Una delegación nicaragüense participó en el “Foro Internacional sobre
los Crímenes del Colonialismo en la Historia de la Humanidad: De las
Heridas de la Memoria Nacional a la Justicia Histórica y Popular”
realizado en Argelia.
Por Consejo de Comunicación y Ciudadanía
Durante su intervención, John Edison Hodgson Deerings, expresó que el
proceso de descolonización, impulsado por la valentía de pueblos como
el argelino, ha sido un avance monumental en la historia de la
humanidad.
Sobre el particular, afirmó que, este golpe a los imperios coloniales
marcó el inicio de una nueva era, una era en la que millones de seres
humanos vieron restaurada su dignidad nacional y conquistaron el derecho
soberano e irrenunciable que tiene todo pueblo para decidir su destino
en paz, libertad y libre de amenazas y agresiones.
La delegación sostendrá importantes encuentros con autoridades del
Gobierno argelino, incluyendo la participación de la conmemoración del
63 Aniversario de la Independencia de Argelia en representación del
Pueblo y Gobierno de Nicaragua, la visita se desarrollará del 1 al 6 de
julio.
La misión está integrada por el diputado ante la Asamblea Nacional y
Secretario Político del Frente Sandinista de Liberación Nacional en la
Región Autónoma de la Costa Caribe Sur John Edison Hodgson Deerings; el
Ministro Asesor de la Presidencia de la República para Políticas y
Relaciones Internacionales, Compañero Orlando Tardencilla y el embajador
Carlos Díaz.
Discurso FSLN / Johnny Hodgson
Permítanme iniciar transmitiendo saludos fraternos al compañero
Abdelmadjid Tebboune, presidente de la República Argelina Democrática y
Popular, de parte de los Copresidentes de Nicaragua, Comandante Daniel
Ortega y Rosario Murillo, expresando a la vez nuestras más sinceras
felicitaciones al hermano pueblo y gobierno argelino al conmemorarse el
63 aniversario de la Independencia, el próximo 5 de julio, fecha
histórica que celebra la victoria definitiva de la Revolución y el
triunfo de la autodeterminación y la resistencia frente a una de las
potencias coloniales más arraigadas, inspirando a movimientos de
liberación en África, Asia, América Latina y el Caribe.
Agradecemos especialmente al Ministerio de Relaciones Exteriores y
al Ministerio de Mojahedin y Derechos Habientes, por la calurosa
invitación a participar en este importante encuentro. Nos sentimos
honrados de participar en representación del pueblo nicaragüense, que no
sólo es testigo de la historia, sino valiente heredero de una memoria
colectiva que clama justicia. Una memoria que obliga a denunciar, los
crímenes incalculables del colonialismo y el imperialismo, sistemas
rapaces y extractivos que han expuesto y continúan exponiendo a
civilizaciones enteras al genocidio, al exterminio cultural, a la
esclavitud, a la pobreza más abyecta y al subdesarrollo.
El pueblo nicaragüense, amante de la libertad y defensor de la paz,
no puede voltear la mirada cuando se habla de las cicatrices profundas
que el colonialismo ha dejado en el alma de nuestras naciones. Hablamos
de genocidios sistemáticos y de poblaciones diezmadas. Hablamos de un
exterminio cultural donde idiomas fueron prohibidos, creencias
perseguidas y tradiciones ancestrales ridiculizadas o erradicadas, todo
en nombre de una supuesta “civilización” que, en realidad, era la
barbarie disfrazada de progreso. Hablamos también de la esclavitud, esa
mancha imborrable en la historia de la humanidad, que arrancó a millones
de sus hogares, los encadenó y los sometió a una vida de tortura y
servidumbre para alimentar las arcas de los imperios coloniales.
El gran revolucionario Frantz Fanon, describe al colonialismo como
un modelo de dominación que impone, a través de la violencia, la
creencia de la superioridad racial blanca-europea por sobre las demás
razas o etnias. Argumenta también que la violencia anticolonial adquiere
un potencial emancipatorio para los pueblos oprimidos, que obliga al
ser humano a reinventarse y a romper con las cadenas físicas y
psicológicas impuestas por el opresor.
Es por ello, que una y otra vez, en medio de la sombría narrativa de
la opresión, surge el resplandor de la resistencia, la inquebrantable
voluntad de los pueblos por su liberación.
