La Asamblea Nacional reafirmó el compromiso inquebrantable con la justicia, la paz y los derechos sagrados del pueblo palestino, al conmemorarse este 29 de noviembre el Día Internacional de Solidaridad con Palestina.
Por Danielka Ruiz, Radio La Primerísima
Durante una sesión especial realizada esta mañana, el doctor Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional, leyó la una carta de ese órgano del Estado, para respaldar la causa Palestina.
“Renovamos nuestra determinación de continuar promoviendo tanto en foros internacionales como ámbito bilateral la solidaridad activa con Palestina”, expresa la misiva.
Por su parte el embajador de Palestina en Nicaragua señor Majed Albualhawa, expresó que 77 años después “la herida sigue abierta y sangrando” en el sufrimiento del pueblo palestino.
“No olvidamos en los momentos más cruentos de la agresión israelí contra Gaza, Nicaragua alzó su voz con valentía en la Corte Internacional de Justicia interponiendo una demanda contra el principal financiador de la ocupación, fue un acto de profunda coherencia moral”, señaló el diplomático.
Discurso pronunciado por el diputado del FSLN Wilfredo Navarro Moreira en la Asamblea Nacional el 27 de noviembre, en ocasión del Día Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino
Mi saludo a todos los hermanos y hermanas presentes unidos por la causa Palestina. Desde 1978, el 29 de noviembre se conmemora como Día Internacional de la Solidaridad con el Pueblo Palestino. Dicha celebración se fundamenta en el llamamiento de la Asamblea General de las Naciones Unidas para que se recuerde anualmente la Resolución sobre la Partición de Palestina. Esta Resolución, conocida como el Plan de Partición o la resolución 184 (II), tenía como objetivo establecer un Estado árabe y un Estado judío en Palestina, y fue adoptada el 29 de noviembre de 1947.
El Día Internacional de la Solidaridad con el pueblo palestino se celebra para que la comunidad internacional tenga presente y no olvide el hecho de que la cuestión de Palestina sigue sin resolverse y que el pueblo palestino aún no ha alcanzado sus derechos inalienables definidos por la Asamblea General, que son a saber: Derecho a la autodeterminación sin injerencias externas. El derecho a la independencia y a la soberanía nacional. El derecho a regresar a sus hogares y propiedades, de los que fueron desalojados y que se les restituyan sus bienes robados.
Hoy no solo queremos pronunciar palabras, sino, recordar los miles de rostros, vidas y hogares que la barbarie sionista ha destrozado. Nuestra solidaridad no es simbólica. Es militante. Es denuncia. Es apoyo y exigencia de los derechos humanos fundamentales del pueblo palestino. Desde el estallido del conflicto y a pesar de los acuerdos temporales de cese al fuego de liberar rehenes y ceses de hostilidades, los palestinos asesinados y heridos se incrementan día a día. Según los recuentos más recientes, el total de personas asesinadas en Gaza puede superar los 70 mil, los heridos ascienden a alrededor de 180 mil con casi 13 mil desaparecidos. Estas cifras siguen aumentando conforme se recuperan e identifican más víctimas en los escombros de los bombardeos judíos y que continúan a pesar del cese al fuego.
Detrás de esos números fríos, están niños, niñas, ancianos madres, maestros, periodistas y trabajadores humanitarios. De los asesinados 22 mil son niños (as) que equivalen a más de uno cada hora durante 2 años de agresión sionista. Se estima que hay 45 mil niños (as) heridos y 13 mil han quedado con discapacidades permanentes. Además, la hambruna y enfermedades diezman sin piedad a los niños (as) en Gaza. La desnutrición infantil se está acelerando a un ritmo catastrófico, con más de 15 mil niños y niñas con desnutrición aguda en el mes de julio: Uno de cada cinco niños en la ciudad de Gaza está gravemente desnutrido. El 19% de los niños en la ciudad sufren desnutrición aguda.
50 mil de personas enfrentan una situación de hambruna y millones han sido desplazados dentro y fuera de la Franja de Gaza, haciendo que las necesidades humanas de todo tipo sean masivas.
Casi toda la infraestructura ha sido gravemente afectada: hospitales dañados o fuera de servicio y sistemas de atención colapsados, con muchos centros operando muy por encima de su capacidad. Servicios básicos destruidos, escuelas, hospitales, mezquitas, templos, carreteras universidades. La destrucción no es sólo humana: barrios enteros, viviendas han quedado reducidos a escombros, con una destrucción del 84%, llegando en algunos lugares al 92%. El costo de reconstrucción asciende a unos 75 mil millones de dólares. Esto se debe a la gran cantidad de escombros que deben ser retirados, unos 55 millones de toneladas.
Israel ha lanzado 105 mil toneladas de bombas en Gaza. Ha hecho casi 100 mil ataques aéreos en 2 años de invasión. La bomba atómica que USA dejó caer en Hiroshima tenía una potencia de 15 mil toneladas de dinamita.
Para poner en marcha la operación de reconstrucción, se necesitan miles de millones de dólares en los próximos años. Esto incluye la remoción de escombros, la reparación de hospitales, escuelas y centrales eléctricas, así como la provisión de servicios básicos como agua, electricidad y salud. Esa es la situación de Gaza y del pueblo palestino actualmente. Eso es lo que hay que enfrentar. Un panorama de desgracias, muertes, dolor y miseria.
