El levantamiento de la pesada unidad de soldadura resultó fatal. Algo estalló en la ingle del lado derecho. El incidente de finales de mayo podría haber sido un golpe de la salud para un pobre reportero sueco jubilado. Pero en cambio se convirtió en el comienzo de una nueva experiencia física concreta y la ilustración política que podría significar una Revolución profunda. La salud pública es uno de los principales éxitos de Nicaragua; la inversión en sanidad pública de última generación.
Por Dick Emanuelsson, Radio La Primerísima
– ¿Cómo está tu salud?, me preguntó en un correo Stephen, mi viejo amigo irlandés, un internacionalista de la misma edad mía que vive y trabaja en Nicaragua desde mediados de los años 90.– No tan bien, respondí y conté de la hernia inguinal y que en Honduras sólo la operación en una clínica privada cuesta 35.000 lempiras, unos 1,500 dólares, más pruebas y medicinas. Por debajo de 2,000 dólares no va. Un ticket de avión de ida y vuelta a Suecia, donde pago mis impuestos, cuesta aún más.
– Triste, pero consultaré con las autoridades si puedes ser operado aquí, dijo Stephen, quien consultó primero en el hospital regional de Estelí. Pero pasaron tres semanas y un día a principio del mes de agosto recibí su noticia de que él había consultado con la propia vicepresidenta, Rosario Murillo, quien en el momento mismo había autorizado la operación, pero no en Estelí sino en el hospital más nuevo y más grande de Managua, el Hospital Fernando Vélez Paiz.
¡Hacia Managua!
Y luego todo sucedió en unos días. Viajé contentísimo en autobús desde Tegucigalpa, la capital de Honduras, al amanecer y por la tarde llegamos a Managua. Al día siguiente, a las 08:00 horas de un viernes de agosto, debía presentarme. A la entrada del hospital me recibió el Dr. Erick Uriarte Barrera. Es especialista en medicina interna y jefe de la Consulta Externa.
– El hospital estuvo listo en enero de 2018. Atendemos pacientes de toda Nicaragua, pero también de Costa Rica, El Salvador y Honduras, y en ocasiones pacientes de otros países. En promedio, el hospital recibe entre 750 y 850 pacientes diariamente, dijo mientras pasábamos de un muestreo tras otro.
Mi hernia fue considerada como una cirurgía de emergencia por el dolor agudo que mantenía.
Luego de muestras de electrocardiograma, sangre, colesterol, azúcar y ultrasonido del tracto gastrointestinal, quedó claro que los resultados fueron normales, condición para la cirugía, afirmó el cirujano jefe, doctor Rolando Francisco Montoya, al analizar los resultados. Tres horas después me colocaron en la mesa de operaciones donde él y sus asistentes comenzaron a abrir la hernia.
– La operación duró cuarenta y cinco minutos, dijo cuando me desperté.
Mostró la imagen de la hernia que había sido extirpada, que era como un saquito concentrado de grasa de aproximadamente diez centímetros. Había entrado y salido por el agujero de nueve milímetros que se había abierto en el tejido de mi ingle después de haber levantado la máquina de soldar, creyendo que seguía siendo tan fuerte como lo era entonces, cuando tenía 22 años y era un obrero metalúrgico en varios talleres y astilleros en Suecia.
Frecuencia cardiaca baja
Permanecí en observación durante más de cinco horas, en lugar de las dos
habituales, porque el ritmo cardíaco era dramáticamente bajo, sólo
52, que debería ser mínimo 60, afirmó la doctora que confesó que estaban
un poco asustados. Pero gradualmente aumentó y después de cinco horas y
“59” dije: “¡Si ceno ahora los latidos del corazón superarán los “60”,
dije yo con hambre, casi 48 horas ¡sin comer! Y me llevaron hasta la
habitación que había sido reservada para mí y para Miriam, quien me
apoyó durante estos días.