En ese capítulo glorioso de la lucha anticolonial ocupa un lugar
destacado la gloriosa Revolución argelina y la lucha victoriosa del
Frente de Liberación Nacional (FLN). El pueblo argelino, bajo el yugo
colonial francés por más de 130 años, libró una guerra de liberación sin
cuartel, convirtiéndose en fuente de inspiración inagotable para
movimientos revolucionarios en todo el mundo, en particular para el
Frente Sandinista de Liberación Nacional y el pueblo nicaragüense que se
preparaba para protagonizar su propio movimiento revolucionario en
contra de la dictadura somocista y el imperialismo estadounidense.
La victoria de la Revolución argelina no fue solo la de un pueblo
contra un imperio, fue la afirmación de que la dignidad y la
autodeterminación no son negociables, que la voluntad de un pueblo libre
es invencible. La brutalidad de la represión francesa, que cobró más de
1.5 millones de vidas inocentes, avivó las llamas de la resistencia,
demostrando que la opresión más feroz genera la rebeldía más tenaz.
El proceso de descolonización, impulsado por la valentía de pueblos
como el argelino, ha sido un avance monumental en la historia de la
humanidad. Este golpe a los imperios coloniales marcó el inicio de una
nueva era, una era en la que millones de seres humanos vieron restaurada
su dignidad nacional y conquistaron el derecho soberano e irrenunciable
que tiene todo pueblo para decidir su destino en paz, libertad y libre
de amenazas y agresiones.
No debemos, sin embargo, olvidar, que pueblos enteros aun sufren
bajo el yugo colonial. Por ello, Nicaragua respalda el derecho a la
independencia y la justa lucha anticolonialista del pueblo de la
República Árabe Saharaui, del pueblo puertorriqueño, del pueblo
palestino y de tantos otros pueblos que merecen vivir en Libertad.
En este foro, Nicaragua alza su voz en condena del régimen sionista
de Israel, frente a la barbarie del genocidio que comete contra el
heroico pueblo palestino, la ocupación de su legítimo territorio y las
acciones sistemáticas de limpieza étnica que violan cada principio de
humanidad y derecho internacional.
Asimismo, alzamos la voz contra la injusticia, la agresión y la
provocación de la guerra de los 12 días contra el pueblo iraní, una
clara muestra de la continua amenaza intervencionista del hegemonismo.
Denunciamos con la misma contundencia el bloqueo criminal en contra del
noble pueblo cubano, una política genocida que busca doblegar a una
nación soberana simplemente por su inquebrantable determinación de
construir su propio camino socialista.
Condenamos la brutal embestida de los imperialistas y colonialistas
estadounidenses y europeos que pretenden saquear las riquezas del
valiente pueblo venezolano, el pueblo de Bolívar, el pueblo de Chávez,
imponiendo agresiones crueles y sistemáticas con el objetivo de socavar
las victorias de la Revolución Bolivariana y al legítimo Gobierno del
compañero Presidente Nicolas Maduro Moros.
Rechazamos la imposición de medidas unilaterales, coercitivas y
extraterritoriales en contra de más de 30 países, las mal llamadas
“sanciones” que son en esencia, actos de guerra económica, violatorias
del derecho internacional y completamente amorales, que buscan sofocar
economías, generar desestabilización y derrocar gobiernos que no se
doblegan ante los dictados imperiales.
Queridos hermanos y hermanas, compañeras y compañeros,
Es importante celebrar nuestras heroicas victorias, sin embargo, no
debemos caer en el grave error de la complacencia. El imperialismo y el
colonialismo persisten en todas sus nefastas manifestaciones.
Frente al colonialismo y el imperialismo, la firme unidad y la
cooperación entre los países del Sur Global se vuelven más cruciales que
nunca. Nuestra voz, unificada y fuerte, es esencial para contrarrestar
la hegemonía y construir un Nuevo Orden Mundial Multipolar.
La historia nos enseña que la victoria de la dignidad sobre la
opresión es inevitable. Sigamos el ejemplo de Argelia y de todos los
pueblos que han roto sus cadenas. Unidos, con la firmeza de nuestros
principios antiimperialistas y anticolonialistas, construiremos un
futuro de paz, justicia y verdadera libertad para toda la humanidad.
¡La lucha continúa y la victoria es segura!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Patria libre o morir!