La Cooperación Bilateral de Estados Unidos, ¿democracia?, ¿derechos humanos?

Estados Unidos es una potencia hegemónica en los cuales sus mecanismos de interacción son asumidos por ellos mismos de acuerdo a cada definición de la situación.
Por Renán Guevara, Máster en Relaciones Internacionales
La creación de marcos falsos es presentada internamente como sistemas lógicos, consistentes en sus intenciones sobre qué piensan del mundo y de ellos mismos. Según Erving Goffman, en su libro "Los Marcos de la Experiencia" (1974), para interpretar la realidad se tienen que definir con precisión los "bordes" de la misma.

Estados Unidos como país desarrollado pertenece a los países donantes dentro del marco de la cooperación internacional. Michel Foucault plantea que la asistencia externa es un conjunto de mecanismos prácticos y concretos del gobierno a través del cual intenta moldear, normalizar, guiar e instrumentar acciones, anhelos y pensamientos para lograr el objetivo deseado.

¿Cuáles son los bordes definidos por Estados Unidos? ¿Cuál es su objetivo deseado?

La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) define que su ayuda externa es particularmente política y es una herramienta fundamental de su "Estrategia de Seguridad Nacional". Esta definición sitúa la cooperación dentro de los "bordes" de su seguridad nacional y deja por fuera problemas reales y urgentes asociados con desarrollo, reducción de pobreza, desigualdad, igualdad de oportunidades, medio ambiente, derechos humanos entre otros asuntos estrictamente relacionado a lo económico, a lo social.

Para analizar los mecanismos de interacción usados para alcanzar el objetivo deseado, se hará un análisis comparativo de dos hechos históricos similares llevados a cabo en Nicaragua y Chile.

En Nicaragua, la familia Somoza gobernó como una dictadura apoyada por Estados Unidos desde 1936 hasta 1979. La dictadura de la familia Somoza gobernó y aplastó a todo tipo de amenaza. Según informes de misiones para la Comisión Internacional de Juristas (1980) –principalmente– durante la dictadura de los Somoza hubo ejecuciones inmediatas a todos los opositores que encontró, siendo suficiente que tuvieran entre 14 y 20 años de edad. A lo largo de los años, también fueron ejecutados cientos de agricultores, generalmente después de ser arrestados por las fuerzas armadas. La tortura y los malos tratos fueron los métodos habituales para interrogar a los detenidos (desde descargas eléctricas hasta víctimas a quienes se les arrancaron los ojos y las lenguas).

Después de tantos años de violaciones a los derechos humanos, fue hasta finales de 1978 que por medio de la presión internacional Estados Unidos cancela la ayuda militar y económica a Somoza e intenta hacer un cambio de régimen, a lo cual Somoza se niega y Washington fracasa en su objetivo.

En julio de 1979 se le adelanta la Revolución Popular Sandinista; toda la población celebró la caída definitiva de la dinastía Somoza. El sandinismo representaba para Nicaragua una cultura nueva, profunda y compartida, que también sirvió para reducir la brecha entre las clases sociales, contra la pobreza y la desintegración, social y cultural.

Sin embargo, no fue una revolución bajo las reglas ni los "bordes" de Estados Unidos y fue situada en un mapa de alto riesgo.

Estados Unidos creó un grupo contrarrevolucionario llamado "La Contra", que participó en ataques que incluyeron asesinatos de altos funcionarios sandinistas, sabotaje de puentes en las carreteras, ataque de francotiradores contra patrullas militares, quema de depósitos aduaneros y de cultivos de alimentos; sabotearon el aeropuerto nacional, un oleoducto en Puerto Sandino y Corinto, el puerto marítimo más importante, llevando a cabo más de 1300 ataques terroristas. También incluyeron quemar, secuestrar, violar, decapitar, desmembrar y asesinar civiles, y sabotear la economía.

La Contra, siendo solo un grupo rebelde, recibió casi 50 millones de dólares de ayuda en suministros militares por parte de la CIA. Encima de todo lo anterior, el ex presidente Ronald Reagan pagó 300 mil dólares a la firma de relaciones públicas Woody Kepner Associates para elaborar imágenes positivas de los Contras. El propio Reagan comenzó a llamar a los Contras "luchadores por la libertad".

En el caso de Chile en 1970 el candidato socialista Salvador Allende ganó democráticamente las elecciones y asume como presidente. La CIA comenzó una campaña de propaganda contra Allende, utilizando la radio y todos los medios de comunicación para intentar vincular a Allende con los crímenes y la represión presuntamente asociados con el comunismo.

La CIA concluyó que la única solución viable para bloquear a Allende era un golpe militar. El comandante en jefe del ejército chileno en ese momento, René Schneider, había expresado su oposición a la organización de un golpe de estado. Sin embargo, esto no se interpuso en el "objetivo deseado". Varios individuos liderados por el general Viaux, y financiados por la CIA, dispararon y mataron a Schneider durante un intento fallido de secuestro.

El 11 de septiembre de 1973, aviones de la fuerza aérea bombardearon el palacio presidencial durante el primer día del golpe. Murieron mil 500 personas; el presidente Allende se suicidó en lugar de rendirse y luego fueron asesinados miembros de su guardia presidencial. El ejército chileno entregó el gobierno a una junta militar, que en cuestión de meses se disolvería en un gobierno autoritario bajo el control de Augusto Pinochet.

Dos meses después del violento golpe de estado, la administración de Nixon proporcionó al ejército chileno la ayuda militar solicitada por la Junta: mil bengalas y mil cascos de acero, para que la junta pudiera reprimir cualquier resistencia al golpe, y 48 millones de dólares en créditos básicos.

Pinochet era un dictador que no se detuvo ante nada para consolidar su poder. Durante la dictadura, las prácticas comunes fueron ejecuciones, arrestos, asesinatos, torturas y desapariciones. Decenas de miles de chilenos encontraron su destino fatal a manos del despiadado régimen de Pinochet.

Entre 1970 y 1973, el gobierno de Allende recibió 19.8 millones de dólares en asistencia, en comparación con los 186 millones de dólares proporcionados a Pinochet solo entre 1974 y 1976 por parte del gobierno de Estados Unidos.

Somoza, Pinochet y la Contra cometieron grandes crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, fueron piezas claves en la instrumentación de los anhelos y pensamientos de Estados Unidos, ya que están inextricablemente vinculados. Por ello, recibieron su cooperación. Haber condenado a esos tres instrumentos como condenaron al sandinismo y a Allende, hubiera sido –bajo sus propias interpretaciones– perjudicial para su seguridad nacional.

La definición de los objetivos de Estados Unidos es establecida mediante su propio interés, sus propios marcos interpretativos que justifican sus acciones. Los mecanismos usados no son impulsados por la democracia, los derechos humanos, la pobreza, la desigualdad, desarrollo sostenible, el medio ambiente, seguridad alimentaria, acceso a la educación y salud, desnutrición infantil, entre muchos otros problemas que enfrentan los países en vías de desarrollo. Estas variables no tienen un espacio en el marco interpretativo de seguridad nacional de Estados Unidos.


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