, defendiendo la libertad, defendiendo la soberanía, frente a la ocupación yanqui que había decretado ya la esclavitud en Nicaragua.
¡Primera gran batalla! Segunda gran batalla, siempre por lo del canal, les decía, la Revolución Liberal encabezada por Zelaya, que vino a remover totalmente lo que era la dictadura que existía aquí, la tiranía que existía aquí, de las oligarquías aliadas con los curas, con el Vaticano, con los obispos, imponiendo la religión católica, imponiéndola. Eso lo rompió Zelaya, y Zelaya decretó la educación laica en Nicaragua.
Pero además empezó a promover proyectos que no eran de agrado de los gobernantes norteamericanos. Y cuando Zelaya empezó a hablar del Canal con países europeos, entonces ahí ya vino el golpe contra Zelaya, que fue la famosa Nota Knox que envió el Secretario de Estado de Estados Unidos al Presidente Zelaya, y le dijo que tenía horas para dejar el Gobierno y que ya venían para Nicaragua los barcos de guerra de Estados Unidos. Y Zelaya no quiso luchar, decidió irse.
Pero un patriota, otro patriota, digno hijo de los héroes de San Jacinto, digno hijo de Nicarao, de Diriangén, de Adiact, el General Benjamín Zeledón, se alzó en arma contra los invasores. Y realmente era un asunto de honor, porque no había condiciones, desde el punto de vista militar, por la estrategia, la táctica que utilizó el General Zeledón en ese momento, no había condiciones para que él pudiese derrotar a las tropas yanquis. Claro, si él ha asumido la táctica de guerrillas del General Sandino, ahí sí los hubiera vuelto locos; pero él se fue a atrincherar allá al Coyotepe, y ahí los esperó y ahí los aguantó, y como no podían derrotarlo fueron a negociar los altos mandos del ejército yanqui, coroneles, con el General Benjamín Zeledón, y fueron a decirle que le iban a perdonar la vida.
El General Zeledón dejó para la historia una carta que dice mucho de lo que es el patriotismo, de lo que es el amor a la Patria, donde les decía claramente… Y una carta que se la dirigía a su esposa, haciéndole ver que entendiera por qué no tenía más alternativa que la muerte, que era un asunto de principios, de dignidad, para él.
Luego cae en una emboscada y lo pasean por las calles de los pueblos el cadáver del General Zeledón, para aterrorizar a las Familias nicaragüenses. Estamos hablando del año 1912, el 4 de octubre, cuando entrega la vida por la libertad el General Zeledón; y el 4 de octubre, día de su cumpleaños, es el día que él cayó en combate y pasó hacia la inmortalidad.
Y un muchacho de Niquinohomo que estaba ahí viendo cómo andaban de un lado para otro con el cadáver de Zeledón, ese muchacho se indignó y ahí mismo el corazón le dijo: ‘¡Esto no puede ser!’. El muchacho era Augusto Nicolás Calderón Sandino.
Un muchacho ahí viendo y que luego organiza, en medio de combates, mil combates, mil batallas, cuando se están rindiendo las fuerzas que él venía apoyando para sacar del Gobierno a los entreguistas, él no se rindió, sino que, entre la tropa que él venía comandando pidió voluntarios para continuar la batalla. Porque ya los otros, encabezados por un traidor, habían firmado el pacto famoso, el Pacto del Espino Negro lo habían firmado, donde se comprometían a dejar las armas y que los yanquis les iban a dar algo así como un dólar por cada fusil que ellos entregaran.
Y cuando Sandino reúne a los compañeros que venían con él en el combate y les explica que él va a continuar combatiendo a los vendepatrias y a los yanquis, que ¿cuántos están dispuestos a dar la batalla? 29 levantaron la mano, y con él 30. Y ahí se empezó a organizar el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.
Es decir, Sandino es realmente, en la historia de Nicaragua, el que por sus conocimientos, su sabiduría, su valor, logra estructurar, organizar un Ejército con una táctica apropiada para poder enfrentar a la ocupación yanqui.
