Nicaragua en los últimos días ha sido víctima de la más vil campaña de manipulación y tergiversación, con relación a las acciones que el estado del país centroamericano ha impulsado en su propia y legítima defensa.
Por Oscar Rotundo *
No es extraño que la mediática internacional, dominada por unas pocas agencias nacidas en el siglo XIX al calor de la disputa de la narrativa imperial-colonial, fundamentos que no han abandonado, como buenas cajas de resonancia de la política agresiva imperialista y neocolonialista propagada por Estados Unidos y la Unión Europea (el más fiel cumplidor de la política exterior estadounidense), ataque con virulencia a los países con modelos alternativos de La Patria Grande: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Esta prensa corporativa ha dividido al mundo, entre sus países de origen y los respectivos territorios que siguen considerando de su influencia. Ahora bien, para nadie es un secreto, luego de juiciosos trabajos elaborados por gente como Chomsky, Zinn, Stone, Aplemann Williams, entre tantos otros, que determinados programas de Relaciones Públicas del Pentágono, están dedicados a hacer que las cosas signifiquen lo que ellos quieren. Estos programas consisten en trasladar líneas a estos medios para que escriban o reporten, con apariencia de imparcialidad, sobre diversos temas. En ese sentido, siguen vigentes las premisas del Informe MacBride [1] el cual propugna porque se escuchen las múltiples voces del planeta, especialmente las del Sur.
Es por ello que este artículo fue escrito con el ánimo de contrarrestar la falsa y perversa narrativa impulsada, sabido es, por el departamento de estado gringo y repetido por estos medios y agencias, en contra de la Revolución Sandinista. Narrativa en la que han caído algunos de los llamados gobiernos progresistas de América Latina que, en realidad, de progresistas tienen muy poco, ya que van a contracara de una de las más preclaras premisas acuñadas por un referente como el Che Guevara, con relación a ello: “no confiar nada en el imperialismo» y, estos llamados gobiernos progresistas, no sólo confían, son devotos y excelentes colaboracionistas con el mismo.
Nicaragua en los últimos días ha sido víctima de la más vil campaña de manipulación y tergiversación, con relación a las acciones que el estado del país centroamericano ha impulsado en su propia y legítima defensa, tomando en cuenta su marco jurídico-constitucional e implementadas coordinadamente entre los diversos poderes del Estado, como muy bien lo explicó el presidente Daniel Ortega, en comparecencia pública.
Esta infame campaña ha tenido su centro de gravedad en lo referido al envío hacia Estados Unidos y la pérdida de la nacionalidad de 222 personas que guardaban prisión en Nicaragua por delitos graves. Lo primero que la mediática oculta, es que estas personas firmaron su salida voluntariamente, así lo expresó el presidente Daniel Ortega, es más, afirmó que esta era una condición ineludible: debían irse por su voluntad y, así fue.
Otro asunto que ocultan los llamados medios es que estos sujetos habían sido juzgados y estaban encarcelados en Nicaragua, como consecuencia de su reincidencia (léase bien, reincidencia) en delitos graves en contra del pueblo, la economía, la paz y estabilidad de Nicaragua, atentar contra la soberanía, traición a la patria, así como por propagación de mensajes de odio, racismo, clasismo, violencia extrema, lavado de dinero, estafas piramidales (fascismo puro) pues ya habían sido beneficiados por una generosa ley de amnistía, con el ánimo de promover reconciliación, después de ser los promotores, financiadores e instigadores, en contubernio con la embajada estadounidense, del intento de golpe de estado en el 2018 que costó numerosas víctimas y pérdidas millonarias, mediante un formato de guerra híbrida.
Otra cuestión que estos llamados medios esconden es que, estos sujetos, igualmente, en cumplimiento de la normativa constitucional del país centroamericano, perdieron su nacionalidad, es decir, no se les despojó de ella, como bien les gusta mencionar. Sus acciones delictivas tienen como secuela inmediata la pérdida de su nacionalidad, es decir, no fue por medio de ningún decreto, como tratan de instalar, ni menos por arbitrariedad, la perdieron porque la norma jurídica nicaragüense así lo mandata.
Ahora bien, otras de las palabras más repetidas por estos llamados medios, es que estas son decisiones “arbitrarias e inconstitucionales”. Tal afirmación no se sostiene, en tanto lo explicamos anteriormente pues, su viaje a Estados Unidos y la pérdida automática de la nacionalidad, es el resultado de la aplicación del marco jurídico consensuado en la Asamblea Nacional de Nicaragua, la cual contó con plena participación de todos los grupos parlamentarios existentes en el país cuyos escaños fueron obtenidos por elección popular.
