Ha sido un día hermoso, intenso, un día para celebrarnos todas y todos y en particular celebrar el carácter y la valentía, la lucha de nosotras las mujeres.
Por Rosario Murillo (*), Copresidenta de Nicaragua.
Mientras el Comandante Daniel hablaba de la peste, la plaga del machismo que es todavía una incultura que debemos combatir y vencer, yo recordaba cómo pensábamos y decíamos que sin Revolución era difícil alcanzar los derechos de las mujeres. Y 45 años después del triunfo de la Revolución, 45 años después, ¿qué vemos? Que ha sido posible alcanzar justicia para nosotras las mujeres, desde nosotras las mujeres, porque tenemos una Revolución, una Revolución en la que todas y todos participamos con nuestra fuerza, con nuestra labor, con nuestro orgullo, con nuestro sentido de dignidad nacional.
Es la Revolución la que nos garantiza, esa Revolución que hacemos todas y todos la que nos garantiza equidad en el sentido jurídico, institucional, y una participación plena en todos los poderes del Estado, ¡protagonismo! Ser verdaderamente protagonistas, luchadoras y protagonistas del poder de todas y todos y del poder de las mujeres.
Por eso, yo de verdad creo que aquello, que algunas personas se atrevían a criticar y decían: “No, ¡la lucha de las mujeres es ya!”. Claro que la lucha de las mujeres siempre es ya, pero se requiere una Revolución triunfante, una Revolución victoriosa, una Revolución de todas y todos, para hacer realidad en todos los espacios el Protagonismo, el Triunfo, de nosotras las mujeres.
Desde los años inmemorables, los años de luchas guerrilleras, sandinistas, ahí hemos estado las mujeres. Pero ahora las mujeres estamos en el poder. En aquellos momentos las mujeres éramos combatientes, guerrilleras, luchadoras, guerreras, y siempre somos guerreras, luchadoras, combatientes, pero ahora somos, además, poder, poder institucional.
Somos, además, protagonistas de todos los espacios y podemos trabajar más para garantizar justicia plena para todas y todos, y para las mujeres. Porque donde la mujer está en desventaja, o no se respeta la dignidad, la familia sufre, los hijos sufren, y cuánto dolor también cuando se cometen crímenes contra la dignidad y la humanidad de nosotros las mujeres.
Por eso digo, hoy estamos en mejores condiciones, o tenemos el Poder para combatir las expresiones de machismo en todo sentido, y luchar para que se haga Justicia cuando se atropelle a una mujer. Y las mujeres, nosotros también luchar para garantizar que se nos respete. Es decir, darnos a respetar. Es decir, pedir y exigir la Justicia que merecemos cuando haya atropello para las mujeres.
Uno nunca está satisfecho, y es bueno no estar satisfecho, porque siempre hay por quién vivir y por quién luchar, y todos los días tenemos que saber que debemos avanzar, en el protagonismo, en el poder, y en los derechos y el respeto inalienable a las mujeres nicaragüenses, y a las mujeres del mundo.
¿Nos sentimos contentas y contentos, y orgullosas y orgullosos? Sí. Y nos sentimos sobre todo en deuda con nosotras mismas, porque hay que trabajar más y trabajar más duro, para que esa incultura machista vaya quedando atrás, como ha quedado atrás tanto, y como hemos dejado atrás tanto. Porque el machismo es una manera de odio, es una cultura de odio que hay que dejar atrás, y una incultura que nos lesiona a todas y todos, y destruye.
Así que ese es el reto: avanzar contra el machismo, hacer valer lo que tenemos, nuestros derechos, desde una Revolución victoriosa que todas y todos hemos hecho, y seguimos haciendo. Porque es así. El camino hacia las victorias no se detiene; al contrario, debemos seguir forjando los triunfos cotidianamente, todos los días. Para eso somos luchadoras, para eso somos valientes, para eso somos guerreras, y para eso somos mujer Patria, libre, bendita. ¡Patria y Revolución!
(*) Declaraciones después del acto de entrega de buses a cooperativas de transporte, realizado en Managua el 8 de marzo de 2025.