Llegamos al 44/19 con tanto canto en nuestros corazones. Iluminados, ardientes corazones, llenos de creciente y misteriosa esperanza.
Por Rosario Murillo Zambrana, Consejo de Comunicación y Ciudadanía
44/19. ¡Quién lo diría! Parece que fue ayer. Parece ayer que llegamos, vestidos de recorridos luminosos, con la mochila fulgurante del heroísmo de millones, el heroísmo triunfante de un pueblo que se alzó, que luchó, que se armó, que mostró la razón de la historia, y que venció. Un pueblo que vence. Eso somos. Y con ese brillo inapagable, inclaudicable, eterno, místico, porque es luz de espíritu, vida y verdad, seguimos venciendo.
Luz de eternidad. Luz de dignidad. Luz de felicidad, por servir a las causas más nobles. Luz de soberanía y decoro. Luz de universos y estrellas, que desde cercanas lejanías traen música y milagros en sus ciclos.
Esas luces son fortalezas y ritmos perfectamente comprensibles para los pueblos que sabemos leer y escuchar el clamor, la cadencia, el compás, la armonía, del silencio, y de sinfonías magistrales con sueños e ideales que no claudican. Que no se venden. Que no se doblegan. Que no se rinden.
Porque de pie, siempre firmes, nunca de rodillas, somos amor de amores, banderas ondeando en el viento de todos los tiempos. Y pecho y frente y rostro y corazón en alto. Pechos descubiertos y encendidos con todas las estaciones vibrando valentías ilimitadas, bravuras crecientes, sabidurías ancestrales, sensatez, vigencia, prodigios y profecías mezcladas en los caminos del ser, del siempre, que se mueve, y se convierte en más allá.
44/19 y somos todo y somos nada, y somos la mirada fiel, y la visión inconmensurable de los héroes originarios, los guerreros que nos habitan, los luchadores sempiternos, los Diriangén, los Nicarao, los Andrés, los invencibles, porque no conocen desánimo, cobardía, disimulo, desidia o sumisión. Los que asumen, como asumimos, deberes, responsabilidades, retos, honra y honores que se resguardan caminando. Glorias y victorias que se labran, marcando el paso de la decencia, el coraje y lo que debe ser nobilísima condición humana.
Y es en formidable humanidad, por enteros, por humildes, por potentes, que defendemos el oro sublime de nuestros victoriosos soles. Nuestras espléndidas albas, nuestras alas en Darío, José Dolores, Zeledón, Sandino, Rigoberto, Carlos, Tomás, Daniel, salieron al mundo como astros, galaxias y universos, sólidos y ligeros. Como aires y vientos que riegan todas las semillas y germinaciones. Almas y patrimonios heroicos reproduciéndose en el giro de los tiempos, con la obligación de triunfar sobre todas las miserias.
Nos oponemos, claro que sí, a la decrepitud humana. Nos oponemos a la decadencia espiritual. Nos oponemos a la descomposición, a la desintegración de las legítimas aspiraciones de Evolución. ¿Cómo entender ese absurdo coro de serpientes, de víboras traicioneras, de fabricantes de mentiras, de denigrantes a sueldo? De mentecatos y falsarios. ¿Cómo entender a profesionales del servilismo, a los sicarios, mercenarios y asesinos que se arrastran para servir a sus Amos?
¿Cómo entender a quienes, en desvergonzadas y diabólicas pestilencias, se cierran al cosmos, a la convivencia de todas las vibraciones, de todas las energías, colores y vigores, que conforman fuerza y esplendor, glorias, talentos y victorias de pueblos que de verdad en verdad conciencia despierta? Vamos adelante.
Nosotros caminamos. Creamos, y creemos, creyendo y creando un mundo de justicia, un mundo mejor, un mundo para la lucidez, la inteligencia, la hermandad, la sensibilidad, la alegría. un mundo que conoce y vive la paz, la armonía, la solidaridad, la complementariedad, compartiendo lo que tenemos, lo que somos, y lo que queremos ser.