¿De dónde surge ese consenso entre el Sandinismo y los otros grupos parlamentarios con relación a estas leyes? Nace de un acuerdo en las coincidencias históricas-morales referidas a poner fin, de una vez por todas, a una actitud y comportamiento tan perjudicial, nocivo para la vida pública, social, de dignidad y soberanía del hermano país. Nos referimos al entreguismo, a vender la patria, ofrecer los recursos a los extranjeros y buscar en una potencia foránea, en especial los Estados Unidos, “apoyo” para acceder al gobierno, en tanto son incapaces de conseguirlo por las vías legales y políticas.
Estas leyes vienen a romper el ciclo del entreguismo en Nicaragua. Ese entreguismo que le ha costado tanta sangre, muerte, despojo, destrucción, pérdida de soberanía y recursos, desde que consiguió su independencia.
Observando la historia del país, podemos decir que no hay momento en su devenir, donde no aparezcan individuos, grupos, facciones o familias, los Chamorro en primerísimo lugar, que luego de fracasar en su intento de desplazar al otro del gobierno por medio de la violencia y golpes de estado, como lo quisieron hacer con el Sandinismo en el 2018, recurren de forma cínica y sin dignidad a rogar a los Estados Unidos que agreda o invada a la tierra de Rubén Darío (el mismo poeta habló en sus artículos sobre este tema vergonzoso en la historia de su patria).
Estos sujetos llegaron al extremo de hablar, ahí están las entrevistas y videos donde lo confesaban enceguecidos creyendo que ya habían “triunfado”, de portaviones, de bombardeos, de operaciones rápidas, de invasiones contundentes con “mínimos de muertos” o sino hasta “con tres millones de muertos”.
Manifestaban sin pudor y orgullo que ellos estaban rogando, pidiendo y “hasta armando” con los gringos esta “nueva invasión al país”, para así obtener, lo que no han conseguido por medio del apoyo popular. Y, para ser más concreto, no creo que lo lleguen a conseguir, viendo los logros, avances en todos los ámbitos en el país: quinto lugar de mejores carreteras del continente, país con mayor inversión en educación y salud de la región, 90% de los alimentos que consumen los nicaragüenses producidos por ellos mismos, 99. 4% de cobertura eléctrica y 80% de energía limpia, quinto lugar mundial en reducción de la brecha de desigualdad de género, reducción de la pobreza del 49 % al 19%, país más seguro de la región, uno de los más seguros del continente, entre tanto otros. En este sentido, textualmente es imposible, que esta gente pudiera tener alguna oportunidad de ganarse la confianza del pueblo, al contrario, se han granjeado su desprecio.
En la Nicaragua Sandinista, el crecimiento se ha traducido en una justa redistribución del mismo, encauzado por un modelo sociopolítico y económico que asegura el máximo de bienestar para la población nicaragüense.
Vistas las cosas así, solo nos resta agregar que, como bien lo dijo el presidente Ortega en su comparecencia, estos sujetos se fueron (o volvieron) al país que los engendró, al país al que han servido siempre. La patria de Sandino, cuenta con un marco jurídico que la blinda en contra de esas facciones que el General nicaragüense y nuestroamericano, como le llamaba Daniel Viglietti, llamaba peleles: capaces de vender a la Patria por unos dólares. Por lo tanto, esta es una ley que honra al mismo Sandino, quien decía que no era digno de “llamarse nicaragüense aquel que con miras políticas trafique con la honra de la nación, solicitando apoyo oficial al gobierno de la Casa Blanca”
En la hermana nación centroamericana las leyes están para defender al pueblo, preservar sus recursos, (ahí están las palabras de la jefa del Comando Sur declarando botín los recursos de nuestras patrias: litio argentino incluido y los recursos acuíferos y mineros: oro, plata de Nicaragua, también) para resguardar la dignidad de un país que ha sufrido múltiples invasiones invocadas, pedidas, rogadas por grupos que no representan las aspiraciones de la gente. Las leyes en Nicaragua, están para defender la Revolución y la Democracia.
Estas leyes promulgadas por la Nicaragua Sandinista son paradigmáticas, ejemplos de Soberanía, son leyes de calidad y sanidad democrática: cercenan ese horrible cáncer de grupos vende patria, que prefieren entregarle a extranjeros los recursos que son del pueblo (en nuestro caso, Lago Escondido, navegabilidad del Río Paraná o la soberanía de nuestras Islas Malvinas entre otros), movidos por aquel egoísmo y ambición miserable heredado del colonialismo.
Oscar Rotundo* Analista político internacional, editor del equipo de PIA Global
Referencias:
[1] El Informe MacBride, también conocido como «Voces múltiples, un solo mundo», es un documento de la Unesco publicado en 1980 y redactado por una comisión presidida por el irlandés Seán MacBride, ganador del premio Nobel de la Paz.