El despliegue militar prepotente de Estados Unidos de Norteamérica en
las costas del caribe de nuestra Latinoamérica, y los ultimátum
lanzados por su actual presidente imperial contra el pueblo y gobierno
Bolivariano de Venezuela, solo confirman una vez más la política voraz y
de rapiña inaugurada por William McKinley (1843-1901), vigésimo quinto
presidente de EEUU (1897-1901), cuando enviaron un acorazado capitaneado
por Charles Dwight al puerto de la Habana, Cuba (bajo dominio Español),
el 25 de enero de 1898, y luego acusaron a España de haberlo dinamitado
el 15 de febrero de 1898, iniciando la guerra hispano-estadounidense.
Por Por Clemente Guido Martínez, Radio La Primerísima Vicepresidente de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua (AGHN)