Durante toda la tarde y la noche, la enfermera nocturna y la doctora de turno vinieron y me administraron antibióticos por goteo y controló periódicamente mi estado de salud. Al amanecer, el Dr. Montoya y la joven directora del hospital, la Dra. Virginia García llegaron y querían saber sobre mi estado.
– ¡Como un Rey!
El corte es de 55 milímetros y seis puntos mantienen unida la cicatriz, dice el Dr. Montoya.
– El hospital es especialista en hernias y es el único que ha desarrollado la implementación de una doble malla para soporte de hernias como una de las mas seguras en su especialidad.
– Las cirugías más comunes son colelitiasis hernias y enfermedades gástricas y de colon. El hospital ofrece operaciones como laparoscopia y endoscopia. El tiempo de espera para una operación es de aproximadamente un mes.
Durante nuestros días en el hospital pudimos confirmar la nueva tecnología de punta, un hospital extremadamente limpio donde nuestra habitación fue aseada y trapeada dos veces por día, incluyendo las ventanas. Los pacientes con los cuales hablamos estaban de la misma opinión, el hospital es una joya de la salud pública nicaragüense.
Querían quemar el hospital
– El hospital fue inaugurado el 23 de enero de 2018 y en abril estuvimos expuestos a un intento de golpe de Estado. Pero el hospital nunca cerró atenciones y emergencias, subraya la Dra. García.
Fue la oposición política de derecha, preparada y financiada por USAID (padrino de la CIA) desde el año 2013, según el periodista estadounidense Ben Norton. Incluso intentó apoderarse del hospital y, al igual que otras instituciones públicas, emisoras de radio, clínicas y ambulancias, para quemar el hospital. Pero tanto el personal como los pacientes y sus familiares defendieron este hermoso y real derecho humano al servicio del pueblo de Nicaragua.
– Pero para no ser tomados por sorpresa, también se desplegaron patrullas del ejército en este y otros hospitales para su protección.
Así quemaron la Nueva Radio Ya (sandinista)el 30 de mayo de 2018 con 21 periodistas adentro. Quemaron ambulancias, clínicas, casas maternas, y casas de los sandinistas hasta que los Combatientes Sandinistas Históricos les dieron un ultimatum a los Neo Somocistas y todo se acabó en cuestión de una semana. Los “Históricos” no solo están armados con ideas. . .
– Nuestro gobierno demuestra que tiene una promesa con el pueblo de Nicaragua y es brindarle atención médica de calidad, gratuita y pública al pueblo de Nicaragua. El hospital tiene una base sólida y ha afrontado bien las tareas incluso durante la pandemia. Contamos con más de 1010 empleados, 370 camas, nueve quirófanos y 22 consultorios. El hospital cuenta con su propio sistema energético y no se ve afectado por cortes de energía. Lo mismo se aplica al suministro de agua con pozo propio. La tecnología es lo último en atención médica, dice la Dra. García con orgullo en su voz.
Los médicos cubanos en Matagalpa
Sus palabras me llevaron inesperadamente a un recuerdo del año 1983 cuando llegué al Hospital Público de Matagalpa. La gran cantidad de médicos y enfermeras cubanos causó la primera impresión. Mi amiga y compatriota sueca Ingrid trabajaba como enfermera anestesista en el hospital y dijo: “Es increíble, Dick, pero la Contra están difundiendo la mentira de que los médicos cubanos están robando el azúcar blanco (que escaseaba) e incluso nuestra agua potable en la región. Estos 50 médicos y enfermeras son, de hecho, una garantía para que el estado general de salud de la gente en Matagalpa se mejorará”, afirmó Ingrid con indignación por la guerra psicológica y admiración por los esfuerzos y riesgos por su propia vida del personal médico cubano.
Veintidós hospitales públicos
Cuando el presidente Daniel Ortega yla vicepresidenta Rosario Murillo inauguraron el hospital en enero de 2018, Ortega afirmó que el Hospital Fernando Vélez Paiz era el número 16 de una serie de hospitales públicos construidos por el gobierno sandinista desde que el FSLN retomó el poder el 10 de enero de 2007. Hoy, casi 17 años después, la cifra asciende a 22 hospitales. En 2024 se inaugurarán siete hospitales más.