Fue una batalla larga la que libró el General Sandino. Él no estaba, sí, luchando por luchar a ciegas, sino que tenía la capacidad de elaborar pensamientos, de elaborar ideas, de entender qué es lo que estaba pasando y por qué tenían que luchar.
Y él, desde la montaña escribió lo que es su pensamiento, la esencia de su pensamiento, patriótico, revolucionario, que trasciende sí a la humanidad; trasciende a estos tiempo en que se han multiplicado las guerras; trasciende a estos tiempos en que incluso se habla de que estamos al borde de una hecatombe mundial, porque hay armamento atómico.
Y los Imperialistas de la Tierra, sobre todo en este caso, los de la Unión Europea, es explicable. ¿Por qué? Porque de la Unión Europea salieron los primeros colonialistas, los primeros que promovieron la esclavitud, y se peleaban entre ellos buscando cómo apoderarse de África, cómo apoderarse de Asia, cómo apoderarse de estas tierras. Tenían guerras entre ellos continuamente, y a la vez estaban ocupando territorios y África es de los territorios más sufridos.
Ahí fue donde ellos inventaron, ellos, los que se suponen son los más democráticos, son los más humanistas, inventaron que los habitantes de África eran perfectos para convertirlos en esclavos. Y ahí sencillamente la esclavitud se convirtió en un negocio, atrapaban en sus Colonias allá en África a los habitantes de los pueblos, de las Aldeas; al padre, a la madre, a los niños los metían en calabozos, encadenados, y ahí esperaban que llegaran los compradores de esclavos que llegaban de Europa.
Luego, los comerciantes europeos llevaban a los esclavos hacía territorio europeo y ahí empezaba la oferta, cuánto querían pagar los esclavistas por hombres, mujeres, niños.
Luego fueron trasladando a los esclavos también hasta estas tierras de las Américas, a estas tierras, y se multiplicaron los esclavos ahí en los Estados Unidos.
También aquí trajeron esclavos, en ese caso los españoles trajeron los esclavos, que tenían control de las poblaciones indígenas bajo el principio de las encomiendas. Los reyes disponían a quién le entregaban estos pueblos, y venían con ese derecho, y lógicamente con la cruz y la espada, a explotar a nuestros antepasados indígenas. La esclavitud duró unos cuántos años y provocó miles de muertos.
Luego, frente a esos antecedentes se viene elaborando un pensamiento de parte del genio del General Sandino, que no había tenido una educación en universidades, pero él tenía una gran sabiduría, que solo la da Dios, solo la da Cristo.
Y voy aquí a hacer referencia a lo que es el pensamiento de nuestro General Sandino, que es como una premonición. Él le tituló “Luz y Verdad”, y empieza diciendo:
“Manifiesto a los miembros nuestro Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua.
Impulsión divina es la que anima y protege a nuestro Ejército, desde su principio y así lo será hasta su fin.
Ese mismo impulso pide en justicia de que todos nuestros hermanos miembros de este Ejército principien a conocer en su propia Luz y Verdad, de las leyes que rigen el universo.
Pues bien hermanos:
Todos vosotros presentís una fuerza superior a sí mismos y a todas las otras fuerzas del universo. Esa fuerza invisible tiene muchos nombres, pero nosotros lo hemos conocido con el nombre de Dios.
Seguramente de que entre vosotros hay muchos quienes han querido encontrar la oportunidad de quien les explique esas cosas tan hermosas.
Lo que existió en el universo, antes de las cosas que se pueden ver o tocar, fue el éter como sustancia única y primera de la Naturaleza (materia). Pero antes del éter, que todo lo que llena en el universo, existió una gran voluntad; es decir, un gran deseo de Ser lo que no era, y que nosotros lo hemos conocido con el nombre de amor.
Por lo explicado se deja ver que el principio de todas las cosas es el amor: o sea Dios. También se le puede llamar Padre Creador del universo. La única hija del amor, es la Justicia Divina.