En este otro y radiante aniversario de triunfos que se multiplican, porque son éxitos del espíritu que asume y trasciende, nuestro profundo, genuino, conmovido, respetuoso
Homenaje, a quienes han hecho y hacen posible con su eterno fulgor, la liberación cotidiana de nuestra Nicaragua bendita.
Llenos de su luminosidad, de sus energías misteriosas, de ese intenso universo, proclamamos: vencimos, y venceremos. Seguimos venciendo la precariedad, la mezquindad, la perversión, la comodidad, el egoísmo, la indiferencia. Porque seguimos cambiando lo tibio por lo tórrido, la oscurana por la claridad, con el amor impregnándolo todo, porque sólo lo que se ama, prevalece.
Guerrilleros siempre. Guerreros siempre. Luchadores siempre, sin subordinaciones. ¡Triunfadores siempre! Melodías de vida verdadera fluyen, entre lo efímero y lo perdurable.
El amanecer es, Tomás, y ha dejado de ser una tentación. Porque uno, y muchos, ¡son los caminos del nuevo día!
Nuestra Revolución Popular Sandinista es perdurable porque sabe caminar, consciente de lo efímero, de los cambios, de la fugacidad, de lo pasajero que somos todos, y de lo eterna, compleja, ineludible e irrenunciable, que es la lucha, como el más elevado de los cantos.
Las victorias hoy más que nunca son ciertas. “Luchamos contra el yanqui enemigo de la humanidad!”. ¡Luchamos para vencer! ¡Qué privilegio!
Tan complejo, tan difícil, tan duro, tan tormentoso, pero también tan cierto y duradero cada avance contra el odio, contra la ruindad, contra la maldad. Cada tránsito hacia lo mejor, y cada etapa de vida entregada al combate, generoso e inmenso, en hermandad, hermosa y plena.
Con nuestros Héroes y Mártires, vivos en cada desafío, llenándonos de valor, vigor, vitalidad y juventud, ¡vamos adelante!
A Fidel, a Chávez, a Bolívar, a Martí, a Sandino, Padre de nuestra Revolución, a Farabundo, a Morazán, a Zapata, a Villa, a Benito Juárez, a Omar Torrijos. Desde la inmensidad y hasta la inmensidad les decimos: aquí estamos. Aquí seguimos venciendo. Aquí somos cantos de vida y esperanza. Aquí somos compromisos ineludibles, insobornables, inclaudicables. Aquí no se agotan las energías. Aquí somos hijos del Dios de todos los triunfos. Aquí somos el amor de Cristo Jesús. Aquí somos Patria y Libertad. ¡Aquí somos Revolución!
Hoy, Tomás, los traidores y cobardes ni siquiera llegan a referencia de ninguna historia. Porque la historia Patria no se escribe con máscaras o teatros del absurdo. No está hecha de iniquidades o ignominias. Hoy, Tomás, los traidores y cobardes están pudriéndose en el basurero de la historia.
A 44/19 los sandinistas decimos con inmenso orgullo: ¡No somos conquistables!
Somos la revolución, la insumisa y fiel Revolución Popular Sandinista
Somos Nicaragua de Darío y Sandino
Somos:
F de Fuerza insobornable
S de Sol de Libertad
L de Lucha inclaudicable
N de No retroceder
N de No retroceder
N de No retroceder
Con Daniel, con el Frente, ¡el pueblo es Presidente!
En luz, vida y verdad, orgullosos caminamos al nuevo mundo
Luchar, luchar, luchar
es nuestro grito de guerra
vencer, vencer, vencer
es nuestro ideal
y al grito de Patria Libre o Morir
marcharemos a los nuevos triunfos
de la Revolución
¡Siempre más allá! ¡Siempre al frente! ¡Siempre en batallas y siempre en victorias!
¡Con Daniel, el Frente, el Pueblo Presidente!
Carlos, aquí está tu carabina disparando auroras