Canciller Moncada explica política antiimperialista de sandinistas


El periodista Benjamín Norton entrevistó al Canciller Denis Moncada de Nicaragua. Hablaron de su decisión de salirse de la OEA, el intento de construir una alianza internacional contra el unilateralismo de EEUU y como puede ser una política exterior anti-imperialista.  

Managua. Por Benjamín Norton/The GrayZone


 

Benjamín Norton: Soy Benjamín Norton de The Grayzone. Estoy en la Cancillería de Nicaragua, y acabo de hacer una entrevista con el Canciller Denis Moncada.

Hablamos de la decisión histórica de Nicaragua de salirse de la Organización de los Estados Americanos y otros temas regionales de Latinoamérica.

Además, hablamos de como Nicaragua es parte de un movimiento de países alrededor del mundo que pretenden crear una nueva arquitectura política y económica, resistiendo el unilateralismo y las sanciones de Estados Unidos.

Buenos días, Canciller Denis Moncada, gracias por la entrevista, es un gusto.

El 19 de noviembre, Usted anunció la salida de Nicaragua de la OEA. ¿Puede explicar por qué Nicaragua tomó esta decisión histórica?

Denis Moncada: Sí, muchas gracias Ben, y saludos también a tus lectores, oyentes, televidentes, en este caso, y decirte que, bien, Nicaragua tomó la decisión, el gobierno del Presidente Ortega, tomó la decisión de denunciar la carta de la OEA.

Y la razón de ello es una decisión que tiene que ver con la dignidad del pueblo nicaragüense, la dignidad del gobierno de reconstrucción, de reconciliación y unidad nacional, el gobierno del Presidente Ortega, realmente de defender la dignidad del pueblo nicaragüense.

Porque nosotros, como se ha explicado en política exterior, somos abiertos. Realmente buscamos la comunicación, la relación bilateral y también la multilateral.

Pero hemos sido muy claros, y decimos, no aceptamos ni la injerencias, ni las intervenciones, ni que pretendan inmiscuirse en la decisión de los asuntos internos de nuestro país.

Y la razón por la cual realmente hemos denunciado a la OEA es por una política y una actitud, principalmente de Estados Unidos y los países subordinados a ello, de pretender dirigir e imponer las políticas internas en Nicaragua y mantener una política permanente de injerencia e intervención, irrespeto a la dignidad del pueblo nicaragüense.

Y eso realmente dice que Nicaragua, el gobierno de Nicaragua, el pueblo nicaragüense, y así lo ha exigido el pueblo nicaragüense, y las instituciones, los poderes del estado han sugerido y han instado al presidente de la república precisamente a denunciar la carta de la OEA.

Es decir, ponerle fin el estado de Nicaragua, esa relación con la OEA, suspender esa relación. Y por esto es que precisamente enviamos la comunicación al secretario general de la OEA, por instrucciones del presidente de la República, el Comandante Daniel Ortega Saavedra, diciéndole hasta aquí.

Benjamín Norton:  Y usted dijo en la carta a la OEA y al secretario general de esa organización, Luis Almagro, usted dijo que la OEA es un “instrumento de injerencia” de Estados Unidos y que pretende imponer la hegemonía de Estados Unidos en esta región.

La OEA dice que es independiente, pero ¿Usted cree que eso es verdad?

Denis Moncada: Es que no es una cuestión de creer; es una cuestión de realmente, cuál es la realidad concreta, verdadera y objetiva.

La OEA fue diseñada, creada precisamente por los Estados Unidos como una forma de imponer su decisión política, que precisamente definió en la política en la doctrina Monroe.

Y al crear la OEA, creo que el Comandante Fidel Castro lo definió como un “ministerio de colonias”. Y realmente ese concepto, ya que lleva varias décadas, es lo que define exactamente a la OEA.

Y si vos te fijas, Ben, ¿la OEA, dónde está ubicada? Está ubicada, uno, en Washington, de forma permanente. La OEA está ahí como cautiva, como prisionera de los Estados Unidos.