La injusticia no tiene ninguna razón de existir en el universo, y su nacimiento fue de la envidia y antagonismo de los hombres, antes de haber comprendido su espíritu.
Pero la incomprensión de los hombres solamente es un tránsito de la vida universal: y cuando la mayoría de la humanidad conozcan de que viven por el espíritu, se acabara para siempre la injusticia y solamente podrá reinar la Justicia Divina: única hija del amor.
Pues bien hermanos:
Muchas veces habréis oído hablar de un Juicio Final del mundo.
Por Juicio Final del mundo se debe comprender la destrucción de la injusticia sobre la tierra y reinar el espíritu de Luz y Verdad, o sea el amor.
También habréis oído decir de que en este siglo veinte, o sea en el Siglo de las Luces, es la época de que estaba profetizado el juicio final del mundo.
Pues bien hermanos:
El siglo en cuestión se compone de cien años y ya vamos corriendo sobre los primeros treinta y uno; lo que quiere decir de que esa hecatombe anunciada deberá de quedar definida en estos últimos 69 años que faltan.
No es cierto que San Vicente tenga que venir a tocar trompeta, ni es cierto de que la tierra vaya a estallar y que después se hundiría; No.
Lo que ocurrirá es lo siguiente:
Que los pueblos oprimidos romperán las cadenas de la humillación, con que nos han querido tener postergados los imperialistas de la tierra.
Las trompetas que se oirán van a ser los clarines de guerra, entonando los himnos de la libertad de los pueblos oprimidos contra la injusticia de los opresores.
La única que quedara hundida para siempre es la injusticia; y quedara el reino de la perfección, el amor; con su hija predilecta la justicia divina.
Cábenos la honra hermanos: de que hemos sido en Nicaragua los escogidos por la justicia divina, a principiar el juicio de la injusticia sobre la tierra. no temáis mis queridos hermanos; y estad seguros, muy seguros y bien seguros de que muy luego tendremos nuestro triunfo definitivo en Nicaragua, con lo que quedara prendida la mecha de la “Explosión Proletaria” contra los imperialistas de la tierra.
Sinceramente vuestro hermano.
Cuartel General del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua
El Chipotón, Las Segovias, Nic. C. A.
Febrero de 1931, 15 feb.
Y firma el General Sandino.
Fíjense bien, es como que él estaba viendo lo que está pasando en el Mundo ahora, pero de pronto aparecen señales, cuando ya parecía que se destruía el Mundo aparecen señales en la búsqueda de la paz, y se reúnen y se comunican, intercambian los Dirigente de los países más potentes: Putin, de Rusia, con Trump, de Estados Unidos, y el Presidente Xi Jinping, de China, respalda el diálogo, respalda la búsqueda de la paz.
Es decir, esa es la gran amenaza que tiene la humanidad en estos momentos, y es a lo que tenemos que apostar, que estas tensiones que se han creado, que ya se decía que venía la Tercera Guerra Mundial con armas atómicas, de repente estas señales, y los únicos que están encerrados en continuar la guerra son los europeos.
Por lo menos lo que se ve con toda claridad en lo que son los diálogos que se están dando, las reuniones que se están realizando, y también para buscar una solución al problema que se ha generado contra el pueblo de Palestina. O sea, están buscando salidas, se están buscando soluciones; es decir, que la guerra no progrese, que no exploten las armas atómicas. Como que se está entendiendo, que el único camino es hablar de búsqueda de la paz, buscar la paz.
Y este mensaje del General Sandino, de “Luz y Verdad”, es muy actual, sigue siendo muy actual, y yo diría que, incluso explica por qué nuestro General Sandino cayó en la mayor traición que se ha cometido en nuestro país. Porque él, fíjense sus principios, sus pensamientos, luchó contra el Ejército más poderoso del mundo.
