Por una Navidad en paz, ¡yankee go home!


El despliegue militar prepotente de Estados Unidos de Norteamérica en las costas del caribe de nuestra Latinoamérica, y los ultimátum lanzados por su actual presidente imperial contra el pueblo y gobierno Bolivariano de Venezuela, solo confirman una vez más la política voraz y de rapiña inaugurada por William McKinley (1843-1901), vigésimo quinto presidente de EEUU (1897-1901), cuando enviaron un acorazado capitaneado por Charles Dwight al puerto de la Habana, Cuba (bajo dominio Español), el 25 de enero de 1898, y luego acusaron a España de haberlo dinamitado el 15 de febrero de 1898, iniciando la guerra hispano-estadounidense.

Por  Por Clemente Guido Martínez, Radio La Primerísima Vicepresidente de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua (AGHN) 

Los patriotas cubanos que propugnaban por la Independencia de Cuba, de cualquier potencia extranjera, incluyendo la norteamericana, fueron arrebatados en sus sueños por la injerencia yankee, que culminó con unos tratados firmados en París entre el Reino de España y Estados Unidos, donde España cedió Filipinas, Puerto Rico y Guam; aceptando que Cuba se independizara en 1902, con la salvedad que Estados Unidos conservaron el derecho (Enmiendas Platt), para construir una base militar en Guantánamo, derecho de intervención en los asuntos internos de Cuba, y onerosas inversiones financieras en la Isla de parte de los banqueros yanquis.

A partir de ese momento, EEUU seguirán una política de intervenciones militares, políticas y económicas en Latinoamérica. Panamá y Nicaragua están en la lista de los principales objetivos intervencionistas de EEUU en el continente. Así lo demostró en 1909, al intervenir para derrocar al presidente José Santos Zelaya (diciembre de 1909), y al presidente José Madriz (1910), para imponer a “gobernantes” títeres de filiación conservadora, desde 1911 hasta 1928; y luego “nuevos títeres” de filiación liberal desde 1929 hasta 1936, para posteriormente estimular y sostener a la dictadura somocista desde 1936 hasta 1979, año en que ya no pudieron evitar su derrocamiento por el pueblo alzado en armas liderados por la vanguardia del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

Barcos norteamericanos permanecieron anclados en las costas del pacífico y caribe de Nicaragua durante años, mientras hombres libres como el General Benjamín Zeledón y el General Augusto C. Sandino y el EDSNN, los enfrentaron con valentía y aunque en total desventaja militar, lograron demostrar al mundo que vale más la moral y la inteligencia autóctona, que la supremacía tecnológica militar de los interventores.

Estos barcos de guerra volvieron a nuestras costas en los años 80 con Ronald Reagan, en apoyo a la contrarrevolución, bloqueo naval, y minado criminal de puertos nicaragüenses, que fue sentenciado como ilegal por la Corte Internacional de Justicia de La Haya en 1986, quedando EEUU en deuda con Nicaragua por un monto mínimo y aún más de US $17 mil millones de dólares, que hasta el día de hoy no han pagado.

Ayer y hoy, al lado de los imperialistas, estuvieron los vende patria, los nacidos en Nicaragua, pero autodespojados de sus identidades al convertirse en “americanistas” entregados a los dictados de los banqueros y políticos imperiales de los EEUU, abandonando sus principios nacionales y sus identidades nicaragüenses, para convertirse en peleles del imperio y sus vergonzosos representantes en suelo Patrio. Es el caso de los Adolfo Díaz, Emiliano Chamorro, José María Moncada, Anastasio Somoza García y sus hijos Luis y Anastasio, y de los que hoy en día propugnan por la intervención militar norteamericana en Nicaragua como nuevos serviles del imperialismo.

Venezuela no es diferente. Un pueblo y su gobierno fundamentados en el pensamiento del gran prócer Simón Bolívar, enfrentan una de las más inverosímiles movilizaciones militares de EEUU en el siglo XXI, continuando con su política de agresiones imperialistas contra todo régimen político que no se subordine a sus dictados imperiales capitalistas y excluyentes.

 Por eso los barcos de guerra yankees navegan y anclan frente a las costas de Venezuela, amenazando con una intervención militar y agresión contra el pueblo y gobierno de Venezuela, que ya no es hipotética, sino real, al secuestrar barcos mercantes civiles en aguas internacionales para saquear sus cargas petroleras, al mejor estilo de los piratas del caribe de otros siglos. Y reclamar insólitamente derechos sobre el petróleo, tierras y minerales de Venezuela a quien acusan de haberles “robado” estos recursos.