Pero además de estar en Washington, dónde está exactamente ubicada? Calle por medio de la Casa Blanca y otra calle por medio del Departamento de Estado.

Eso si apreciamos la ubicación hasta geográfica y urbanística del edificio de la OEA, construido ya hace más de un siglo, dice claramente que ese es el instrumento político, diplomático y de apoyo a las grandes decisiones estratégicas de Estados Unidos con relación al dominio y a la hegemonía que pretenden tener sobre América Latina y el Caribe.

Creo que es de la manera más gráfica de explicar por qué la OEA no es un organismo independiente, sino precisamente un instrumento estratégico, político, diplomático de Estados Unidos que le permite tener concentrado cerca de la Casa Blanca y el Departamento de Estado, a los representantes de todos los estados de América Latina y el Caribe – exceptuando Cuba, exceptuando Venezuela, exceptuando Nicaragua, que está precisamente denunciando su carta – para desde ahí sencillamente ordenar su dictado y sus consensos, entre comillas, para hacer lo que al imperio norteamericano se le ocurre o decide con relación a América Latina y el Caribe.

Benjamín Norton: Y recientemente ha habido mucha crítica a la OEA por el golpe de estado en Bolivia en 2019 y el papel de la OEA en publicar acusaciones falsas de supuesto fraude electoral.

Además, hemos visto que Juan Guaidó, quien nunca ganó ni un voto para ser el llamado “presidente” de Venezuela, él representa a Venezuela en la OEA, en Washington.

La OEA, en su carta, dice que está en contra de la injerencia, y de hecho dice en la carta que la injerencia en los asuntos internos de los estados miembros es una violación de la carta de OEA.

Entonces, ¿Usted cree que la OEA viola su propia carta?

Denis Moncada: Definitivamente, y hay un elemento interesante de reflexión, porque la carta de la OEA, si se ve en términos teóricos y conceptuales, y de acuerdo con su letra, de pronto pareciera que realmente coincide con los intereses de los países en cuanto a defender su soberanía, su integridad territorial, al principio de no injerencia en los asuntos internos de los estados, a de que la OEA no tenga más competencias que las que claramente se establecen en su carta.

Si la ves desde el punto de vista conceptual y teórico, diríamos que la OEA, probablemente la carta fundacional, tiene algunos elementos que pudieran ser válidos. Pero la concreta, la verdad, la realidad es que precisamente – mencionabas el caso de Bolivia, por ejemplo.

Es decir, cuando se concretizan las realidades políticas en los países de América Latina, es decir, que los pueblos defendiendo sus propios derechos, haciendo uso de su soberanía, de su autodeterminación y del rescate de sus derechos históricos y fundamentales, entonces eso ya no gusta a los Estados Unidos.

Y precisamente es cuando ellos continúan en forma más intensa, aplicando las políticas para desestabilizar y derrocar gobiernos, realmente, legítimamente constituidos y gobiernos democráticos.

Y de nuevo aparece la figura de la OEA en términos muy activos, precisamente para cumplir el mandato de los Estados Unidos.

Si hay un gobierno progresista, si hay un gobierno revolucionario, si hay un gobierno de avanzada que lo que va caminando es fortaleciendo los derechos de los pueblos y defendiéndose de los países agresores, entonces ellos actúan, los Estados Unidos ordena a la OEA actuar y la OEA – ya miramos cómo actuó precisamente para desestabilizar Bolivia y provocar el derrocamiento del Presidente Evo Morales, de una manera injusta, arbitraria, bárbara y salvaje.

Benjamín Norton: Usted mencionó que Cuba, el gobierno revolucionario de Cuba, ha criticado a la OEA mucho. El Comandante Fidel Castro dijo que la OEA es el “ministerio de las colonias yanquis”. Y Venezuela también se salió de la OEA hace dos años.

Pero cada vez más, no sólo son los gobiernos revolucionarios de la región, sino gobiernos más liberales como el gobierno argentino, el gobierno de México, ellos también han criticado a la OEA por el golpe de estado en Bolivia.