Pero no pudieron derrotarlo, y no les quedó más que retirarse de Nicaragua; es decir, fueron derrotados por el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional. Y ese es el momento donde él, con ese pensamiento tan profundo y con toda razón, él dijo, ahora es el momento de la paz, porque se fueron las tropas yanquis, hay un Presidente ahí que dice que está dispuesto a la paz.
Los yanquis dejaron al frente de la Guardia a Somoza, y a militares yanquis también ahí que mandaban; pero el mismo Somoza le daba mensajes a Sandino que busquen la paz, y tener que tomar esa decisión de trabajar para la paz, es lo que explica por qué razón él decidió correr el riesgo de la muerte, antes que renunciar al principio de búsqueda de la paz. Porque ya el enemigo no estaba aquí, el enemigo, los yanquis, que eran los que él combatía, ya habían sido derrotados; hay un Presidente que dice que se reúnan para negociar un Acuerdo de paz.
Sandino medita y decía que va a venir a Managua, y los compañeros de él le dicen no, o sea, se oponían los compañeros a que él viniera a Managua, los otros generales; ‘ahí lo van a emboscar, lo van a matar’, le decían. Pero él decía ‘no hay otra alternativa, hemos luchado por la paz y, bueno, no queda más que arriesgar la vida por la paz’.
Vino a Managua una vez y empezaron las negociaciones, y cuando vino a Managua, Somoza, el hijo de perra de los yanquis, se fue a saludarlo, lo abrazo, y se tomaron una foto, ahí está esa foto, y le dijo que eran hermanos. Somos hermanos Masones –le dijo Somoza a Sandino. Luego regresó al campamento a explicar lo que se estaba trabajando y que vendrían otras reuniones, y así fueron dos reuniones, y luego creo hay una tercera reunión.
Entonces, él viene a Managua de nuevo y mientras tanto, fue cuando lo invitó el Presidente a la cena, es como pensar en Cristo en la última cena. Fue a la cena, a la Presidencia, acompañado de tres generales, el General Estrada, el General Umanzor, el padre de él también, el padre del General Sandino.
Entonces, van a la cena, ahí estaba la hija del Presidente Sacasa, y todo muy bien, y cuando salen de la cena y vienen bajando por esta Avenida que es la Avenida Sandino, la que sigue a la Bolívar es la Avenida Sandino, que Somoza le había puesto Roosevelt.
Entonces cuando vienen saliendo y están cerca de donde era el Campo de Marte ahí está un retén de la Guardia y los detienen, los bajan de los vehículos. Sandino les reclama, les protesta. En eso aparece la hija del Presidente Sacasa que venía también de la cena, y va y habla con los guardias, les dice: ‘Si él acaba de estar con mi padre. ¿Qué pasa? ¿Por qué lo van a meter preso?’. No hubo razón, se lo llevaron y lo asesinaron.
Es decir, él estaba convencido que no había más camino que buscar un acuerdo de paz. Pero es una lección que queda para la historia también, que para lograr acuerdos de paz lógicamente se tiene que trabajar, se tiene que hacer con mucha certeza, con mucha convicción, con mucha firmeza, como logramos hacerlo aquí los acuerdos de paz, y el cardenal Obando como mediador. El cardenal Obando era realmente una excepción para nosotros, como sacerdote, como obispo, como cardenal, cuántas veces nos acompañó en esta plaza los 19 de julio. Bueno, el Cardenal ayudando ahí a que se pudiese dialogar y que se pudiesen tomar acuerdos.
Al final se lograron tomar los acuerdos, se logró el desarme de la contra y el restablecimiento de la paz, con un Gobierno que lógicamente era un Gobierno que tenía compromisos con el Gobierno de Estados Unidos, y por esa razón es que, esos gobiernos que pasaron en esos tres períodos trataron de desmoralizar, de desgastar al Ejército, a la Policía, de negarles recursos.