La inauguración del hospital Fernando Vélez Paiz
https://youtu.be/WgPzIUvoSec?si=C9kz4Qn0OAjsUtDk
¿Por qué Nicaragua y no Honduras?
El sábado por la tarde me encontraba tan bien que me dieron de alta. Pero primero, me entregaron una bolsa con cuatro medicamentos diferentes que tomaría durante mi tiempo de convalecencia en Honduras. Después de tres meses volveré para el chequeo final. Agradecí a los poderes superiores que no fue Honduras sino Nicaragua donde me operaron.
Y hablando de Honduras y la salud.
Si hasta la fecha Nicaragua ha construido 22 hospitales públicos desde enero de 2007, la vecina Honduras, con tres millones de habitantes más, no ha construido ni un solo hospital desde el golpe de estado militar de junio de 2009.
El gobierno derechista anterior de Juan Orlando Hernández, respaldado por EEUU compró por 48 millones de dólares cinco hospitales móviles usados de una empresa en Turquía (similares a un contenedor) que recibirían y tratarían a los hondureños que enfermaran de Covid–19. Ninguno funcionó. En cambio, se convirtió en el peor escándalo de corrupción de la historia y del país, con miembros del partido de derecha de Hernández involucrados. Estos cerraron el “negocio” con un guatemalteco en un centro comercial de Florida, Estados Unidos. ¡Considere que esa suma es más de la mitad de lo que costó el Hospital Fernando Vélez Paiz de Managua!
El nuevo gobierno de izquierda de la presidenta Xiomara Castro de Honduras ha prometido a su pueblo que durante su mandato iniciará la construcción de cuatro hospitales públicos. Los mejores asesores que Honduras puede conseguir son sus vecinos nicaragüenses. Yo, como ex paciente del Hospital Fernando Vélez Paiz, puedo confirmarlo hoy con toda certeza. Viví una maravilla durante los dos días internado en el Hospital Fernando Vélez Paiz.
La derecha desestabilizadora en Honduras
Cuatro días con descanso en Managua tomamos el TicaBus de regreso a Tegucigalpa. A las 09:00 horas llegamos al puesto fronterizo de Guasaule, en la costa pacífica con la fatal noticia de que desde hacía un día la Vía Panamericana estaba tomada en el lado hondureño cerca del municipio de Choluteca, en pleno “Corredor Seco”, el corredor seco y cálido cerca de la costa del Pacífico donde la temperatura fluctúa entre 30 y 40 grados.
Maldije a TicaBus por no informarnos antes de salir en la madrugada que la toma de la carretera duraría ¡tres días! Aunque he vivido muchas tomas de carreteras, tanto durante mi tiempo como reportero en Colombia, incluso paros armados, pero especialmente durante las protestas después del golpe militar de 2009 o los repetidos fraudes electorales en Honduras, nunca me había quedado estancado y al mismo tiempo de haber sido recién operado.
Choluteca es un bastión de la derecha política hondureña. Y dos meses antes de nuestra llegada, los empresarios privados habían dado a sus trabajadores tiempo libre remunerado con la condición de que ocuparan las carreteras e hicieran huelga contra el gobierno popular de Xiomara Castro. ¿Porqué? Porque la nueva reforma tributaria no la quieren, porque hasta ahora han estado prácticamente exonerados de pagar impuesto.
Como 2018 en Nicaragua
Es exactamente la misma reacción como la de los empresarios privados nicaragüenses en abril de 2018, cuando el gobierno sandinista aumentó la cuota del Seguro Social para el empresariado. Se volvieron locos y rompieron el `Pacto Social´ con el gobierno e intentaron derrocar al gobierno elegido por el pueblo.