Y este septiembre hubo un encuentro, una cumbre de la CELAC, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños en la Ciudad de México. Usted participó en la cumbre ahí en México.

Y hay cada vez más discusión de la CELAC en Latinoamérica como una alternativa a la OEA. ¿Usted cree que la CELAC puede servir como una alternativa?

Denis Moncada: De hecho, la CELAC surgió como una alternativa precisamente de los pueblos de América Latina y el Caribe, exceptuando a Estados Unidos y Canadá, que no participan en la CELAC.

Precisamente por esa visión de los jefes de estado y de gobierno, y sobre todo de los pueblos
de América Latina, de tener un foro autónomo, independiente, que responda precisamente a las preocupaciones, a la visión y a las necesidades históricas de los pueblos del hemisferio de América Latina y el Caribe.

Entonces la CELAC es una alternativa real a la OEA. Y de hecho los países han hecho los esfuerzos precisamente para mantener la continuidad de la CELAC, independientemente que estamos claros que los Estados Unidos y otros países, inclusive también países de Europa, hacen hasta lo imposible para neutralizar, para frenar, para evitar que los países creen y sostengan sus organizaciones precisamente que les posibilita caminar con visión de fortalecer sus derechos, sus políticas, sus libertades y precisamente sus luchas de independencia y de defensa de la soberanía y autodeterminación.

Benjamín Norton: Tres días después de las elecciones aquí en Nicaragua el 7 de noviembre, el presidente de Estados Unidos firmó la Ley Renacer, y después él impuso más sanciones contra Nicaragua, y no sólo contra funcionarios, sino también contra instituciones como el Ministerio Público de Nicaragua.

Entonces, ¿qué piensa Usted de esta sanciones?

Denis Moncada: Sí, nosotros realmente no reconocemos la extraterritorialidad de las leyes que aprueben los Estados Unidos, ya sea por vía del Congreso o ratificada por el presidente de los Estados Unidos.

Sus leyes eran leyes para su país, para su estado, pero no para otros países. Nicaragua no reconoce precisamente esa extraterritorialidad.

Sin embargo, estamos claros que estamos hablando sobre el mismo tema y vemos otro factor, otra faceta de cómo el imperio, precisamente, quiere hacer prevalecer su hegemonía, creando leyes, ratificando la del presidente, y pretendiendo hacerlas aplicar, digamos no en otros países.

Inclusive tomando las medidas unilaterales, que ya sabemos que son ilegales, arbitrarias, absurdas, y que en el caso de Nicaragua hemos dicho, no las aceptamos, las rechazamos, las condenamos.

Es la forma de continuar el imperio ejerciendo esa capacidad que cree tener en el mundo, de ser juez, de ser fiscal, de ser algo que la comunidad internacional no le ha asignado ese papel.

Sin embargo, vemos cómo hay coherencia en esa actitud, en esa actuación imperial en toda la forma, utilizando los diferentes instrumentos, como la OEA, como el Congreso, como la ratificación de una resolución y todo lleva a que aquel imperio quiere imponerse.

Por eso es que Nicaragua, el gobierno nuestro, el gobierno del Presidente Ortega, ha mantenido una política, decimos, anti-imperialista, pero razonable.

Y cuando decimos anti-imperialista, es porque estamos claros de que quien ejerce ese poder es un grupo, un núcleo de poder extraordinario que afecta al propio pueblo norteamericano.

El imperio no es el pueblo norteamericano. El pueblo norteamericano no forma parte del imperio. Son las grandes organizaciones, los grandes poderes económicos, industriales, militares, que pretenden imponerse al mundo para explotarlos, saquearlos, neocolonizarlo.

Y en fin, mantener un estilo de vida que no lo hacen los norteamericanos, sino que lo hacen sus fuerzas principales a través de agresiones, sí, a través del robo de la riqueza de los países. Es una forma increíble, y descarada, diríamos.

Benjamín Norton: Actualmente, un cuarto de la población mundial vive en países sancionados por Estados Unidos y la Unión Europea. Es decir, un cuarto de la humanidad vive en países sancionados.

Entonces, ¿hay un intento de países sancionados, como Nicaragua y Venezuela y otros países, para construir una alternativa a este sistema financiero dominado por Estados Unidos?

Denis Moncada: Sí, esa es una lucha que lleva muchas décadas, precisamente porque hay que transformar precisamente las relaciones internacionales y la existencia precisamente de sistemas, entre ellos el sistema financiero internacional y el ordenamiento internacional.

Y bien, Nicaragua forma parte de los países que luchamos precisamente por hacer esas transformaciones en la comunidad de naciones, y rediseñar, redefinir, reestructurar precisamente el sistema financiero, el sistema de ordenamiento precisamente internacional en general, de las relaciones políticas, diplomáticas también, y sobre todo, de tener como punto medulares, la paz.

Realmente la comunidad internacional en el mundo, lo que quiere es paz, estabilidad, seguridad, trabajo, progreso. Que los pueblos nuestros, digamos, de todo el mundo, realmente procuren y hagan el esfuerzo para ser felices, que es lo que la humanidad entera desea y quiere.

No guerras, no conflictos, no tensiones, no agresiones, sino paz, estabilidad, respeto entre los estados, respeto entre los gobiernos, respeto entre los pueblos.

Y continuar avanzando, luchando contra la pobreza, fortaleciendo los programas de desarrollo humano. En fin, eso es lo que la humanidad quiere.

Y hay que indudablemente fortalecer la lucha común entre todos los pueblos para cambiar el sistema.

Benjamín Norton: Nicaragua es uno de los miembros de un nuevo grupo en la ONU que se llama el Grupo de Amigos en Defensa de la Larta de la ONU. Hay Nicaragua, Venezuela, Cuba, China, Rusia, Palestina, Eritrea, varios países.

¿Qué es este grupo, y cuál es la importancia de una alianza de países sancionados por Estados Unidos?

Denis Moncada: La esencia es defender la carta de la ONU. Y el grupo de países se ha constituido precisamente con ese objetivo.

Por qué la carta de la ONU? Si bien, estamos discutiendo sobre reformas de la ONU y transformar también el sistema, en la carta de la ONU hay los principios básicos que permiten precisamente la convivencia pacífica, el respeto entre los estados y procurar precisamente y fortalecer la paz, la estabilidad, la seguridad internacional, la cooperación entre los países en busca del desarrollo, precisamente un desarrollo integral, para hacer posible los objetivos precisamente de la Agenda 2030.

Entonces ese grupo de países considera que realmente hay que aglutinarse y defender esos principios y estos valores, esas declaraciones fundamentales que están establecido en la carta de la ONU, para lograr prevalecer como estados independientes, soberanos precisamente, y hacer continuar reforzando el trabajo por mantener, sostener y fortalecer la paz, la seguridad internacional, el derecho de todos los pueblos precisamente a vivir su propia existencia con autodeterminación, respetándose mutuamente.

Entonces es un grupo de amigos en defensa de la Carta a la ONU, que es muy importante. Ha hecho varias reuniones ya en Nueva York y también en Serbia, aprovechando la reunión precisamente del Grupo de Países No Alineados.

En fin, dándole continuidad a ese interés importante, a esa posición de los países, de la comunidad internacional, de defender la existencia y la humanidad, de tener la paz, fortalecer la paz y continuar avanzando en un sentido positivo, en un sentido de tranquilidad de la humanidad entera.

Benjamín Norton: Otro miembro de ese Grupo de Países en Defensa de la Carta de la ONU es Irán. Y usted asistió a la toma de posesión del Presidente Raisi, el nuevo presidente de Irán.

¿Cuál es la importancia de las relaciones entre Nicaragua e Irán, y bueno, en general con los países en Asia Occidental? ¿Usted cree que es importante fortalecer las relaciones entre las fuerzas anti-imperialistas en Asia Occidental y en las fuerzas progresistas aquí en Latinoamérica?

Denis Moncada: Sí, Nicaragua y el gobierno del Presidente Ortega ha expresado muy claramente que nosotros mantenemos relaciones amplias con todo el mundo. Porque son relaciones de amistad, de hermandad, de fraternidad, de cooperación, de solidaridad.

Y el mundo debe vivir, debe compartir precisamente sus intereses, sus objetivos, sus necesidades, sus emergencias, las pandemias, que no solamente la del Covid-19, sino pandemias económicas, pandemias políticas, pandemias de agresiones, pandemias del nuevo colonialismo.

En ese campo, nosotros precisamente fortalecemos y ampliamos nuestras relaciones con Irán y con otros países de Asia, de África también, precisamente porque hay intereses comunes, visiones comunes,
intereses de derechos también entre los países.

Y sumadas las voluntades, conversando, dialogando, también se avanza, es decir, fortaleciendo las relaciones bilaterales, además de las relaciones multilaterales.

Nosotros estamos saliendo ahorita de la OEA, pero bien, vamos a fortalecer y seguimos fortaleciendo nuestra comunicación con la CELAC, nuestra comunicación y relaciones con el ALBA-TCP, nuestras relaciones con otros organismos, con el grupo del Movimiento No Alienado, con la ONU, también.

En fin, las relaciones con Irán y otros países está enmarcadas precisamente en esa visión de ampliar y fortalecer relaciones con los países de todo el mundo que tienen Nicaragua y que ha definido el Comandante Daniel Ortega.

Benjamín Norton: Hoy en nuestra discusión, hay un tema que vincula todos los temas, hay una cuestión, que es el imperialismo. Usted mencionó que la política exterior de Nicaragua es una política anti-imperialista, internacionalista.

En el movimiento sandinista, ¿cuál es la importancia de esto, del internacionalismo y el anti-imperialismo?

Denis Moncada: Bien, es importante, porque si el imperio quiere dominarte, quiere sojuzgarte, quiere convertirte de nuevo en colonia, como históricamente ha ocurrido en muchas latitudes, los pueblos tienen conciencia de que tienen derecho a existir como pueblos, como países, como naciones, como estados, y que tienen el derecho precisamente de defender esos principios, esos valores y ese derecho.

El imperialismo quiere dominarte. El internacionalismo es la relación entre los estados. El anti-imperialismo es precisamente resistirse con justicia, con dignidad, con beligerancia ante esa política hegemónica, que pretenden continuar desarrollando tanto Estados Unidos como como países europeos.

Benjamín Norton: Hace un par de años, Nicaragua hizo un acuerdo con una empresa china para construir un canal interoceánico. Y hemos visto que este tema, esta cuestión del canal interoceánico, se convirtió en un punto clave en la política internacional.

Tenemos documentos que muestran que Estados Unidos financió a grupos opositores para organizar protestas en contra del canal interoceánico. Estados Unidos tiene una historia muy larga de tratar de construir su propio canal interoceánico.

Entonces, ¿cuál es la importancia de este proyecto para Nicaragua?

Denis Moncada: Nicaragua tiene condiciones geográficas que han posibilitado y siguen posibilitando la construcción de una vía de comunicación interoceánica, es decir, una forma de facilitar la comunicación internacional e intercambio comercial, todo lo que posibilita una vía de comunicación, de acortar distancias y ahorrar combustibles y economizar precisamente en la transportación de bienes de consumo de todo el mundo.

Y bien, es un derecho de Nicaragua. Nosotros estamos construyendo un canal en nuestro territorio, territorio soberano, territorio propio de los nicaragüenses. Y con una visión también de compartir tu geografía para facilitar una vía de comunicación que beneficie a todo el mundo, con control y con administración nicaragüense.

Y bien, eso es derecho de Nicaragua, de construir un canal interoceánico y de compartir con otros países la visión y las inversiones que hagan posible la construcción de una vía, que para nosotros sigue estando ahí el derecho, la construcción del canal, sigue caminando, siguen ampliándose las investigaciones de factibilidad y prefactibilidad, lo que tiene que ver con el medio ambiente.