Hoy, al conmemorar el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino, queremos además de recordar las víctimas: debemos denunciar y condenar un sistema de poder global que sostiene esta tragedia con recursos, diplomacia y silencio activo. No podemos hablar de solidaridad si ignoramos cómo Estados Unidos y Europa son parte de la maquinaria que permite la destrucción en Gaza y el genocidio del pueblo palestino.
Desde el estallido de las masacres y genocidio actual, Estados Unidos ha entregado cantidad sin precedentes de apoyo militar a Israel. Según el Instituto Watson de la Universidad Brown, entre el 7 de octubre de 2023 y el 30 de septiembre de 2024, EEUU proporcionó 17,900 millones de dólares en ayuda militar directa a Israel.
Ese apoyo incluye, además: Financiación Militar Extranjera (FME): 6,800 millones de dólares. Sistemas antimisiles (como el Domo de Hierro). 5,700 millones en armas pesadas y municiones. Mil millones para equipos pesados. 4,400 millones para reponer las armas que EEUU ha enviado a Israel desde sus propias reservas. Además, se incluye 6,7 mil millones para la defensa antimisiles.
Algunos analistas estiman que el gasto total estadounidense para apoyar las operaciones militares relacionadas con Israel desde octubre de 2023 supera los 60 mil millones de dólares. Este respaldo financiero-militar de Estados Unidos ha sido clave para que Israel mantenga su capacidad agresiva y ofensiva: en armas, municiones, aviones, sistemas defensivos…
Está claro que Estados Unidos no es un observador neutral: es un actor que habilita la fuerza militar israelíes sin exigir responsabilidades reales por las masacres.
Pero no sólo Estados Unidos está implicado y apoyando el genocidio. Parte de Europa, especialmente Alemania, Inglaterra, Francia, España, han colaborado directamente con Israel. Este apoyo europeo ha sido denunciado por organizaciones de derechos humanos como una forma de complicidad directa: que, al transferir armas, municiones y tecnología, se está contribuyendo a la capacidad de Israel para llevar a cabo la barbarie militar que han causado un alto número de víctimas civiles, desplazamientos masivos e infraestructura destruidas.
Ya hay procesos legales internacionales que señalan este hecho: por ejemplo, Nicaragua además de romper relaciones diplomáticas y otras acciones ha acusado a Alemania ante la Corte Internacional de Justicia por suplir a Israel, con armamento, y municiones para que se cometan crímenes graves contra la población palestina.
El genocidio, no es únicamente una palabra fuerte sino una acusación fundamentada: En el caso de Palestina cuando la violencia sistemática y el exterminio contra una población se sostiene con ayuda externa masiva, ya no es solo responsabilidad del agresor, sino también de quienes lo apoyan.
La complicidad de Estados Unidos y de algunos países europeos demuestra que el sufrimiento palestino no es un asunto local, sino una crisis profundamente conectada a relaciones internacionales mafiosas de poder, comercio, militarización y chantaje internacional.
Nuestra solidaridad con Palestina no puede limitarse a un gesto simbólico. Se debe denunciar las estructuras de poder que permiten la muerte y la destrucción en Gaza. Debe ponerse en evidencia que no solo hay un agresor: directo, también hay cómplices poderosos igualmente responsables.
Por todo ello recordemos que la historia de Palestina es de resistencia y de lucha. Los genocidas de Israel lo quieren destruir todo y acabar con la niñez. Pero para los palestinos cada día que pasa es una nueva oportunidad de soñar y vivir para seguir luchando, por su tierra, por su cultura y tradiciones y por construir el futuro para las nuevas generaciones. Cada paso que dan es un acto de resistencia. Su dignidad es su fortaleza. Su esperanza florece aun en los escombros y las grietas. Palestina resistirá y seguirá luchando. No olvidará sus muertos. Si bien es cierto que cuando vemos a los ojos de los niños palestinos estos reflejan tristeza y dolor por la muerte de sus seres queridos asesinados por la barbarie sionista. En el fondo de sus ojos se encuentra la esperanza de recuperar su tierra y de ver justicia para los asesinos de su pueblo. Las lágrimas derramadas por las madres palestinas, su dolor y sacrificio son fundamentos para abonar el terreno de las reivindicaciones de sus derechos y reclamo de justicia. Cada paso que se da es un acto de resistencia en la lucha para recuperar su tierra y todo lo que les ha sido conculcado.
En este día de solidaridad demandamos: El cese al apoyo político en arsenales y armas de USA, Europa, para Israel. Demandamos el embargo internacional de armas. Que se rinda cuentas y se haga justicia de los crímenes de guerra, genocidios y violaciones de derechos humanos cometidos por Israel. Demandamos un apoyo real al pueblo palestino, con ayuda humanitaria y para la reconstrucción de Gaza. Demandamos apoyo al derecho y a la existencia del estado palestino y su autodeterminación cumpliendo la Resolución Número 184 de las Naciones Unidas. Y sobre todo que cesen ya los crímenes de Israel en Palestina.
Que este día nos inspire a no callar, a no delegar la responsabilidad. A levantar la voz con fuerza moral y política. Que nuestras exigencias sean claras. Solidaridad con el pueblo palestino significa justicia, responsabilidad y fin inmediato del apoyo que alimenta su sufrimiento.
No olvidemos a Gaza, no olvidemos al pueblo palestino.
Hoy reiteramos nuestro apoyo y solidaridad incondicional con Palestina.
La lucha de Palestina es la lucha por la justicia, el amor y la fe. Palestina Vive