Así como también trataron de desmoralizar al pueblo, pero el pueblo, como le dijimos nosotros al pueblo aquel día, un día después de las elecciones, el 26 de febrero, entonces recuerdo que reunidos ahí en la Plaza Omar Torrijos les dijimos: Bueno, es comprensible lo que ha pasado aquí en estas elecciones, porque estaba la amenaza de los yanquis, que iban a continuar la guerra.
Ya eran 10 años de guerra y eran miles de muertos, yo me encontraba a familiares, madres de muchachos que estaban en el Servicio Militar, y me pedían que le trajéramos al otro muchacho que recién se lo habían llevado al Servicio Militar. O sea, la gente realmente no estaba votando por los que estaban al servicio de los yanquis, sino que estaban votando por la paz, por la vida de sus hijos, y es comprensible que en esas condiciones la gente votara en la otra urna.
Pero nosotros logramos quedar con una base sólida en el Parlamento y sobre todo la base sólida en el pueblo, el pueblo sandinista no se rindió, no se desmoralizó, sino que dio la batalla, para que no les robaran las propiedades a los campesinos, que no les robaran las casas a las familias que vivían en casas que les había entregado la Revolución.
Una batalla que duró 17 años, que privatizaron todo, pero al final el pueblo retomó el Gobierno, y el Ejército, la Policía, se empezaron a fortalecer, porque lógicamente para tener seguridad se necesitan estas instituciones; para tener paz, para que el país pueda progresar, se necesitan estas Instituciones, son vitales.
Y hoy, precisamente cuando hemos dado un paso trascendental nuevamente, porque el día 18, o sea hoy hace tres días, se publicaron en la Gaceta las reformas constitucionales, que le dan más fortaleza al pueblo nicaragüense, que le dan más fortaleza a los programas que estamos desarrollando, para que se pueda llevar con más efectividad, con más eficiencia el combate contra la pobreza.
Hemos avanzado y seguiremos avanzando, juntos todas y todos, con la bandera azul y blanca de la Patria, y la bandera roja y negra de Sandino, que es el que rescató la bandera azul y blanco, porque la bandera azul y blanco venía desde la independencia, pero había sido mancillada con las intervenciones yanquis.
Y es Sandino, con la bandera roja y negra que logra levantar la bandera azul y blanco, y luego Sandino, caminando al frente con su pensamiento, con su ejemplo, con sus palabras, con su verbo, al frente del pueblo, con el Frente Sandinista, es Sandino el que logra instalarse, con su pensamiento, con sus ideas, con sus fuerzas, con su espíritu, logra instalarse en la conducción del país, de la Patria, y es esa fortaleza que nos permitió ponernos a prueba y derrotar a los golpistas en el 2018. Fue una prueba de fuego.
Y hoy, ya con la nueva Constitución vigente, hemos procedido a cumplir con lo que dice la Ley, con lo que dice la Constitución, siguiendo el procedimiento correspondiente, para entregarle el Bastón de Mando al General Julio César Avilés Castillo, Comandante en Jefe del Ejército de Nicaragua.
Y es una continuidad de mandato, sí, ¿por qué? Porque el trabajo que él ha desarrollado, la dedicación, la disciplina, la mística, su vínculo con el pueblo, su vínculo con los campesinos, su vínculo con los productores, yendo de un departamento a otro, para coordinar esfuerzos, para proteger la actividad productiva, para darle seguridad a la actividad productiva, nos dice mucho de lo que es una persona, un compañero consciente, comprometido, con la misma firmeza de Sandino, con la misma firmeza de Zeledón.
A mí no se me olvida, que estábamos fuera del Gobierno, nosotros no estábamos en el Gobierno, usted sí estaba en el Ejército, cuando falleció Osegueda; mi Jefe de Escoltas era el Comisionado Osegueda, Pablito le decíamos, guerrillero, venía de la guerrilla, originario de Estelí, era mi jefe de escoltas, estaba en buenas condiciones, pero de repente un infarto, y falleció.
Él vivió cerca de donde nosotros vivimos, lo teníamos ahí a mano, bueno, y ahí estaba la vela en una casita humilde, una casa decente pero humilde, no un palacio, no tenemos palacios por vivienda.