En fin, con todos los elementos que realmente de forma responsable dicen que un estado debe construir una obra de gran envergadura, como un canal interoceánico.

Benjamín Norton: Y para terminar, en Estados Unidos, cada vez más hablamos de la idea de una nueva guerra fría, es decir, la segunda guerra fría, pero esta vez no sólo contra Rusia, sino contra China Popular también.

En Estados Unidos, todo hoy en día se trata de Rusia, de China. Dicen que supuestamente Moscú robó la elección. Dicen que China creó el coronavirus. Y, bueno, hay mucha propaganda en EEUU sobre esto.

Entonces, aquí en Latinoamérica hemos visto que esta región es parte de esta llamada nueva guerra fría. Estados Unidos dice que Latinoamérica es nuestra y no queremos que Rusia y China tenga relaciones y negocios con los países aquí.

Entonces, para Nicaragua, ¿cuál puede ser el papel de Nicaragua en esta llamada segunda guerra fría? Y ¿qué piensa usted del conflicto entre Washington por un lado y Moscú y Pekín por el otro lado?

Denis Moncada: Estados Unidos es un imperio. Tiene tiempo de ser imperio. Los imperios se resisten a desaparecer o a perder hegemonía precisamente. Y utilizarán todos los instrumentos, las formas, para precisamente mantenerse en ese nivel de dominio y de control.

Y obviamente se resisten. Se resisten a que otros países se desarrollen, crezcan, aumenten sus capacidades, sus posibilidades en términos económicos, comerciales, en desarrollo de sus poblaciones, en fortalecimiento de sus derechos, en proyección en el campo internacional, en una forma de relaciones más responsables, no invasivas, no interventoras, no injerencistas.

Todo esto va cambiando la mentalidad también y la percepción de la humanidad entera, y va ubicando precisamente la diferencia entre un imperio hegemónico, dominante, intervencionista, invasor, destructor de naciones, de países, de estados y de humanidad, y entre otros países que desarrollan, que resuelven los propios problemas de su población y además socializan de alguna manera sus avances, sus adelantos, su tecnología, su intercambio comercial, su compartir solidariamente también con otros países de manera muy responsable, sus avances y su desarrollo.

Y contribuir de una forma muy solidaria y responsable la facilitación a otros países también un plano de cooperación, de inversiones, de solidaridad para ir avanzando, ir desarrollándose y resolviendo los problemas económicos también de los países que de alguna manera o muy sustancialmente contribuyen a ir consolidando paz, estabilidad, seguridad en cada país.

Y de esa manera vamos precisamente evitando migraciones masivas, irregulares. En fin, todos esos fenómenos que de alguna manera pueden generar también algunas preocupaciones.

Entonces, guerra fría, lo que la humanidad necesita es paz, estabilidad, cooperación, amistad, convivencia.

Por eso es que ese tipo de tensiones que generan potencias como los Estados Unidos, o Europa a través de la OTAN, que pronto vemos que también está trasladándose a América con la participación de Colombia, lo cual realmente es desatinado.

Entonces es una guerra de una potencia, combinada con otras potencias de Europa, queriendo sostener, mantener su control mundial, su hegemonía, y queriendo o pretendiendo desconocer que otros países avanzan, se desarrollan, tienen políticas de estado responsables y comparten con la humanidad su desarrollo, su progreso y caminando para avanzar en el desarrollo de los pueblos en una forma pacífica, amistosa y de cooperación, de beneficio mutuo para estos países que van desarrollándose y los países que también vamos en vías de desarrollo buscando un futuro mejor.

Benjamín Norton: Canciller Denis Moncada, muchas gracias por la entrevista.

Denis Moncada: Bueno, muchas gracias Ben, y bueno, un cordial saludo también a todos tus amigos, compañeros y audiencia.

Benjamin Norton: Gracias.

Benjamín Norton, analista internacional

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