Algo de historia

Un gobierno socialdemócrata nacionalizó el petróleo Venezolano el primero de enero de 1976. También nacionalizó el hierro. Las empresas que “perdieron” el control petrolero en Venezuela, a partir de 1976, fueron Creole Petroleum Corporation (afiliada a Exxon), Chevron y Shell.

De tal manera que el próximo primero de enero del 2026, se cumplirán 50 años de la nacionalización del petróleo y el hierro Venezolano a favor de su legítimo dueño. Esa es la queja del actual presidente de EEUU, que reclama como propios ese petróleo, sus tierras y sus minerales, ¡50 años después!…

Pero además, omite decir que Venezuela pagó a estas compañías extranjeras, una indemnización de varios Billones de Dólares.

Sí de cuentas pendientes vamos a hablar, entonces es hora que el presidente yankee, asuma la deuda de su país con Nicaragua, que fue reconocida y sentenciado por la Corte Internacional de Justicia de la Haya el 27 de junio de 1986, de tal forma que también en el año 2026, esta histórica sentencia cumplirá 40 años de su promulgación.

Más de 17 millones de dólares le debe EEUU a Nicaragua, sin contar las irreparables pérdidas de vidas humanas durante esa guerra contrarrevolucionaria financiada por EEUU. ¡Que los pague!, dado que ellos son buenos cobradores de lo que no se les debe, que paguen de lo que sí hay sentencia de justicia internacional. Pero ya sabemos que eso es un sueño imposible. La prepotencia gringa y su despliegue militar en las aguas del Caribe frente a Venezuela, son la única forma de “comunicación” de los gringos. ¡Resiste Venezuela!…

La guerra desinformativa

No se trata solamente de los barcos yanquis, sino del multimillonario despliegue publicitario propagandístico mundial contra la revolución Bolivariana, acusándolo con falsos argumentos que ya son conocidos y forman parte del manual de operaciones de la Central de Inteligencia Americana (CIA). Las campañas difamatorias y sucias que se divulgan en todos los medios lacayos del imperialismo, no son ninguna novedad.

Este despliegue publicitario incluye premios internacionales para los que promueven la intervención criminal contra su propio territorio y peor aún, contra su propio pueblo que pondría las víctimas en caso de materializarse las amenazas de desembarco militar. Premios que se han desvirtuado por entregarse a promotores de la guerra y no de la paz. Ya no son nobles estos premios dados a personas indignas, “héroes” prefabricados en los laboratorios de la CIA.

Los venezolanos que sí luchan por la paz, han emitido un comunicado condenando estas acciones y manifestaciones hostiles del yankee invasor dice: “Venezuela, en pleno ejercicio del Derecho Internacional, que nos ampara, de nuestra Constitución y leyes de la República, ratifica su soberanía sobre todas sus riquezas naturales así como el derecho a la libre navegación, al libre comercio en el Mar Caribe y en los océanos del mundo. En consecuencia, procederá en estricto apego a la Carta de la ONU, a ejercer plenamente su libertad, jurisdicción y soberanía por encima de estas amenazas guerreristas” (16 de diciembre 2025).

El mundo ya no es igual a 1898. El mundo ha cambiado y sigue cambiando, solo EEUU y sus gobiernos enfermizos como el actual, siguen pensando que pueden hacer y actuar de la misma manera que cuando McKinley inauguró esta política de piratería. La historia registra el fin de McKinley asesinado en 1901 en su propio país.

Solidaridad

Nuestro gobierno revolucionario presidido por el Comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo, ha sido categórico en su solidaridad con el pueblo y gobierno bolivarianos de Venezuela: “Estamos pendientes y siempre solidarios, hermanos, siempre cerca, siempre bendecidos por el gran espíritu que guía nuestros pasos, siempre más allá como países y pueblos libres, soberanos y valientes” (Rosario Murillo, Copresidenta de Nicaragua).

Como nicaragüense, me sumo y expreso mi solidaridad militante con el hermano pueblo Bolivariano de Venezuela y su gobierno revolucionario. La paz llegará, y no será vencida la Venezuela Bolivariana.

¡Venezuela vencerá junto con Bolívar, Martí, Sandino y Chávez!

¡Por una navidad en paz: yankee go home!

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