– Es idéntico a lo que ocurrió en Nicaragua en abril de 2018, dijo un nicaragüense mientras estábamos sentados al costado de la carretera con miles de autos, camiones y otros vehículos, así actúa la derecha para desestabilizar a un gobierno que Estados Unidos no quiere. Pero esto ya no puede pasar más en la Nicaragua de hoy.
Se levantó el paro
Pero éste “chele”, (rubio, o más bien canoso), también tuvo suerte ese día. A las 21.30 horas de la noche se levantó parcialmente la toma de carretera y se dio a los vehículos 90 minutos para moverse y, si teníamos suerte, pasaríamos el último tranque (barricada) en la entrada de la ciudad de Choluteca. Y logramos.
A las cuatro y media de la mañana entramos a Tegucigalpa y terminó “Operación Hernia Inguinal”.
Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer públicamente a la vicepresidenta ROSARIO MURILLO, al Presidente de la Asamblea Nacional GUSTAVO PORRAS, a la directora del hospital Dra. VIRGINIA GARCÍA, Dr. ROLANDO FRANCISCO MONTAYA y el Dr. ERICK URIARTE por la maravillosa atención que ellos y todo el Colectivo del Hospital me brindaron durante estos días. Esta experiencia fue para mí una confirmación física y directa de que Nicaragua sigue cosechando “Vamos por Nuevas Victorias”.
Y en el exterior La PRENSA no encuentra explicación por las altas cifras de simpatía para el gobierno sandinista en las encuestas y los resultados electorales. Pero ¡YO SÍ puedo entenderlo! No solo yo, sino los miles de hondureños en la larga zona fronteriza que cruzan la frontera a Nicaragua y son atendidos solidariamente por sus hermanos y hermanas nicaragüenses de batas blancas en los Centros de Salud o en los hospitales.
Son regiones en donde EEUU 1981-1990 montaron bases militares para 25,000 unidades de la contrarrevolución nicaragüense que ingresaron a Nicaragua, cosechando la muerte de 50,000 compatriotas, destruyeron material por 17 mil millones de dólares, según el Corte Internacional de la Haya en su sentencia de 1986, condenando a EEUU por ese genocidio cruel.
EEUU y sus peleles pelearon por regresar a la época cuando el niño nicaragüense moría como moscas por enfermedades simples porque no existía el derecho humano de una salud pública gratuita y de calidad. La Revolución cumplió con su promesa al pueblo de Sandino.
Hospital Fernando Vélez Paiz
El hospital costó 90 millones de dólares, de los cuales 40 millones provienen del Banco Centroamericano de Inversiones (BCIE), 20 millones de una donación de Holanda y 30 millones de dólares del tesoro de Nicaragua.
- Se necesitaron 1.817 trabajadores para completar este proyecto, incluidos ingenieros, albañiles, carpinteros, constructores navales, constructores, electricistas, trabajadores de almacén y más.
- Las obras duraron aproximadamente 36 meses y, sumando los procesos previos de diseño y licitación, cubren un período total de siete años.
- Con una superficie de 25.000 metros cuadrados, es el hospital más grande del país en el momento de su construcción.
- Cuenta con 373 camas, 1100 empleados, 9 quirófanos y capacidad para atender a 2.000 personas por día, así como capacidad para 1.000 exámenes generales, 800 consultas médicas, 50 operaciones programadas y 20 operaciones ambulatorias diarias.
- Además, este hospital cuenta con instalaciones de emergencia, fuente interna de agua potable, instalaciones de producción de gases medicinales, instalación de aire acondicionado, caldera antiexplosiva, autoclave con triturador, sistema de control electrónico, sistema contra incendios y seguridad. Sistema de vigilancia a través de cámara.
Fuente: Wikipedia
Doctor Fernando Vélez Paiz
El doctor Fernando Vélez Paiz sentó un precedente en el campo de la medicina, catapultó a Nicaragua al ubicarse y diferenciarse en destacadas unidades educativas francesas; posteriormente ayudó a jóvenes estudiantes nicaragüenses a ser acogidos por estas instituciones.
