40 Aniversario de la Cruzada Nacional de Alfabetización

El 23 de marzo de 1980, hace 40 años, iniciaba la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización, la gesta cultural más importante en la historia de Nicaragua.
Por barricada.com por Manuel Lucero

Toda una nación movilizada, con el fervor insurreccional y el espíritu de la reciente victoria sobre la dinastía somocista, para erradicar el analfabetismo.

Ganaremos el destino de ser hijos de Sandino, convirtiendo la oscurana en claridad.

¡Cuanto puede pasar en 6 meses!
Del 23 de marzo al 23 de agosto de 1980, el «Año de la Alfabetización», se realizó la mayor hazaña en la historia de Nicaragua.

Una epopeya gigante llevada a cabo por más de 95 mil 582 estudiantes, maestros, trabajadores de la salud, asesores pedagógicos, obreros, oficinistas, que marcharon de las ciudades al campo.

En este tiempo que estuvieron movilizados, 406 mil 056 nicaragüenses lograron salir de la oscuridad del analfabetismo y aprendieron a leer y escribir.  La herencia de la dictadura somocista de una tasa de 50.35 por ciento de analfabetismo se logró bajar a 12.96 por ciento.

¡Y también enséñenles a leer!

El 19 de Julio de 1979 se tomó el poder político, triunfó la Revolución Popular Sandinista, y casi de inmediato se empezó a organizar la Revolución Cultural.

El Comandante Carlos Fonseca Amador, conocedor de la oscuridad en que la dictadura somocista había sumido al pueblo trabajador, obreros y campesinos, había ordenado enfáticamente: «¡ Y también enséñenles a leer!».   Y miles marcharon con alegría a cumplir esta consigna.

Esta gran acción liberadora se inspiró en la concepción y experiencia pedagógica de Paulo Freire y los aprendizajes de la alfabetización en Cuba.  Los contenidos programáticos y el método, se organizaron en el Cuaderno de orientación sandinista para capacitadores, el Cuaderno de educación sandinista para el alfabetizador.

La Cartilla, «El Amanecer del Pueblo», contenía 23 temas o sesiones que respondía al proyecto revolucionario, sus raíces y sobre todo, el concepto de nueva sociedad y humanidad.

El proceso de alfabetización en el campo y la ciudad fue apoyado por el programa radial «Puño en Alto»,  que se transmitía por la mañana y por la tarde, y por una página semanal en el Diario Barricada que tenía el  nombre de «Libro Abierto».

Leer la historia patria

Aprender a leer y escribir, más que descifrar sonidos y grafemas, es la capacidad humana de saber quiénes somos, como nos ven los demás, las formas en que debemos proceder frente a la realidad.

La lectura es una forma de conocer lo que nos rodea, más allá de lo que puede apreciarse a simple vista.  A través de ella podemos relacionarnos con los demás, conocer pensamientos distintos.

Leyendo y escribiendo, conocemos nuestra historia patria, nuestras raíces indígenas y/o afrodescendientes, el impacto y consecuencias de la conquista y colonización; la independencia liderada por los criollos, las inútiles guerras entre conservadores granadinos y liberales leoneses.

La intervención filibustera de William Walker, derrotado en los campos de batalla por el Ejército Aliado Centroamericano, los años de gobierno conservador y la modernización del Estado durante la revolución liberal del General José Santos Zelaya.

La ocupación por parte de los marines yanquis hasta que fueron expulsados por el Ejército Defensor de la Soberanía Nacional del General Augusto C. Sandino, que fue asesinado a traición por Anastasio Somoza García, fundador de la dinastía que gobernó por más de 40 años.

Leyendo la historia conocemos de las luchas anti somocistas del General Ramón Raudales, un hombre marcado por Sandino; de la gesta de El Chaparral, donde participaron Carlos Fonseca Amador y el mentor Aldo Díaz Lacayo, junto a muchos otros jóvenes idealistas; de los primeros focos guerrilleros en Pancasán, de donde bajó un clamor que decía «Revolución, Revolución».

Luego la fundación del FSLN en 1961 y toda la lucha que llevó a la Insurrección y finalmente al Triunfo de la Revolución Popular Sandinista, en el glorioso 19 de Julio de 1979.

Revitalización de la historia, cultura e identidad nicaragüense

Más que combinar letras, palabras y frases, saber leer y escribir significa que hombres y mujeres, tengan la  capacidad de descubrir cosas, interpretar la realidad y transformarla.

Como seres humanos, leer y escribir, es una las herramientas más maravillosas que tenemos.

Es una  ventana abierta a un inmenso horizonte para la construcción de una sociedad y humanidad diferente, comunicándonos entre nosotros mismos y con los otros.

La relectura de la historia que permitió conocerla verdaderamente, no la historia escrita por las clases dominantes, sino la historia liberadora de los pueblos, la historia que estaba soterrada bajo la oscuridad de la opresión y que ahora  brilla revitalizada por los propios pueblos.

Después de la Cruzada Nacional de Alfabetización, Nicaragua no volvió a ser la misma.  Se hermanó la ciudad con el campo, se encontró el saber popular campesino con otros conocimientos, se revitalizó la historia, la cultura y la identidad.   Emergió el saber popular, aprendiendo unos de otros, en una comunidad de aprendizaje y enriquecimiento mutuo.

¡Honor y Gloria a los Héroes y Mártires de la Alfabetización!

En ocasión del 40 aniversario del inicio de la Gran Cruzada Nacional de Alfabetización recordamos a los 59 héroes y mártires caídos en esta magna tarea.

Siempre su memoria en el pensamiento y los corazones de los miles de jóvenes de la Juventud Sandinista 19 de Julio, que se movilizaron para compartir el pan del saber a todos los rincones de la patria, y también recordados por todas aquellas personas que fueron parte de esta gesta libertaria.

La Cruzada Nacional de Alfabetización en la memoria de sus protagonistas

Publicado por Ana Martínez

El 23 de marzo de 1980, hace 40 años, en la ciudad de Managua, el pueblo despidió a 50 mil jóvenes brigadistas, que con la moral en alto se dirigían a todos los rincones del país a combatir el analfabetismo.

Armados de lápices y cartillas, los muchachos y muchachas emprendieron una cruzada de amor y revolución, como lo soñó el Comandante Carlos Fonseca Amador.

Una vez cumplida la tarea de expulsar al tirano Anastasio Somoza, el Triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979, representó el inicio de una nueva etapa llena de tareas que debían ser cumplidas, en la cual, las mujeres nuevamente volvían a estar en todas las líneas de combate.

La participación protagónica de las mujeres fue clave en la lucha contra la explotación humana sufrida por el pueblo de Nicaragua durante la dictadura somocista y el oscurantismo de los gobiernos neoliberales.

Inicia la Cruzada, las mujeres a la vanguardia
El Equipo de Barricada entrevistó a la compañera Rosa Mojica, que con a penas 16 años fue miembro de la escuadra de alfabetizadores “Hermanos Tejada Peralta”, de la columna “Camilo Ortega”.

La compañera Mojica, llena de entusiasmo compartió un poco de sus experiencias como mujer brigadista durante el proceso de organización del Ejército Popular de Alfabetización (EPA), mientras estudiaba V año de bachillerato.

<< Todos los jóvenes nos entusiasmamos en aquel momento para participar, en ese momento no nos dio temor de que nos íbamos a desprender de nuestras casas, yo en aquel momento tenía 16 años y nunca había salido de mi casa, nunca había estado aparte de mis padres. Fue una cosa de adquirir responsabilidad durante todo el periodo que iba a durar la Cruzada.

Se armaron las primeras columnas con los estudiantes mayores, los que tenían más edad, pero después dijeron que podíamos ingresar los que teníamos menos edad, entonces ahí se armaron más columnas. Casi todo el colegio participó en aquel momento>> compartió la compañera Mojica.

Así mismo, la compañera Elizabeth Guadamuz Solórzano rememora que su conciencia sobre la necesidad que tenía más del 50 por ciento del pueblo de Nicaragua de aprender a leer y escribir, fue motivación para enlistarse en el EPA, pero la compañera Guadamuz señaló que su principal motivación fue su madre << […] que fue colaboradora histórica del Frente Sandinista, fue correo, fue enfermera, formó parte de las brigadas médicas que atendían a los compañeros que combatieron contra la dictadura somocista>>.

Cumpliendo la primera tarea de la revolución
Las compañeras que hace 40 años atendieron al llamado de cumplir la tarea más noble de la Revolución, dejaron por varios meses a sus familas en la capital para desempeñar la misión con responsabilidad, conciencia, convicción y amor a la patria.

La compañera Rosa Mojica indicó el lugar donde tocó alfabetizar <<A mí me tocó ir a Matagalpa, estando en Matagalpa me dicen que yo tengo que ir a una comunidad que se llama Yasica Sur […] nosotros con las mochilas caminando, todo tranquilo. Cuando vamos llegando al lugar, vemos que era una hacienda y veo que vienen bajando de los lados los campesinos diciendo ¡“Allá vienen los brigadistas!” >>

La compañera Elizabeth Guadamuz fue asignada a la comunidad Wana Wana (Bocana de Paiwas) para alfabetizar a 15 personas, quien recuerda que <<Se creó un vínculo, era mi familia rural [los alfabetizandos], a mi familia de sangre yo la dejé en Managua pero yo asumo otra familia cuando estoy en la Cruzada, no sentí la ausencia de mi familia porque me dieron afecto, me dieron calor humano […] >>.

Al finalizar la Cruzada e iniciada la desmovilización de los brigadistas, los sentimientos y lazos tan fuertes entre la familia campesina y la compañera Guadamuz generaron una crisis depresiva que marcó la vida de ella, pues la ausencia de su familia campesina era algo inevitable de sentir.

<<Ese vínculo familiar nunca se rompió hasta que yo me di cuenta que la contrarrevolución había barrido con el caserío donde estábamos viviendo. Ahí murieron dos hermanos, hermanos que eran hijos del matrimonio de donde yo viví. También mataron a dos hermanos de mi papá campesino>>, indicó Guadamuz.

Un miembro más de la familia
La tarea de los alfabetizadores además de enseñarles a leer y escribir a las familias, tambien consistía en la integración de las tareas del hogar y cosecha de los diferentes cultivos, como un miembro más de las familias campesinas.

<< Nosotros nos levantábamos y como no había agua, teníamos que ir al río, nos íbamos en grupo porque era prohibido ir solas. Nos bañábamos y ahí nomás lavábamos nuestra ropa, después nos íbamos a dar clases >> contó la compañera Rosa.

El periodo de clases variaba de acuerdo al horario de trabajo de las personas que serían alfabetizadas <<Dábamos clases en dependencia del tiempo del alfabetizando, por ejemplo, yo le daba clases por la mañana a una señora y por la tarde a unos muchachos, porque por la mañana la señora tenía tiempo, pues era la cocinera de la hacienda >> recuerda la compañera Rosa.

La Cruzada Nacional de Alfabetización, una escuela de valores
La Cruzada Nacional de Alfabetización para muchos fue el momento de fortalecer valores, a partir de la formación que el proceso revolucionario brindaba: << Ahí fue el momento en el que fortalecí mis valores, porque para mí esta revolución ha sido una escuela que me ha formado y me ha fortalecido mis valores y eso me ha llevado a darme cuenta que es un proyecto que nació y creció para el bienestar y prosperidad, y lograr que los nicaragüenses tengamos una vida digna>> destaca la compañera Guadamuz.

<< A pesar de las limitaciones del campesino, dejaba de comer por compartirte a vos la comida, eso para mí es la mayor muestra de solidaridad y de cristianismo, y es lo que está practicando nuestro buen gobierno a través de nuestro modelo>>, añadió.

Las compañeras relatan que el vivir en carne propia la situación y las condiciones que vivía el campesinado en Nicaragua fue lo que les hizo tomar conciencia de las necesidades de ese sector y de las prioridades de esa época.

Después de la Cruzada
Las tareas de la Revolución no terminaron con el triunfo contra el analfabetismo. La compañera Rosa Mojica luego de la Cruzada, se graduó en la Universidad Autónoma de Nicaragua, de la carrera de Ciencias Sociales, posteriormente, laboró en el Instituto de Estudios del Sandinismo y tuvo el privilegio de trabajar con documentación original del General Augusto C. Sandino.

La compañera Elizabeth Guadamuz, al finalizar su misión como brigadista se incorporó a las Milicias Populares Sandinistas (MPS) y después al Batallón de Reserva “Héroes y Mártires”, conformado por mujeres de los barrios orientales de Managua. De igual manera, participó en la defensa de la producción en los cortes de café y algodón.

Actualmente, ambas mujeres valientes y ejemplo a seguir, laboran en el Ministerio de la Mujer (MINIM), dispuestas a continuar trabajando por un futuro próspero para Nicaragua, siempre respaldando este modelo de amor y desarrollo que desde el Triunfo en 1979 el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ha impulsado.

Parte de su labor como militantes del FSLN es transmitir sus experiencias vividas a las nuevas generaciones de jóvenes, quienes tienen la responsabilidad de sumarse al proceso revolucionario. << […] Como jóvenes que son nuestro relevo, yo los invito a que se integren a este proceso y que cada día a través de las diferentes tareas que demanda la revolución. De esa manera están garantizando el aporte fundamental al pueblo, a la sociedad misma y se van a fortalecer como seres humanos >> concluyó la compañera Elizabeth.

Como la compañera Rosa y Elizabeth, hay un sinnúmero de alfabetizadoras que marcaron la historia de Nicaragua al compartir el pan del saber, por lo que son un ejemplo a seguir a 40 años de la Cruzada Nacional de Alfabetización, quienes hacen un llamado a las nuevas generaciones para aportar al desarrollo social, político, económico y cultural desde la paz y tranquilidad que goza hoy, nuestra Nicaragua, bendita, linda y siempre libre.

Entradas populares