Bueno, a la hora de la vela fui por la noche a dar el pésame, y cuál es mi sorpresa, que me encuentro con el General Avilés llegando a esa casita humilde a darle el pésame al Comisionado General Osegueda. ¿Por qué? Porque habían estado juntos en el combate, en la guerrilla, pero la lealtad, el cariño para el Compañero que había partido, y para la familia lógicamente, que llegara él que estaba activo en el Ejército, él llegó ahí y nos encontramos, nos saludamos.
Eso dice mucho de lo que es la lealtad, y nos honra tener al frente del Ejército al compañero, igualmente que nos honra tener en el Ejército a todos ustedes, queridas hermanas, queridos hermanos, queridas compañeras, queridos compañeros.
Ya para concluir, permítanme saludar a los hermanos que se encuentran en esta ala, y a los que se encuentran también aquí, a todos nuestros saludos.
Y en particular queremos destacar, saludar a la Delegación del hermano pueblo de Martí, de Fidel, de Raúl, de Miguel Díaz-Canel, la delegación del heroico pueblo cubano que sigue sufriendo el bloqueo, pero llegará el día, como lo dice Sandino en su escrito, que desaparecerá el bloqueo. Y son los hermanos, el Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba, General de Cuerpo de Ejército Álvaro López Miera, y su señora esposa. Bienvenido General.
El hermano Laïd Rebiga, Ministro de Moudhajidines (Ministro de los Combatientes) de la Republica Argelina Democrática y Popular. Bienvenido hermano.
Al Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas de Honduras, General de División Roosevelt Leonel Hernández Aguilar, y su señora esposa. Bienvenidos. Saludos para la Presidenta Xiomara Castro.
Al representante del Ministro de Defensa de la Federación de Rusia, Mayor General Valerii Korobkov, y su señora esposa. Bienvenidos.
Al representante del Ministro del Poder Popular para la Defensa de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante General del Ejército, Mayor General Johan Alexander Hernández López. Nuestros Saludos para el pueblo de Bolívar, para el pueblo de Chávez, para el pueblo de Nicolás que está dando la batalla, por la paz, por la justicia, por la libertad.
Al representante del Secretario de la Defensa Nacional de los Estados Unidos Mexicanos, General de Grupo Pilotos Aviador Jorge Arredondo Abitia, y su señora esposa. Bienvenido General. Nuestros Saludos para la Presidenta de México, para el pueblo de México.
Al representante del Ministro de la Defensa Nacional de Guatemala, General de Brigada Juan Ángel Carrera Sandoval, y su señora esposa. Bienvenidos. Saludos al pueblo de Guatemala y a sus Autoridades.
Al representante del Secretario de la Marina Armada de los Estados Unidos Mexicanos, Capitán de Navío José Ignacio López Ramos, y su señora esposa. Bienvenido General.
Al representante del Ministro de Defensa de El Salvador, Coronel José Orlando García Mena. Bienvenido. Saludos para el pueblo Salvadoreño y para sus Autoridades Superiores.
Al representante del Ministro de Defensa de las Fuerzas Armadas de República Dominicana, Capitán de Navío Alvis Andrés de Jesús Piler. Bienvenido. Saludos a su pueblo y al Presidente.
Y nuestros saludos a todos los agregados de defensa, militares, navales, aéreos, adjuntos, y jefes de misiones militares acreditados en la República de Nicaragua. Para todos ellos nuestros saludos, nuestros abrazos, y el cariño del pueblo de Nicaragua.
Y concluimos este acto en homenaje al General Sandino, diciendo:
¡Sandino vive, la lucha sigue!
¡Sandino vive, la lucha sigue!
¡Sandino vive, la lucha sigue!
¡Patria Libre o Morir!
¡Que Viva el Ejército de Nicaragua!
(*) Discurso el 21 de febrero de 2025 en la Plaza del Malecón, Managua.