Fernando Antonio Velez–Paiz Brenner
Nicaragua presenta reducción en la mortalidad infantil
De 2006 a 2022, nuestro Buen Gobierno Sandinista ha logrado reducir en 56.5% la mortalidad de Niñ@s menores de 1 año, pasando de 29 fallecidos por 1000 nacidos vivos en 2006 a 12 fallecidos por 1000 nacidos vivos en 2022; para ello, se han implementado las siguientes acciones en Salud:
En 2006, se atendieron 9800 nacimientos en las Unidades de Salud y en 2022 atendimos 114,321, diez veces más que en 2006.
En 2006, se atendieron 9 mil mujeres embarazadas en las Casas Maternas y en 2022 atendimos 71,925, ocho veces más que en 2006.
De 50 Casas Maternas que existían en 2006, pasamos a 181 en 2022.
Más de un millón de familias han sido visitadas casa a casa a través del Programa de seguimiento de los niños con bajo peso al nacer.
El espejo retrovisor de la historia en la salud nicaragüense. . .
“El trabajo que ha hecho el gobierno de Daniel Ortega en estos 12 años ha sido restaurar los derechos de los nicaragüenses en todos los ámbitos. Uno de los ámbitos más afectados por el tema de los 16 años de gobierno neoliberal fue el tema de la salud y la seguridad social”.
Así lo afirmó el Ministro de Seguridad Social de Nicaragua, Roberto López Gómez el 29 de enero de 2019 cuando lo entrevistamos en Managua.
Durante los 70 minutos que duró la entrevista, obtuvimos un trasfondo histórico del desarrollo del sistema de salud nicaragüense y cómo las personas morían como moscas antes de la Revolución del 19 de julio de 1979. La mortalidad infantil y materna estuvo entre las más altas del continente americano durante la Dictadura de Somoza, respaldada por Estados Unidos.
Cuando la derecha nicaragüense llegó al poder en 1990 e iniciaron 16 años de neoliberalismo en Nicaragua, se construyó un sólo hospital público, un hospital que después de dos años prácticamente se había convertido en una ruina debido a la corrupción y el robo del presupuesto y los fondos financieros de la construcción.
Roberto López: “Cuando el presidente Ortega asumió el poder en enero de 2007, nos encontramos con que la atención de salud estaba prácticamente privatizada, tanto dentro del Ministerio de Salud como dentro del sistema de Seguridad Social. Descubrimos que había escasez de todo tipo de medicamentos en los hospitales y falta de programas preventivos. Muchas enfermedades epidémicas no fueron tratadas, como el dengue, especialmente las enfermedades epidémicas que habían resurgido.
Porque durante la primera fase del gobierno sandinista (1980–1990), se hizo una importante inversión preventiva que redujo la mortalidad infantil, redujo la mortalidad materna y brindó atención de salud a la población, especialmente a los más pobres.
Pero los gobiernos neoliberales (1990–2006) privatizaron los servicios de salud. Para acceder a los servicios de salud disponibles en uno de los hospitales públicos, la gente debía pagar por el servicio. Y las personas que no podían permitirse el lujo de pagar no recibían atención médica.
No sabemos cuántas personas murieron por no recibir atención médica. Pero, obviamente, las personas que no podían pagar un servicio privado no tenían ninguna posibilidad de salvarse. En las zonas rurales hubo muchos casos de niños que murieron a causa de estas políticas neoliberales.
En el caso de las pensiones ocurrió lo mismo. Lo que encontramos fue un intento de privatización según el modelo chileno, porque la lógica del gobierno neoliberal es que el Estado no debe ser responsable. Al no responsabilizarse el Estado, lo simple es el mensaje; “Bueno, el INSS no podrá pagar las pensiones así que cada uno de ustedes tendrá que ahorrar lo más que pueda. Lo que vamos a hacer aquí es un sistema privado al estilo chileno donde todos tienen que ahorrar”.
Video de la entrevista al Ministro de Seguridad Social de Nicaragua, Roberto López Gómez el 29 de enero de 2019 en Managua: